'La promesa' se mantiene firme a lo largo del asfixiante agosto. Durante la cuarta semana del mes estival, la ficción diaria ha promediado un 11,56% de share al atraer a 1,072 millones de espectadores. De esta manera, sufre una ligerísima bajada de 0,06 puntos que, en cualquier caso, no tiene impacto en su base de seguidores. De hecho, la legión de fieles no hace más que ampliarse, ya que 55.000 televidentes se suman a la causa de la ficción diaria de Bambú Producciones, que eleva su media entre el 21 y el 25 de agosto.
Ese ascenso responde a la intensificación de unas tramas que seguirán virando para que el rendimiento no se vea mermado. Así lo ha demostrado el episodio del lunes 28 de agosto, que ha desatado el complejo parto de Pía, cuya correcta resolución está en manos de Abel. Tras haber estrechado lazos con Jana durante la semana anterior, el doctor se ha apoyado en ella para que tanto el bebé como la madre salgan indemnes. En otro orden de asuntos médicos, Salvador se sigue negando a aceptar la colecta liderada por Lope y María Fernández para su operación ocular.
'La promesa'
Tras desvelarle a su madre que está embarazada, Jimena se muestra cada vez más cariñosa con Manuel, quien es incapaz de volcarse con su esposa al estar pensando en todo momento en Jana. Por tanto, Jimena se encuentra entre la espada y la pared, ya que su mentira puede salir a la luz en cualquier instante. Mientras el matrimonio no pasa por su mejor momento, los marqueses dudan acerca de otro enlace, el de Martina, que salta por los aires cuando llega una carta que no facilitará la situación entre la joven y Curro tras la fallida fuga.
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¿Qué pasará el martes?
En el siguiente episodio, que verá la luz el martes 29 de agosto, la misiva de Antonio de Carvajal y Cifuentes, en la que indica su intención de visitar el palacio, marcará el devenir de gran parte de los residentes y trabajadores de La Promesa. Los primeros por cómo puede afectar a sus planes subrepticios y los segundos por la carga de trabajo que supone una recepción de este tipo. En cambio, Manuel no está precisamente preocupado por la llegada de Antonio, ya que así tiene una razón de peso para no marcharse a Madrid, aunque en su hogar le espera la realidad de la unión cada vez más cercana entre Abel y Jana, quienes siguen atendiendo a Pía.