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La noche del martes 11 de junio, la séptima edición de 'MasterChef' dio un paso más hacia la final, con tan solo seis aspirantes en el concurso. Una ocasión en la que el talent show culinario contó con la presencia de un familiar por concursante, algo que colmó el plató de grandes emociones, dado que llevaban casi tres meses sin verlos. Además, todos ellos tuvieron la ocasión de acompañar a los concursantes durante la primera prueba.
Valentín cocina con su abuela Lola en una prueba de 'MasterChef 7'
Valentín también fue uno de los aspirantes que se mostró más emocionado antes de reencontrarse con su abuela, de la que declaró que "lo era todo para él". "Es la que me ha apoyado siempre, la que me ha reñido cuando me ha tenido que reñir. Es una insumisa", reconoció el concursante, bromista y emocionado. "Con el tiempo me he ido enamorando más, porque lo que me faltaba en la vida era ella", señaló por su parte el marido de Samira, al reencontrarse con la aspirante.
Ligera distracción
Junto a sus respectivos seres queridos, los aspirantes de 'MasterChef 7' se enfrentaron a una prueba en la que tuvieron que preparar una reinterpretación de sus postres favoritos, antes del cual la madre de Aleix alabó el empecinamiento de su hijo por seguir con su carrera culinaria. A lo largo del reto, los concursantes se mostraron especialmente distraídos, en mayor o menor medida, como fue el caso de Aitana, que apenas se mantenía separada de su pareja, lo que acabó pasando factura a la concursante, quien vio como Valentín y Teresa se convertían en los concursantes mejor valorados. "Os hemos visto algo más despistados de lo habitual", señaló Samantha durante el veredicto, tras el cual Teresa se convirtió en la favorita de los jueces y, con ello, un hueco en el restaurante del programa.