La noche del lunes 1 de marzo, Televisión Española emitió una nueva entrega de la cuarta edición de 'Maestros de la costura', en la que los aprendices volvieron a poner a prueba sus conocimientos sobre el mundo de la moda y el diseño, en el que también se vio envuelta Raquel Sánchez Silva, quien ocupó uno de los puestos del taller para elaborar su propio diseño de baño. Tras los retos habituales, con invitados como la modelo internacional Blanca Padilla y Javier Goyeneche, fundador de la marca EcoAlf, además de la soprano Ainhoa Arteta, finalmente se descubrió el nombre del séptimo aprendiz expulsado: Javier. Una suerte muy contraria a la de Mily, quien logró el mandil dorado y, con él, la preciada inmunidad.
Javier se despide del taller de 'Maestros de la costura 4'
La noche arrancó con el reto de diseñar un traje de baño, en el que los jueces, cansados de cremalleras mal cosidas y bajos sin rematar, anunciaron su intención de no dejar pasar ni el más mínimo error. Además, se añadió un importante extra: unos "regalos" envenenados, que incluían desde no trabajar durante diez minutos hasta incluso empezar de cero. Durante el veredicto, Mily y Ancor fueron los mejor valorados, al presentar un triquini quedaba un toque "recatadito, sexy y sofisticado" y un traje de baño entero inspirado en los años 50, con costuras "perfectas", respectivamente. En el lado opuesto de la moneda, Yelimar, Gabriel, Lluís y Laura recibieron algunos tirones de orejas antes de que la prenda del segundo quedara en el último puesto, mientras que Mily obtuvo la inmunidad.
Para la prueba grupal, los aprendices se trasladaron a la Gran Vía de Madrid, a la sede de Ecoalf, donde debieron confeccionar una réplica de las prendas elaboradas con material sostenible de la firma. A ello sumaron una inesperada dificultad a mitad del reto: escalar las tallas y elaborar prendas de tamaño S, M y L. Todo un desafío que concluyó con la victoria del equipo de Ancor, Yelimar y Gabriel, mientras que Lluís, al capitanear ambos equipos, tuvo que enfrentarse a la prueba de expulsión con el resto de aprendices en la cuerda floja. Una decisión que se daba después de que el equipo perdedor presentara prendas con hombros, mangas y cintura desiguales, a pesar de que el aprendiz había demostrado un buen liderazgo al repartir "bien los tiempos" y dar "órdenes claras y concisas".
"Me voy contentísimo"
Javier, Mily, Lluís y Laura se enfrentaron a la temida prueba de eliminación, cuyo objetivo era reciclar un vestido de novia para convertirlo en una prenda distinta de uso diario. Un desafío en el que Mily contó con menos tiempo, algo que no la preocupaba dado que gozaba de inmunidad, mientras que Lluís empleó el imperdible para pedir ayuda a Ancor. Tras la prueba, el jurado alabó la confección de Lluís, mientras que Laura tuvo una valoración sin altibajos, el resultado de Mily fue tachado de "demasiado conservador" y Javier fue duramente criticado por dejar las costuras rotas.
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Una última valoración que provocó la expulsión definitiva del valenciano, quien confesó hallarse en "una montaña rusa de sentimientos". "Tengo muy claro que esto tiene un principio y tendría un final y me voy contentísimo", declaró el aprendiz, entusiasmado por haber alcanzado "la sexta semana, lo que ha superado completamente mis expectativas". "Ha sido un honor, una experiencia inolvidable", manifestó Javier, en el taller, agradecido por haber recibido "esta oportunidad", momento en el que los jueces alabaron su buena actitud a la hora de encajar las críticas. "Me voy lleno de amor por todo lo que he recibido. Qué bonito ha sido", concluyó el aprendiz, sonriente.