Las medidas para paliar el contagio del coronavirus han hecho que muchos programas de televisión estén cerrando las puertas al público con el objetivo de evitar las aglomeraciones de gente, que suponen un peligro para la propagación de la epidemia. 'La resistencia' y 'Late Motiv', programas del canal #0 de Movistar+, han recurrido a sus propias y ocurrentes estrategias para afrontar la falta de auditorio.
Andreu Buenafuente en 'Late Motiv Búnker'
El presentador entró en el plató sin los habituales aplausos (ni enlatados), pero sí con la compañía de una música pausada al estilo del jazz. En lugar de dirigirse al público con su monólogo de siempre, se sentó en la mesa, se lavó las manos (en un claro guiño al coronavirus) e inauguró el nuevo espacio. "Bienvenidos a 'Late Motiv Búnker'. Así será el programa hasta nuevo aviso. Esta noche vamos a hacer algo inédito, un programa sin espectadores, así lo marca la normativa. Hemos decidido hacer algo diferente porque imagínate qué tristeza nuestro plató tradicional con lo grande que es, pero vacío. Eso es una pena que te mueres. Nos hemos trasladado a un lugar histórico: aquí se codificaba el porno. Si guardas silencio, a altas horas de la madrugada se oyen gemidos", bromeó.
David Broncano y los colaboradores de 'La resistencia'
Los colaboradores hacen de público en 'La resistencia'
Mientras que Buenafuente prefirió irse a otro lugar para no sentir la ausencia del público, David Broncano decidió enfrentarse al teatro de 'La resistencia' con la única compañía de los colaboradores. El presentador inició el programa con su habitual conversación con la cámara de seguridad, pero comentado lo extraño de la situación: "Es raro porque no se oye el aplauso del público. Gente que normalmente nos levanta un poco el ánimo a todos, pero ahora igualmente creo que se puede hacer el programa. Hay que entretener a España".
Entonces Broncano subió al escenario y la cámara mostró la parte de los asientos totalmente vacía, excepto por la encargada de vestuario, que ocupaba una de las butacas para suplir de alguna manera la falta de asistentes. "¡A tu casa, desgraciado, gilipollas, me vas a tocar el coño ya, picha corta, me tienes harta!, empezó a increpar en tono cómico contra el presentador, que finalmente pidió a parte del equipo que se sentara junto a él, en el suelo, y que ocupase alguno de los asientos para sentirse más arropado y "tener algo de calor".