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La noche del viernes 15 de noviembre arrancaba la nueva edición de 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition'. En esta ocasión, los cuatro concursantes que tienen que probar suerte como anfitriones en la nueva entrega del programa son Pablo Carbonell, Antonio David Flores, Cósima Ramírez y Lucía Bosé, esta última fue la primera en recibir al resto de invitados en su casa y prepararles un menú al más puro estilo italiano.
Lucía Bosé en 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition'
Bosé añadió que la primera vez que entró al estudio del genio, su hijo, Miguel Bosé, exclamó "esto es el paraíso". Lo más curioso fue cuando la estrella mencionó a sus acompañantes de mesa que el pintor fue quien le regaló al cantante de "Morenamía" sus primeras mallas, a éste siempre le había gustado la danza y gracias a este regalo, "no paraba de bailar". Lo que nadie se esperaba es que la historia del Miguel bailarín terminase con un triste final, por culpa del padre del joven.
Rompiendo ilusiones
El torero y marido de la cantante italiana, Luis Miguel Dominguín, quemó las mallas. Ninguno de los allí presentes daba crédito ante lo que les acababa de relatar. "Yo a mis hijos les he dado la libertad, que hagan lo que quieran, que se equivoquen que no se equivoquen, que sean felices que tengan que sufrir, es su problema, yo les he dado la libertad y que hagan lo que quieran," se sinceraba Lucía Bosé, al mismo tiempo que les confesaba lo difícil que es ser madre siendo actriz o artista: "Todos los chicos quisieran tener una madre normal, una maruja".
Pablo Carbonell, Lucía Bosé, Antonio David Flores y Cósima Ramírez en 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition'
Cósima Ramírez se sentía muy identificada con estas palabras, ya que haber crecido siendo la hija de la conocida diseñadora de moda, Ágatha Ruiz de la Prada, tampoco ha sido tarea fácil. La joven añadió ante las cámaras: "Como yo en casa jamás o rara vez bebía cosas enteramente normales, pues tenía un poco una ansiedad o una fascinación por la vida normal." Pero concluyó diciendo que como ahora tenía un poco más de cabeza, no cambiaría su vida por nada del mundo.