La separación de las parejas de 'La isla de las tentaciones' en Villa Playa y Villa Montaña está haciendo que cada vez estén más cerca de los solteros y que, poco a poco, olviden sus relaciones. Algunos de los participantes dan rienda suelta a su pasión, mientras que otros son más comedidos y siguen teniendo en mente a sus novios y novias. Es el caso de Manuel Villena Jacinto, quien entró al reality con Lydia Pérez tras conocerse por redes sociales y llevar dos años de relación. Ambos piensan en el otro y sus relaciones con los solteros y las solteras de sus villas son más reprimidas.
Manuel Villena y Miriam Herrero
Por su parte, Manuel conectó desde el principio con Miriam Herrero, la tentadora VIP y su soltera favorita. "Yo estaba tan tranquilo antes de que vinieras tú… Tienes una cara bonita", le dijo el participante. Entre ambos ha surgido un tonteo que preocupa al novio de Lydia, quien admite que hay un acercamiento con la soltera y que, incluso, se podría ver con ella fuera del programa: "No sé dónde poner los límites, es la chica con la que más a gusto me encuentro". Los acercamientos son cada vez más evidentes y, tras un baño nocturno en la piscina, han acabado en la habitación de él.
"Voy a cambiarme el bañador, que lo tengo un poco mojado", anunciaba Manuel Villena al tiempo que su tentadora estaba tumbada en su cama. "¿Me quieres dejar a mí unos calzoncillos?", preguntó seguido Miriam Herrera. Esa pregunta generó un ambiente tenso entre ambos, quienes acabaron cambiándose la ropa interior en espacios separados para luego volver a la cama. "Te quedan muy bien, te quedan mejor que a mí", expresó al verla el participante quedándose de pie junto a la cama. "No te sientas ni nada conmigo porque me tienes miedo o algo", dijo Miriam mientras se tumbaban juntos.
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Lydia Pérez tiene que ver las imágenes
Manuel Villena mantuvo todo el tiempo una "distancia de seguridad" porque no quería "rayarse" con la situación que se estaba creando. A cámara, el todavía novio de Lydia Pérez explicó cómo acabaron en su habitación, tratando de justificarse: "Ella estaba mojadita, necesitaba unos calzoncillos míos y yo soy un caballero". Tocará esperar para ver cómo le sienta a Lydia el gesto de caballerosidad con la soltera que más le tienta de Villa Playa.