María Hervás se ha convertido en uno de los rostros más presentes en la comedia televisiva española. La actriz madrileña comenzó su andadura en la pequeña pantalla con 'Los Serrano' en 2007 y desde entonces no ha dejado de enlazar un proyecto con otro. En el último año la hemos visto en tres de las series de comedia más destacadas de la actualidad, como son 'El pueblo', 'La que se avecina' y 'Vergüenza'. La intérprete nos cuenta los entresijos de Amaya, su personaje en 'El pueblo', así como la sensación que vivió al interpretar una trama poliamorosa en la longeva ficción de los hermanos Caballero o la sensibilidad de la sociedad en cuanto a la interpretación de personajes con discapacidad.
María Hervás en la presentación de 'El pueblo'
El personaje de Amaya rompe con el estereotipo de chica tonta liada con un señor más mayor, pues luego se va viendo que es bastante resolutiva y empática.
La creación que han hecho los hermanos Caballero por guion del personaje de Amaya es maravillosa porque desmonta los típicos clichés que hay. Ellos tienen personajes poliédricos y juegan mucho con lo que el espectador va a pensar en un primer momento del personaje: la típica que se aprovecha del otro. Verdaderamente no es así, o no solo eso. La relación de los dos guarda un amor real, con una dependencia mutua real y Amaya termina demostrando que es una persona con mucha dignidad y empática. Está muy bien construido y eso es obra de Alberto y Laura Caballero.
En la segunda temporada, hemos visto a una Amaya más empoderada y tomando más decisiones por sí misma.
Amaya, fuera del estado de comodidad que le suponía estar en un casoplón donde vivía con Juanjo, donde además se mezcla con mucha gente, empieza a ver otras realidades y otro tipo de mujer que se resuelven por sí mismas la existencia. Amaya se da cuenta de que ella también puede resolverse la suya y que está totalmente capacitada. Por eso, ese contacto con otras realidades femeninas lleva a Amaya a decir: 'oye, aquí estoy yo y puedo hacerlo porque no tengo que depender de Juanjo y si he tocado fondo no tengo por qué esperar a un hombre para sacarme de aquí porque yo puedo salir sola'. Entonces, esta segunda temporada es mucho de un autoconocimiento de sus capacidades y de ver las cosas que puede hacer por sí misma y hacerlas.
Cuando llegáis a Peñafría confluyen un montón de personalidades diferentes y, sobre todo, se ve mucho en la mujer porque hay algunas con un pensamiento más antiguo y después llega el torbellino de las nuevas, lo que crea nuevas dinámicas.
Cuando ves en otra mujer algo que todavía no se lo habías visto a nadie por el tipo de gente con la que te habías juntado, pero esa persona despierta en ti algo que está en ti, pero que igual tú lo tenías silenciado, es bonito cómo se conocen y cómo hablando unas con otras comienzan a complementarse. Incluso las mujeres del pueblo empiezan a tener una autonomía y una capacidad de decisión que hasta ese momento no se habían planteado.
En esta segunda temporada, hay tres mujeres en el poder. María es la alcaldesa y nombra dos concejalas, poniendo de manifiesto a la mujer en el poder dentro de una mentalidad muy cerrada.
Los hermanos Caballero tienen mucha conciencia del momento actual que se está viviendo y del momento que la mujer está viviendo en el mundo. Hacer ficción, aparte de entretener a la gente y hacer que se rían, también significa ir de la mano de la realidad de lo que está pasando en la vida. Ellos son perfectos haciéndolo, lo saben hacer muy bien, en 'La que se avecina' también lo hacen, pues meten en los personajes todos los conflictos que se están tratando a día de hoy en la calle y era muy necesario que el eje de poder del pueblo pasara a manos de las mujeres porque es algo que está sucediendo en la vida real.
María Hervás y Carlos Areces en una reunión de vecinos en 'El pueblo'
El rodaje de la primera temporada supuso toda una experiencia para vosotros al estar prácticamente incomunicados en un pueblo y viviendo todos en familia. ¿Cómo ha sido el rodaje de la segunda partiendo de esta experiencia?
El rodaje ha sido igual porque grabamos en el mismo espacio. Estamos todo el rato desayunando, merendando, comiendo, cenando todos juntos y durmiendo en las mismas casas en las que rodamos y es muy intenso. Es una sensación de estar todo el rato juntos. A mí, que soy una mujer tan independiente, es un poco lo que más cuesta arriba se me ha hecho.
¿Cómo es la grabación de 'El pueblo'? Porque tiene 70 minutos para Telecinco y 50 para Amazon.
Hemos grabado para la versión larga y luego en esta segunda temporada lo han cortado porque en Amazon las prefieren más cortas y, en cambio, Telecinco, por su formato de prime time, los prefiere más largos.
Fue muy cómodo porque Macarena Gómez y Antonio Pagudo me lo pusieron muy fácil. Son los dos súper cariñosos y respetuosos y fue un curro que lo recuerdo con mucho cariño porque nos reímos un montón los tres. Macarena y yo tenemos en común que somos muy vergonzosas, aunque somos muy expresivas y pudiera parecer que no, somos súper tímidas y cuando nos teníamos que dar un beso nos moríamos de la risa por la vergüenza que nos daba. Pero la trama fue muy fácil de grabar. Todo el equipo de 'La que se avecina' se conocía desde hace años, entonces hay mucha confianza en el equipo, los cámaras son los mismos que los de 'El pueblo', así que imagínate qué fácil te lo ponen. Si de repente tienes que hacer la secuencia y con ellos en la cama, en ropa interior... Igual con otro equipo me hubiera dado el triple de vergüenza. Pero con ellos que están acostumbrados a verme en bikini en el pueblo era casi como hacerlo con tu primo. Fue más fácil de lo que hubiera sido hacerlo con otra gente.
Es muy curioso el cambio que tiene tu personaje en el final de la temporada, pasando del poliamor a volver a una relación tóxica.
María Hervás junto a Macarena Gómez, Fernando Tejero y Antonio Pagudo en 'La que se avecina'
¿Cómo fue meterte en el personaje de Mayte en 'Vergüenza' al ser una serie compleja con guiones muy exigentes por su humor negro?
Mi humor es bastante gore también, no me asustan las bromas bestias. Hay que diferenciar muy bien, que en eso erramos todo el rato, entre el sentido del humor y la cosas que merecen respeto. Yo puedo hacer una broma super bestia y aun así seguir respetando absolutamente a una persona con discapacidad. Creo que son dos ámbitos muy distintos. Lógicamente es muy distinto que esa broma se la hagas a una persona en su cara con la intención de reírte de ella, eso lo cambia. Pero que haya una especie de sentido del humor colectivo en esta sociedad que nos haga poder liberar toda la tensión que tenemos creo que es muy saludable.
Es muy interesante que os dejen a vosotros esta libertad creativa.
Los hermanos Caballero son muy guays porque todo lo hacen super bien. Aparte de construir los mejores guiones de comedia que se hacen España, porque los hacen ellos, hacen un curro increíble eligiendo al casting. No lo digo porque trabaje con ellos, lo digo pensando en todos mis compañeros. Como personas inteligentes que son, cuando ya han elegido a las personas con las que quieren trabajar, en vez de volverles locos les dejan hacer. Luego también son muy buenos dirigiendo. A mí Laura me ha ayudado un montón a construir el personaje de Amaya porque se le ocurren cien mil detalles super pequeños que son muy bobos y que igual mucha gente ni se detiene en mirarlos, pero que construyen el personaje.
Tu personaje sufre una discapacidad. ¿Tuviste miedo a recibir críticas por interpretarlo tú, especialmente en un momento en donde se controla mucho la inclusión?
De momento no las he recibido, no me han llegado. Mi posicionamiento es que es distinto, por supuesto que los actores y actrices con discapacidades tienen que tener sus oportunidades. Pero hay veces que para hacer un personaje con esa discapacidad es más acertado una actriz que no la tiene y simplemente va a ser mejor para la historia. ¿Entonces qué pasa, que para los macarras tenemos que ir a los barrios para sacar macarras de ahí que sepan actuar? ¿Y para hacer de pija nos tenemos que ir a buscar a las actrices que sean pijas? El trabajo del actor es sumergirse en las múltiples realidades que tiene la vida y contarlas con el mayor sentido de justicia posible respecto al personaje, intentando defenderlo hasta el final.
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Para Mayte, busqué cómo funcionaban las mujeres y personas que tienen ese tipo concreto de discapacidad, estuve viendo vídeos, dónde estaban los límites si es que los había e intenté hacer un trabajo que yo consideré que era justo para el personaje que estaba haciendo. También te digo una cosa. Si alguien se ha sentido ofendido, también tengo que aprender a tolerar que lógicamente puede pasar y en ese caso simplemente pediría disculpas. Yo no tengo conflicto con eso, lo máximo que me podría pasar es que fuera otra persona la que lo tuviera. Entonces, yo lo resolvería pidiendo disculpas porque las sensibilidades de cada uno es algo tan particular que si me paro a pensar en quién puedo ofender, es que solo caminando por la calle puedo estar ofendiendo a alguien.