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Maxi Iglesias se enfrenta en 'Ella, maldita alma' a uno de sus personajes más complejos: un sacerdote. El actor protagoniza la ficción de Mediaset España y Plano a Plano junto a Martiño Rivas y Karina Kolokolchykova. La serie se está grabando en Conil de la Frontera, donde hemos podido hablar con el madrileño sobre cómo está afrontando las dificultades de su personaje y cómo cree que será recibido por el público.
¿Cuáles han sido tus primeras sensaciones rodando 'Ella, maldita alma'?
Las primeras sensaciones son buenas. Es una historia complicada con un personaje muy complejo, posiblemente por el que más críticas vaya a recibir y el que menos guste, lo tengo clarísimo. La gente te tiene en un tipo de personaje y no te van a ver en un personaje que no es algo cómodo y no está bien visto. Todo lo que he hecho hasta ahora no estaba mal visto. No había hecho mal a nadie, no había engañado a nadie.

Maxi Iglesias en el rodaje de 'Ella, maldita alma'
¿Buscabas salir de tu zona de confort con este papel?
Claro, si no, no lo hubiera hecho. No busco gustar. Gustar, gustará Martiño, que sale guapísimo.
En el caso de Martiño Rivas, él ha descrito a su personaje como un perdedor, ¿es cierto?
Este chaval... Diría que es porque es gallego, pero tengo amigos gallegos que no son así. No sé qué voy a hacer con él, todavía me queda un mes y medio de rodaje (risas). Eso no es así. No voy a desvelar cómo va la serie, pero ni muchísimo menos es el perdedor. Para mí es un claro vencedor por el aguante que tiene de toda la situación y cómo se maneja sin caer en estereotipos ni en nada excesivamente posesivo o controlador.
Eso me gusta muchísimo de su personaje y creo que es el potencial de la serie. Yo le considero un triunfador y un ganador absoluto. En la serie creo que está genial y yo como espectador me iría con su personaje. A mí Fermín me da pereza y como espectador no me gusta. Como actor me lo gozo muchísimo porque me permite ahondar en cosas que no he podido ahondar.
Soy un instrumento para contar una historia, ni yo la he creado, ni la puedo modificar
¿Tuviste oportunidad de elegir entre los dos papeles?
No, yo esta serie la hago porque César Benítez, uno de los productores, tenía muy claro que quería hacer este proyecto conmigo, porque ya habíamos trabajado en 'Desaparecidos' y 'Valeria'. No paraba de decirme que el sacerdote lo tenía que hacer yo.
¿Entonces dirías que tu personaje es el malo de la serie?
No, no es el malo. Para mí ese es el reto. Sabiendo que no es un personaje que no es el que va a dejar huella, porque no te querrías ir con él, sí te va a hacer pensar. A mí como espectador no me fascina. Prefiero hacer un malo malísimo o un psicópata que no te extrañe lo que hace por toda su rabia acumulada. Este chico no tiene ninguna rabia acumulada, pero se le complica mucho la vida.

Maxi Iglesias en el rodaje de 'Ella, maldita alma'
Mientras ruedas, ¿piensas en el punto polémico que tiene tu personaje?
No, yo me ciño al guion. Eso es cosa de la cadena y de la gente que escribe, no es mi tarea. Yo me limito a ceñirme a la historia y al personaje. Soy una persona que le gusta proponer a nivel visual, por dónde puede ir la cámara o proponer al director si podemos subir o bajar el tono. Yo sé cual es mi posición, soy un instrumento para contar una historia, ni yo la he creado, ni la puedo modificar.
¿Cómo crees que la va a recibir la gente desde este punto de vista polémico?
Es una serie atrevida por los tiempos que se toma. Te sitúa de una manera calmada en lo que es el poso que deja toda una comunidad de un pueblo y todas las relaciones que existen entre sus diferentes grupos. Si te adentras y te apetece ver lo que pasa de una manera muy real, puedes tener un viaje curioso. Yo creo que es un género muy concreto.
No puedo pretender poner patas arriba una organización que es la mayor empresa que ha existido toda la vida
¿Has investigado mucho los comportamientos de los sacerdotes para meterte en su piel?
Lo he investigado, pero al final el guion es el guion. Estoy muy limitado en cuanto al vocabulario que hay que usar. Es un personaje que en todo momento tienes que ser muy consciente de que tienes una responsabilidad de decir las cosas que tienes que decir. Con ese respeto, crear otros tonos u otra manera de comportarse descarrilaría y te irías a otra cosa.
El personaje se puede afrontar de diversas maneras a nivel personal. ¿Tú te consideras creyente?
Tengo respeto por la gente que cree. Si hiciese un personaje de un bombero, me informaría todo lo que pudiese, sobre todo de los familiares de los bomberos y de los propios bomberos, para saber lo que les preocupa. Ese es mi respeto, porque yo no puedo ni modificar un libro que ya lleva existiendo miles de años ni pretender innovar en algo que está más que instaurado. No puedo pretender poner patas arriba una organización que es la mayor empresa que ha existido toda la vida.

Maxi Iglesias en el rodaje de 'Ella, maldita alma'
¿Tu personaje acaba cuestionando la religión?
No, se cuestiona a sí mismo. Te cuestionas a ti mismo al igual que cuando tú te casas, haces una serie de votos y te quieres divorciar. Ahí te cuestionas si quieres divorciarte de tu marido. Esto también es un matrimonio. Es la historia de un tipo que vive tranquilo sin saber lo que supone enamorarse, de repente se le cruza una situación por medio y le pone la vida patas arriba. Si lleva sotana, placa o una manguera de apagar fuegos es un dato más, pero al final va de un tipo al que se le ha complicado la vida. Además, se le ha complicado con la mujer del que considera su hermano, al que respeta, tiene cariño e incluso se siente culpable de haber estado con él. Es un dramón...
¿Crees que el espectador va a juzgar a Fermín?
Yo como espectador no me iría con Fermín. No he podido pretender que quieras irte con él, porque soy el instrumento para contar cómo una figura importante en un pueblo al que todo el mundo quiere que le vaya mal, pues al final le va a ir mal. Es tan bueno que no es creíble y tú estas deseando que en algún momento la líe. Cuando la lía, él no ha tenido ninguna intención de liarla y encima se siente fatal, así que ahí está el reto para mí. No puedo pretender que la gente lo justifique ni hacerle bueno cuando ya no lo es. Mi reto ha estado en mostrarlo como una persona íntegra hasta que le pasa lo que le pasa.
Fermín es el primero que se juzga y sabe que lo que está haciendo no está bien
¿Cómo te has sentido con el vestuario de sacerdote puesto?
Siempre he dicho que el vestuario me ayuda muchísimo a contar la historia. Es curioso y genera muchas bromas, porque es verdad que es un atuendo muy particular.
¿Cómo ha sido tu estancia en Conil de la Frontera durante el rodaje?
Muy bien, estoy muy contento con la zona, pero no tanto con las lluvias. Al final es una serie que habla mucho de la luz, de la claridad de un entorno costero, y los días se complican a mitad de jornada o empiezan complicados desde primera hora. Es difícil hacer como en el tercer capítulo que grabábamos una ola de calor, pero tenías a tus compañeras tiritando o incluso uno mismo pasando frío.
¿Cómo fue utilizar un cilicio para el arrepentimiento de Fermín?
Fermín trata de buscar la redención por todas partes, todo lo que se te ocurra lo intenta hacer. Se siente muy culpable. El personaje está entregado, lee mucho y sabe que es un mecanismo más para replantearse lo que está haciendo. Él es el primero que se juzga y sabe que lo que está haciendo no está bien.
Después de tu trayectoria, ¿consideras que puedes elegir tus papeles y proyectos?
Puedo elegir entre ser el sacerdote o el otro y ya bastante es. Es una gran oportunidad para mi carrera, a pesar de que no sea el favorito o lo ideal. Estoy encantado de que haya un tipo de personaje recurrente para el que me busquen, pero puedo salirme de lo establecido y estoy abierto a que me digan: "No se te da bien esto, igual tienes que volver a lo otro". Trabajo para que no pase, pero es una posibilidad. Lo decía Demi Moore, después de 40 años se ha llevado el premio ahora porque le dijeron que solo iba a hacer blockbusters.
Si ya de por si trato de darle credibilidad a los personajes que interpreto, es un reto también hacer que se crean que soy cura
¿Qué opinas de los premios? ¿Son necesarios? ¿Crees que atraen más trabajo?
Habría que hacer un estudio para ver si la gente que tiene más estatuillas trabaja más o puede acceder a mejores personajes, que yo es lo que siempre he pensado. Por ejemplo, un premio puede darte más visibilidad para que te ponga a la vista de gente que no sabía que te apetecía hacer eso. Yo soy muy pesado y si me encuentro con alguien, aunque no tenga un premio, le voy a decir "me apetece hacer esto". Ahora sí lo digo, antes era más cortado. No te puedes vender, porque no puedo vender algo previamente hecho, pero sí puedo hablar de las ganas que tengo o por lo menos que me hagan prueba. Con eso me he llevado muy buenas sorpresas de gente que no me quería hacer pruebas y me he empeñado.

Maxi Iglesias durante la entrevista en el set de 'Ella, maldita alma'
¿Estás en ese punto de ponerte retos con papeles en los que el público no te imagina?
Para mí este personaje es eso. La prueba la tengo en que mis amigos o la gente de aquí del pueblo me ven vestido de cura y dicen: "¿Tú, cura?". Si ya de por si trato de darle credibilidad a los personajes que interpreto, es un reto también hacer que se crean que soy cura.
¿Qué opinas del regreso de 'Física o química' con 'FoQ: La nueva generación'?
Como alguien al que se le dio la oportunidad en su día, creo que se tienen que seguir dando oportunidades, pero de esa generación solo hubo esa generación. La nueva será mejor o peor, pero desde luego diferente. Yo desde aquí les deseo lo mejor y ojalá les vaya tan bien como siento que nos ha ido a muchos de los que participamos en esa serie que a día de hoy trabajamos en lo que nos gusta. Ese para mí es el éxito.
En 'Ella, maldita alma' todos están deseando hacer ver que el más bueno, que es el cura, es el peor
¿Sientes que actualmente son buenos tiempos para la ficción?
Creo que hay demasiada. ¿Es bueno que haya tanta vivienda y no se pueda ocupar? Hay mucho trabajo, pero no por ello es mejor y cada vez los tiempos son peores.
Como actor, ¿qué opinas de cómo se ha vivido la polémica de Karla Sofía Gascón?
La gente ahora mismo está... No sé si más crispada, pero hay más altavoz que antes. En este trabajo tenemos que ser considerados y un error o algo mal dicho en un momento dado lo puede tener cualquiera, en cualquier ámbito y hablando de lo que sea. Todos hemos podido meter la pata en algún momento de nuestra carrera diciendo algo que no era lo conveniente. Si te digo la verdad, no me he enterado de lo que ha dicho. Yo siempre estoy ajeno a historias. Si el día de mañana dicen que he dicho algo, me trato de explicar o pedir perdón y a la gente le da igual, porque ya me han puesto la cruz, debe ser difícil. Trato de ponerme en la piel de alguien que ha cometido un error y no se le perdona...
Nos estamos centrando muchas veces en que si somos una sociedad lo suficientemente capaz de juzgar y de ser críticos somos más valiosos, pero a lo mejor no tenemos la capacidad para mirar donde tenemos que mirar, para saber dónde somos más críticos y juzgamos. También se habla mucho de esto en la serie. En un pueblo como La Isleta en el que aparentemente todo el mundo es bueno, todos están deseando hacer ver que el más bueno, que es el cura, es el peor. Se dice en la serie: "Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Si todos fuéramos más a lo nuestro, resolviésemos nuestros problemas y ya luego nos diéramos el lujo de dar consejos a los demás, las cosas irían, no sé si mejor, pero de una manera más tranquila.
Yo no amanezco cada mañana esperando a ver si soy un poco más famoso que ayer
Eduard Fernández explicó en una entrevista que la fama le llevó por un mal camino, ¿te sucedió a ti algo similar al comenzar tan joven?
No sé a qué edad le sucedió a Eduard, pero a mí me pasó con 16 años y no había redes sociales. Era algo que existía sobre todo en la calle o los sitios a los que ibas. Yo intenté mantenerme lo más pegado a mi grupo de gente que ya me conocía de antes, sin ir a fiestas ni juntarme con esa gente nueva que en ese momento te elige porque eres la novedad, pero que habría que ver si te siguen eligiendo meses o años después.
A día de hoy mi gente sigue siendo la misma con pocas incorporaciones nuevas, porque para que me aporten los valores, la sinceridad y la naturalidad de esa gente de siempre cuesta mucho romper ese círculo. No es que sea cerrado, si tienes algo nuevo que aportarme estoy abierto, pero enseguida se ve qué es lo que quieres de verdad. Al final la fama puede ser muy llamativa y golosa, ¿pero realmente qué te da? Yo no amanezco cada mañana esperando a ver si soy un poco más famoso que ayer.