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La postal de Desembarco del Rey que nos dejó la última temporada de 'Juego de Tronos' poco tiene que ver con la expuesta en 'La Casa del Dragón'. En contraposición con la capital calcinada por Daenerys, la localización principal de la precuela es una urbe bulliciosa, caótica y boyante, que goza del apogeo de la dinastía Targaryen. En una de sus colinas nos encontramos con el imponente Pozo Dragón, mientras que en otra de sus cimas se erige la Fortaleza Roja, desde donde Viserys I trata de perpetuar una paz que empieza a agrietarse a marchas forzadas.
El rey interpretado por Paddy Considine, el quinto en sentarse en el Trono de Hierro encargado por Aegon el Conquistador, ha sido presentado en la serie de HBO como un líder moderado y apacible. Por sus venas corre la sangre del dragón, pero no de manera tan galopante como por las de Daemon, que interpreta la pasividad de su hermano mayor como debilidad. De hecho, el propio trono puede estar dándole la razón al exiliado heredero, ya que las heridas que han empezado a brotar en el cuerpo de Viserys podrían simbolizar su incapacidad para cargar con el peso de los Siete Reinos.Viserys junto a su maqueta en 'La Casa del Dragón'
Aun así, el monarca no es un inepto ni un imprudente, como lo fueron Aenys o Maegor. Consciente de los errores de sus antepasados, Viserys busca actuar con cierta responsabilidad. Jamás será recordado como un gran guerrero o como un temido jinete de dragón, pero su prioridad nunca ha sido esa. La ambición de Viserys es preservar el legado de su familia, y su mayor afición refleja esa obsesión por asegurar el futuro sin olvidar las catástrofes del pasado.
Reconstrucción de otra era
El piloto de 'La Casa del Dragón' nos dio acceso a los aposentos de Viserys, por los que se extiende a lo largo y ancho una enorme maqueta, y el segundo episodio ha puesto nombre a la ciudad recreada: Valyria. Por tanto, el rey no está planeando una expansión de Desembarco del Rey, sino que está tratando de reconstruir, aunque sea a escala, el que fuera el hogar de su familia hace siglos.
Para recordar la línea temporal de la saga, 'La Casa del Dragón' tiene lugar un siglo después de la Conquista, es decir, unos 200 años antes de los eventos de 'Juego de Tronos', pero para hablar de Valyria tenemos que remontarnos aún más y cruzar el Mar Angosto. Al desplazarnos al este de Poniente emerge Essos, un continente más vasto e inexplorado, que llegó a albergar el Feudo Franco, un imperio sin precedentes cuyo epicentro se encontraba en la sureña ciudad de Valyria.
Rodeada de una cordillera volcánica conocida como las Catorce Llamas, la capital se convirtió en una referencia tecnológica y cultural gracias a su acceso a valiosos recursos minerales y al uso de técnicas pirománticas, pero lo que realmente distinguía a esta potencia de otras era la comunión alcanzada con los dragones. Hasta cuarenta familias de señores dragón estaban al frente del imperio, entre ellas la Targaryen, que se encontraba lejos de la cúspide jerárquica, pero que se adelantó a todas las demás cuando Daenys, hija del patriarca Aenar, profetizó un desastre de proporciones épicas.
¿Qué fue la Maldición de Valyria?
Haciendo gala de las habilidades proféticas de los Targaryen, la joven Daenys tuvo una visión: Valyria sería consumida por las llamas. Pasó más de una década y así fue. En el año 114 antes de la Conquista, es decir, unos 200 años antes de 'La Casa del Dragón', se produjo el mayor cataclismo de la historia. En cuestión de horas, corrientes de humo y fuego arrasaron la capital del Feudo Franco, engullendo las enormes construcciones, habitantes e incluso a los dragones. Según se detalla en "El mundo de hielo y fuego", algunos atribuían esta calamidad a un castigo divino, aunque lo más probable es que fuera una tragedia natural derivada de la erupción simultánea de las Catorce Llamas.
Los Targaryen fueron los únicos señores dragón que escaparon a tiempo y prosperaron. Tras la visión de Daenys, Aenar reunió sus dragones y se mudó junto al resto de su familia y acompañado de los Velaryon y otros aliados a Rocadragón, la fortaleza más occidental del Feudo Franco. Desde ahí afrontaron el Siglo Sangriento de Essos, como se conoció el periodo posterior a la Maldición de Valyria, y después virarían más hacia el oeste para acometer la Conquista.
Así pues, la caída de Valyria -que llegó a ser barajada por HBO como un spin-off por cuenta propia- fue un punto de inflexión para los Targaryen, que salieron más fuertes de una situación adversa porque supieron adelantarse a tiempo. De ahí que Viserys quiera recrear la antigua ciudad de su clan, porque la destrucción siempre está a la vuelta de la esquina, y es en los momentos de máximo esplendor cuando esa amenaza está más latente. Y por eso su íntima conversación con Alicent frente a la maqueta es tan relevante, y aún más el instante en el que el dragón cae al suelo y se rompe, ya que esa fractura avanza lo que está por venir en la precuela.