El domingo 21 de octubre trajo a los espectadores de 'MasterChef Celebrity' una expulsión inesperada. Después de enfrentarse a la prueba de eliminación más innovadora hasta el momento para los concursantes, María Castro fue señalada para abandonar las cocinas. La actriz no pudo vencer a Ona Carbonell, Antonia Dell'Atte y Mario Vaquerizo y terminó despidiéndose como la octava expulsada: "Me voy contenta porque he aprendido muchas cosas y unos compañeros excepcionales. Volvería a entrar por esas cocinas sin pensármelo".
María Castro despidiéndose de Antonia Dell'Atte en 'MasterChef Celebrity 3'
El silencio invadió rápidamente las cocinas cuando pronunciaron su nombre ya que era más que evidente que era uno de los rivales a batir, siendo señalada en múltiples ocasiones como una futura ganadora. Al final no ha podido ser y para ella solo quedan las sonrisas y el trabajo realizado: "si he sido la alegría en estos programas es lo que os habéis llevado porque lo he disfrutado mucho". Antes de irse reconocía que de, poder volver, regresaría sin ningún tipo de impedimento y quiso seguir poniendo un punto de tranquilidad entre todos con unas bonitas palabras a sus compañeros: "pasároslo fenomenal, no os enfadéis porque es un juego y que gane el mejor, os llevo en mi corazón
A pesar de su constante alegría, no pudo evitar emocionarse rememorando todo lo vivido y viendo a sus compañeros tan impactados con su marcha: "sonrisa por montera es mi lema en la vida. Lloro por verles las caras, que me voy a casa y que aquí sigo". Tanto la presentadora, Eva González, como los jueces resaltaron el buen ambiente que su presencia generaba y le agradecieron toda la entrega: "creo que eres muy luchadora, trabajadora y, sobre todo, la alegría de esta edición".
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Las "siestas" de Carmen Lomana y Boris Izaguirre
En la misma noche que María Castro se despedía de 'MasterChef Celebrity 3', invadía la galería de los delantales blancos una inevitable modorra. Mientras sus compañeros se enfrentaban al veredicto del jurado, Carmen Lomana y Boris Izaguirre cayeron en los brazos de Morfeo por unos segundos y cerraron sus ojos lo justo para que fueran conscientes el resto de lo que sucedía. Preguntados, y casi despertados, por los jueces el escritor confesaba que simplemente reflexionaba: "no duermo, y si lo parece es que reseteo". Parece que el calor en cocinas es más fuerte de lo esperado y el sueño hace acto de aparición.