La noche del martes 22 de febrero, Televisión Española dio el pistoletazo de salida a la quinta edición de 'Maestros de la costura' en La 1, en la que Raquel Sánchez Silva, Palomo Spain, María Escoté y Lorenzo Caprile recibieron a los seis nuevos fichajes y los seis veteranos que competirán por la victoria. Una primera noche cargada de emociones que, tras las pruebas, dejó fuera de la carrera a Laura Manzano, quien se convirtió en el primer expulsado de la edición.
Los aspirantes de 'Maestros de la costura 5' en su primera prueba de exteriores
La cita arrancó con una primera prueba aparentemente sencilla: cada aspirante debía coger el bajo de una prenda distinta, con un tiempo de tan solo veinte minutos. Un primer reto que superó a Caterina, quien terminó llorando antes de conocer que se quedaba con el penúltimo puesto, tan solo por delante de Laura. En el lado opuesto de la balanza, Anthony y Jesús se quedaron con el tercer y segundo puesto, mientras que Isabel fue la gran vencedora del desafío inaugural de la edición. "Tenías la prenda más complicada con diferencia y has hecho un bajo perfecto", alabó Palomo Spain.
Para la primera prueba de exteriores de la edición, el equipo del programa se trasladó con los aprendices al museo Balenciaga, en Guetaria (Guipúzcoa), donde, divididos entre "veteranos" y "novatos", debían replicar dos de las creaciones del reputado diseñador. En cuanto a la elección de líder de cada grupo, el azar fue quien decidió: Eduardo Navarrete tuvo que ponerse al frente de los antiguos concursantes, mientras que Caterina cargó con el mismo papel entre los debutantes. Sin embargo, ninguno de los dos equipos cumplió con las expectativas de los jueces, protagonizando una prueba caótica que concluyó con los doce aprendices de cabeza en la prueba eliminatoria a causa de los pésimos resultados.
"Tengo que confiar más en mí"
El reto en el que los aprendices debían defender su permanencia consistió en reciclar batas para convertirlas en una prenda diferente. Un desafío en el que los nervios jugaron malas pasadas a la mayoría de los aprendices, entre los que creció una evidente tensión por el uso de la bordadora, obligatorio para que cada uno pusiera sus iniciales en sus respectivas prendas. De hecho, ese fue uno de los motivos por los que Manzano quedó fuera del programa, junto con el hecho de que, por desgracia, no logró rematar bien su trabajo, que quedaba lejos de los de sus compañeros.
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"Mi vestido no tendría posibilidades de salvarse. Ni queriendo", confesó la exaprendiz de la cuarta edición, antes de conocer la evidente y esperada decisión de los jueces de poner fin a su concurso, a pesar de lo cual se mostró agradecida. Manzano protagonizó así una emotiva despedida en la que recibió el cariño de sus compañeros, a los que quiso dar un par de consejos, especialmente a los recién llegados: "lo que os digan, aunque muchas veces os moleste, siempre va con buen fondo, no lo teméis a mal". "Os salga bien o mal, tirad para delante como los de Alicante", animó además la expulsada.