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Hay actores que, para muchos espectadores, se han convertido en sus personajes de cara al imaginario colectivo. Un ejemplo de ellos es Maggie Smith, que para muchos siempre será o la profesora McGonagall, la bruja más cabal de "Harry Potter" o la condesa Violet Crawley de 'Downton Abbey'. Por eso, sus recientes declaraciones sobre sus papeles han sido como un jarro de agua fría para los fans, ya que la actriz ha revelado que no disfrutó interpretándolos.
Maggie Smith, en 'Downton Abbey'
De hecho, comparte con el medio una anécdota de su compañero de reparto y amigo Alan Rickman, el actor que daba vida a Severus Snape, con el que confiesa haberse quedado en más de una ocasión porque su trabajo solo consistía en grabar planos de reacciones. Aún así, cuenta que hay algo que ha sacado muy en positivo de su trabajo en la saga "Harry Potter", el dejar alucinados a sus cinco nietos cuando la ven en las películas del joven mago. Y si hablamos de 'Downton Abbey', solo hay que pensar en el Globo de Oro que ganó gracias a su interpretación en la serie.
Su verdadera pasión
Si se tuviera que quedar con un solo medio donde actuar, ella lo tiene muy claro: el teatro. Smith revela que las tablas han sido su pasión desde siempre y mira con pena los años en los que estuvo aparta de ellas a causa de su trabajo en televisión. Y no, no eran por ganas, si no porque desvela que, por aquel entonces, no llegaban papeles. Ahora, con su galardón por su magistral actuación como la secretaria de Joseph Goebbels en "A German Life" salda sus deudas con esos años de inactividad involuntaria.