Martín Rivas: "Nunca viví algo tan intenso como 'El internado'. No podía coger el Metro, pero fue volátil"

Si hay una serie juvenil que sin duda logró hacerse un importante hueco en Antena 3 décadas atrás esa es 'El internado'. La ficción de Globomedia se convirtió en una de las producciones más vistas en nuestro país y logró generar una immesa legión de fans que convirtieron a sus protagonistas en auténticos ídolos juveniles. Uno de ellos es Martín Rivas, un gallego que inició su carrera profesional en dicha ficción que a día de hoy forma parte de 'Las chicas del cable', la exitosa apuesta de Bambú Producciones y Netflix.

Coincidiendo con el estreno de la cuarta tanda, MADMEN Magazine ha querido hablar con el intérprete para analizar las claves de la nueva temporada y hacer balance de la extensa carrera de Rivas desde que saliese del internado Laguna Negra. El propio actor afirma que "nunca he vivido nada tan intenso como con 'El internado' y reconoce que no ha notado que 'Las chicas del cable' se emita en todo el mundo. Piensa que una de las razones puede que sea que "las audiencias están mucho más fragmentadas" y es complicado que suceda lo que vivió con la serie de Antena 3: "El público teen es más intenso (...) estaba en todas esas revistas. Todos éramos un poco 'forracarpetas' (...) no es solo ser popular. Es serlo para personas con una franja de edad que lo viven todo de forma muy intensa. En aquellos años era imposible coger el metro, por ejemplo".

"Te tienes que acostumbrar a la fama"

Rivas reflexiona con el hecho que "es algo muy volátil" y cuenta que "cuando la serie se estaba emitiendo la gente te miraba y señalaba y, en cuanto se dejó de emitir, bajó muchísimo". Este tiene muy claro "mentalmente asumir que el fenómeno lo produce el personaje, no el actor, ayuda" y reconoce que "nunca me ha molestado" el ser conocido. "Cuando haces una serie lo mejor que te puede pasar es que la gente te reconozca, eso es porque se está viendo. Sería un poco contradictorio dedicarme a esto y no gustarme que me reconocieran (...) sería cínico pensar que trabajar con grandes directores o buenas producciones iría de la mano con el anonimato".

El gallego cree que "te tienes que acostumbrar a la fama" y quizás "sentarte a pensar que hay ciertas cosas en tu entorno y en tu realidad que han cambiado", teniendo en cuenta que "como cualquier cambio puede ser traumático (...) pero una vez que lo asumes es mucho más llevadero. En un momento, con veinte años, si pudo suponer un conflicto interno (...) porque en el caso de 'El internado' fue de la noche a la mañana, hay gente que lo vive de forma más progresiva (...) pero ya lo he superado". Pero más allá de hablar del futuro, Rivas ha querido reflexionar sobre lo que está por venir. Confiesa que "me siento más cómodo es trabajando en un formato más pequeño, cuando la experiencia del trabajo es más íntima" y un ejemplo de ello es el trabajo que hace en "Jauría", en el Pavón Teatro Kamikaze, de Madrid, y que el intérprete califica como "muy intenso".

El feminismo en 'Las chicas del cable'

El intérprete también ha querido hablar de su actual proyecto, 'Las chicas del cable', y del feminismo que pretende transmitir la serie. Rivas cree que a día de hoy "se está avanzando y el nivel de consciencia es cada vez mayor, sobre todo en la gente joven", por ello tiene claro que "es importante que el movimiento feminista no baje", por ello está convencido que "la serie es una forma de ayudar a ello (...) porque cuenta el mundo a través de las mujeres. Ellas son las protagonistas y las que desencadenan la acción. Es de agradecer la pluralidad, la diversidad".

El intérprete también hace autocrítica y reconoce que "hasta que el tema empezó a cobrar más repercusión a raíz del 8M, pensaba que tenía una visión muy progresista (...) pero no era así, no empatizaba todo lo que debía". El actor afirma que "para mi también ha sido un proceso de aprendizaje" y reconoce que a día de hoy "me cuesta reprimir la rabia cuando escucho ciertos comentarios... Pero es importante hacer el esfuerzo". Por tiene claro que hay que seguir trabajando, luchando por la reivindicación femenina y acabar consiguiendo que "algo atroz" como es el tener que fingir hablar por teléfono para evitar que hagan daño a alguien no sea necesario.