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El jueves 28 de enero, 'La isla de las tentaciones' emitió su segunda entrega en Telecinco, en la que se mostraban imágenes de la convivencia de los miembros de las cinco parejas con los tentadores, en sus respectivas villas. En ella, por fin se mostró quiénes eran los responsables de que sonara la luz de la tentación, la novedad de la edición, que provocaba que, cuando un participante cruzaba un límite marcado por su pareja en una villa, sonaba en la contraria. Una especie de "alarma" de la infidelidad, que sonó por primera vez en Villa Playa, el emplazamiento de los chicos, ante el acercamiento de Isaac Torres y Marina García.
Isaac y Marina sujetan un hielo con sus bocas durante un juego en 'La isla de las tentaciones'
"Chupito, tío", animó Jesús Sánchez, pareja de la propia Marina, aparentemente tranquilo al oír la alarma. Una actitud muy contraria a la que mostraron compañeros como Hugo Pérez o Manu González, quienes se mostraron mucho más inquietos. "Los límites más bajos eran los de Diego James Lover y los míos. Yo quiero mucho a Lucía, sé cómo es, pero en un momento determinado puede llegar a confundirse y es lo que me da miedo. Uno se pone en lo peor", confesaba el segundo, quien apostaba, preocupado, por que la responsable de que saltara la luz de la tentación hubiera "sido la mía". "O la mía", compartió Diego, mientras las tentadoras trataban de tranquilizarlos.
"Quiero creer que no ha sido Marina"
"Obviamente, nos hemos cagado todos. Yo siempre me pongo en lo peor y me temo que las cosas se van a poner difíciles", opinaba el cántabro. Al contrario que sus compañeros, Hugo esperaba "que no fuera Lara", mientras que Jesús afirmaba que "yo no pongo la mano en el fuego por nadie. Confío en las personas pero no en el demonio que llevan dentro". Unas palabras tras las cuales comenzaron las caóticas apuestas sobre quién podía ser la responsable de que hubiera sonado la alarma. "Quiero creer que no ha sido Marina, porque como vivamos a razón de lo que hagan nuestras novias, no vivimos. Hay que sentir lo de aquí, no lo de allí", declaró Jesús, ante las cámaras, justificando así su aparente calma.