Con apenas unos días por delante hasta que se publique la autobiografía de Matthew Perry, concretamente el próximo 1 de noviembre, con el título "Amigos, amantes y aquello tan terrible", en los últimos días han ido saliendo a la luz algunos de los episodios recogidos en sus páginas, muchos de los cuales están relacionados con su alcoholismo y el abuso de opioides. El último de ellos, relacionado con el que iba a ser uno de sus más recientes trabajos, un papel en "No mires arriba" al que tuvo que renunciar tras sufrir un infarto, por el que iba a interpretar a un periodista republicano que acompañaba en varias escenas al personaje de Meryl Streep.
Según recoge la revista Rolling Stone, Perry explica en su libro cómo un percance médico durante su estancia en un centro rehabilitación de lujo en Suiza echó por tierra sus planes cuando, a raíz de un dolor en el estómago, decidieron operarlo para "poner algún tipo de dispositivo médico extraño en mi espalda" y así aliviarlo, tras probar varios medicamentos. La noche antes de entrar en el quirófano, Perry relata que se pasó las horas despierto, tomando hidrocodona y, una vez en el quirófano, el actor recibió propofol para la anestesia. "Me desperté once horas después en otro hospital. Aparentemente, el propofol había detenido mi corazón. Durante cinco minutos", escribe Perry, a quien habían sedado a las once de la mañana.
David Schwimmer y Matthew Perry en 'Frieds: The Reunion'
El estadounidense aclara que "no fue un ataque al corazón, no me desplomé, pero nada estaba latiendo" y desvela que "me dijeron que un tipo suizo fornido realmente no quería que el tipo de 'Friends' muriera en su mesa y me hizo RCP durante los cinco minutos completos, golpeando y golpeando mi pecho". "Si no hubiera estado en 'Friends', ¿se habría detenido a los tres minutos? ¿'Friends' me salvó la vida otra vez?", reflexiona el intérprete en su autobiografía, donde también recoge que "puede que me haya salvado la vida, pero también me rompió ocho costillas". A causa del dolor, tuvo que retirarse de la exitosa película de Netflix, una decisión que Perry describe como "desgarradora" y que llegaba después de que hubiera grabado una única escena, sin Streep, que no alcanzó el corte final.
"Tenía un 2% de posibilidades de vivir"
Hace apenas unos días, Perry recordaba una entrevista para People cómo estuvo a punto de morir en 2018, cuando pasó dos meses en coma y otros cinco en el hospital, recuperándose, después de que su colon estallara por el consumo excesivo de opioides. "Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2% de posibilidades de vivir. Me pusieron una cosa llamada máquina ECMO, que hace toda la respiración de tus pulmones y tu corazón. Y se le llama Ave María. Nadie sobrevive a eso", explicaba entonces el actor quien, tras recibir el alta, tuvo que vivir con una bolsa de colostomía durante nueve meses.
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Perry también abordó su alcoholismo, por el que "a los 34 años, ya estaba metido en un montón de problemas", mientras que sus compañeros de 'Friends' "fueron comprensivos y tuvieron paciencia". "Cuando un pingüino está enfermo, o cuando está muy herido, los otros pingüinos lo rodean y le ayudan a enderezarse. Caminan a su alrededor hasta que el pingüino puede caminar por sí mismo. Eso es lo que hizo el reparto de 'Friends' por mí", admitía el intérprete. A ello se sumó que "hubo años en los que estuve sobrio durante esa época", que coincidió con la novena temporada de la serie, por la que lo nominaron en los Emmy. No obstante, su última etapa en la ficción terminó siendo la peor, hasta el punto de que llegó a pesar 58 kilos: "No sabía cómo parar. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que iba empeorando a medida que me hacía mayor".