La décima edición de 'MasterChef' alcanzó su sexta entrega la noche del lunes 23 de mayo, que arrancó con un reto en grupos en el que los aspirantes debían elaborar distintos platos con el huevo como ingrediente estrella. En el caso de María Lo, a la hora de tomar el relevo de su compañera, le tocó preparar un suflé. Sin embargo, al contrario que la habitual "perfección" que suele demostrar la concursante, el plato terminó sobrepasándola al no lograr un buen resultado, hasta el punto de que, en plena prueba, rompió a llorar.
Samantha trata de calmar a María Lo en 'MasterChef 10'
"Tengo unas ganas de llorar...", confesaba la aspirante, tras varios intentos fallidos de preparar un buen suflé, mientras los compañeros que ya habían elaborado sus platos trataban de animar el ambiente. "No pasa nada. Suéltalo, María, que te va a venir muy bien", la animó David, quien también llevaba varios intentos a la hora de preparar, en su caso, un flan. Las palabras del aspirante bastaron para que la gaditana rompiera a llorar, momento en el que muchos de sus compañeros se acercaron a abrazarla para tratar de consolarla.
"Toda la vida cargando con ese peso tan grande de la perfección", lamentaba la aspirante, a solas ante las cámaras del formato. María Lo, de hecho, explicó que "cuando me he visto ahí sola y machacándome, me ha dado mucha pena": "quería que alguien me abrazara y me dijera: 'tía claro que sí'. Pero la que me lo tengo que decir, soy yo, y eso es lo que me da rabia. Soy incapaz de quererme y de abrazarme a mí misma". "Aparte de desesperación, soy superexigente y esto es lo peor que me puede pasar: hacer el ridículo así", confesaba la aspirante, cuando Samantha Vallejo-Nágera se acercó para ver qué le ocurría.
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"Es una lección grande"
"El ridículo, no. Te ha tocado justo lo que peor haces. Lo que no puedo decir es que te hayas quedado quieta", señaló la jueza, encantada por el hecho de "que te exijas, pero no siempre sale todo bien". "Eso es lo que tengo que aprender aquí", reconocía María Lo quien, finalmente, logró elaborar un suflé decente, tras seis intentos. "Creo que es una lección grande la que he aprendido hoy y que, poco a poco, con el próximo error, lloraré menos, y el siguiente, menos... y lo normalizaré. Y ahí empezaré a crecer, a brillar y a estar contenta conmigo misma. Somos humanos, nos equivocamos", reflexionó la aspirante, entre lágrimas.