La noche del miércoles 14 de julio, 'Supervivientes: Tierra de nadie' alcanzó su décimo cuarta y última gala de la mano de Carlos Sobera, en la que Tom Brusse y Marta de Lola se enfrentaron al puente de las emociones. Un emotivo desafío en el que la leonesa desveló lo mal que lo había pasado tras 'La isla de las tentaciones', a raíz de las crueles críticas y mensajes que recibió en redes sociales, e incluso suplicó el perdón a su madre por lo mal que se había portado con ella en el pasado.
Lola, frente a Lara Álvarez en el puente de las emociones de 'Sueprvivientes'
"Me considero una persona fiel a su pareja, a sus amigos, a su familia sobre todo, pero traicioné la confianza de una persona y de toda mi familia, y mi moralidad la tiré por los suelos", confesó Lola, al borde del llanto, al abordar la palabra "traición" y, automáticamente, recordar su paso por su primer reality, donde participó junto a su entonces pareja Diego James Lover y acabó manteniendo relaciones con algún soltero. "Fue una etapa que yo necesitaba sentirme mujer, tenía el autoestima por los suelos, no sentía que pudiera hacer nada sin el reconocimiento de alguien. Siempre tenía que ser yo la que daba y me acostumbré a no recibir", relató la concursante, después de manifestar que "no me he sentido nunca orgullosa de lo que hice". "No quiero decir que alguien me cohibiese, porque no es así. Estaba enamorada de mi vida, no de la persona con la que estaba", reconoció la leonesa, entre lágrimas, tras lo cual declaró que "cuando vi esa ventana, me tiré sin mirar por la otra persona".
"A mi ex, le he pedido disculpas y está todo bien, pero desde aquí tengo que decir que lo siento por haber destrozado la casa que teníamos", manifestó la superviviente, que recordó entonces que todo lo ocurrido en el reality "derivó a un odio hacia mí por las redes sociales". "Se me machacó muchísimo. Caí en una depresión y fui a terapia. Mis padres no lo sabían porque no quería preocuparles", reconoció la leonesa, emocionada, sobre un proceso sin el cual "quizás no habría venido a 'Supervivientes', que ha sido lo mejor de mi vida". "Me dijeron de tomar ansiolíticos y me negué, porque quería fortalecer mi mente y me conozco. Sé que iba a depender de ello y no quería", contó Lola, quien por entonces "recibía mensajes de que me querían pegar palizas, que no merecía seguir viviendo, que tenía que suicidarme porque era lo peor…". "Eso luego en mi casa tenía mucha repercusión. Parecía un alma en pena. No quería comer, levantarme de la cama…", rememoró la concursante. Una época difícil en la que Lola llegó al punto en el que que "todo lo que recibía, me lo llevaba a lo personal y me lo creía. No podía más", tras lo cual señaló que "se ve una cosa en televisión pero la gente tiene familia que lo sufre".
"Reflexionemos sobre el odio gratuito"
Lola recibe el apoyo de Lara Álvarez tras su puente de las emociones en 'Supervivientes'
"Hice terapia de pareja, también, porque mi novio llegó a odiar toda la situación, a desconfiar de mí, a pensar que lo que salía televisión era real… ha sido muy complicado", compartió Lola, quien ahora ya "confío en mí al cien por cien ahora. He aprendido a valorarme, sé gestionar sentimientos y antes prefería tirar por lo fácil". "Venir me ha hecho olvidar este tema. He sentido el apoyo y el cariño de todo el público y quiero dar las gracias por eso", declaró la concursante, quien abordó la palabra "culpa" pensando en "mi madre, porque la he hecho sufrir mucho". "Siempre ha tenido que estar detrás de mí, porque ella vivió de cerca el tema de las drogas y ese ha sido su mayor miedo", reconoció Lola, incapaz de contener el llanto, para después matizar que "yo no me he drogado, pero he tonteado con alguna, justo en el peor momento de mi madre: tenía cáncer de mama, se había muerto mi abuela y se estaba divorciando de mi padre".
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"Era una niña y me creía mayor. Dejaba a mi madre sola, con una peluca, para irme a un parque a hacer el tonto, en vez de ayudarla en todo, acompañarla a las quimios", criticó Lola, quien admitió que "no fui buena hija y es lo que más llevo en el corazón" y quiso dejar muy claro a su madre que "aquí te he echado muchísimo de menos". La concursante incluso declaró que "he sufrido mucho pensando que no te sentías querida, perdóname por eso" y compartió su deseo de "darte muchísimos caprichos cuando salga, que tengamos más momentos solas, poder ser más cariñosa, porque sé que con vosotros no lo he sido". "Quiero pedirme perdón a mí misma, porque muchas veces no me he respetado", concluyó la concursante, antes de abrazar a Lara Álvarez. "Aprovechando su valor, reflexionemos sobre el odio gratuito. Hacemos mucho daño, quizás de forma inconsciente, pero muchas veces consciente, y no hay derecho", manifestó entonces la presentadora, tajante.