Tras más de 10 años al lado de Ana Rosa Quintana, Màxim Huerta decidió emprender un nuevo camino en el año 2015, dejando 'El programa de Ana Rosa', ese magacín que tantas alegrías le dio en su día en Telecinco. Lo hizo para centrarse en su faceta como escritor, una labor que compaginó con colaboraciones en publicaciones y televisión ('Destinos de película' de La 1). El 6 de junio de 2018 su vida cambió radicalmente cuando Pedro Sánchez le nombró ministro de Cultura y Deportes, una cartera que abandonó pocos días después por un presunto fraude fiscal que cometió en su día.
Màxim Huerta en 'El programa de Ana Rosa'
Al anunciar su dimisión, Huerta dejó claro que lo que hizo en su día "era perfectamente legal (...) asesorado por mi asesor fiscal, como muchos otros creadores, facturé de una sociedad limitada, no era ilegal en su día (...) hasta que Hacienda decidió cambiar de criterio". El valenciano contó que presentó un recurso, pero lo perdió. No venció esa batalla... ni la de la presión posterior ya que este problema fiscal le costó también ese Ministerio en el que estaba tan ilusionado. Desde ese momento, Màxim no ha reaparecido en televisión, no lo ha hecho hasta ahora. ¿El lugar elegido? Efectivamente, el magacín conducido por Ana Rosa Quintana. El escritor y presentador ha querido que fuese con ella y con su compañero y amigo Joaquín Prat. Con ellos ha repasado todo lo vivido hasta ahora, ha confesado sus peores momentos y ha avanzado lo que está poro venir.
"Soy el de siempre"
El inicio de la charla ha sido contundente y sin duda ha reflejado cómo es el Màxim de hoy. "Sigo siendo el mismo", ha afirmado, dejando claro que pese a su reciente cambio de nombre, no ha habido más cambios en él, es el mismo que se fue años atrás de 'AR'. "Unos me llaman Max, otros Màxim o Máximo, pero soy el de siempre", ha añadido. Huerta ha aprovechado la ocasión para recordar "lo mucho que disfruté aquí (...) me he disfrazado, he bailado, me he reído, he llorado, he disfrutado mucho periodísticamente" y ha dejado claro que "estoy muy orgulloso de haber formado parte de este programa".
Joaquín Prat, Ana Rosa Quintana y Màxim Huerta
"Se me miró mal por venir de aquí"
"El hecho de trabajar aquí hizo que muchos me miraran como si viniese del infierno, se me miró muy mal pero yo estoy orgulloso de lo que hice aquí (...) hay que hacer un buen análisis a los que hemos trabajado en televisión y después ejercemos otras funciones", ha afirmado tajante, a la vez que Ana Rosa ha querido destacar la gran labor periodística que hicieron tanto él como Joaquín Prat en grandes acontecimientos informativos vividos como la muerte del Papa Juan Pablo II: "El trabajo de ambos fue espectacular, si fuese vosotros yo lo guardaría y lo enseñaría en unos años en las facultades (...) fue lo mejor". Algo en lo que Màxim se ha reafirmado: "Fue uno de las mejores cosas que he vivido aquí, pero eso en mi CV se olvidó. Pese a ello, estoy tan orgulloso de aquel tiempo".
Màxim Huerta recordando sus inicios como ministro
Esta crítica a su pasado televisivo llegó tras aceptar el Ministerio de Cultura y Deportes. Fue entonces cuando sus problemas fiscales y su relación con el mundo del corazón pasaron a primera línea informativa, se puso el foco sobre él. ¿Aceptaría ahora Huerta el puesto sabiendo todo lo que pasó después? "Volvería a decir que sí". "Pedro Sánchez me dijo que no me colgaba hasta que respondiese y yo dije que sí (...) en ese momento mi vida cambió por completo", ha añadido a la pregunta de Ana Rosa.
"Fueron muy injustos contigo"
La presentadora le ha confesado que "cuando presentaste tu dimisión, lo pasé realmente mal. Fueron muy injustos contigo porque no fue un fraude fiscal. Muchos ministros están en tu misma situación y han seguido en su puesto (...) entiendo que fue jodido para ti". Estas bonitas palabras han hecho que Màxim no pudiese evitar emocionarse, afirmando además que cree que si su presunto fraude fiscal tiempo después sí había podido seguir al frente de su Ministerio. Pese a ello, confiesa que a día de hoy "estoy muy feliz (...) aunque estaba muy ilusionado con la cartera, ahora estoy bien (...) lo estoy tras un tiempo de silencio en el que me impuse no hablar con nadie del tema, no leer nada, obviar textos tendenciosos, con prejuicio, con ira, con homofobia... (...) me dejé ayudar por mi familia". Huerta confiesa que sin duda, su madre y su hermana fueron sus mejores aliadas, lo fueron en el que sin duda ha sido el peor momento de su vida.
"Su peor momento"
El presentador ha hablado abiertamente de la depresión que sufrió, del miedo social que sintió y de la presión que tenía sobre él. "Entraba en un sitio y pensaba que todos me apuntaban, tenía pánico. Me encerré, no quería hacer nada, no quería salir de casa, me costó mucho volver a Madrid (...) cuando venía de Valencia a Madrid en coche pensaba: "Me da igual si me pasa algo, si el coche se va". Las semanas en las que sufrió esta presión fueron dudas, y fue en ese momento en el que se dio cuenta quién estaba realmente a su lado: "Hubo más mensajes de felicitación cuando cogí el Ministerio que de ánimo después (...) pero tuve muchos mensajes de ánimo, de gente que quizás no conoces tanto y te sorprende".
El presentador y escritor ha querido también confesar cómo fueron las horas posteriores a su dimisión, que vivió junto a su madre, quién confesa que "no le gustó que me ofrecieran ser ministro. "Aquella noche apagamos la tele, me quité el traje, me puse el pijama y ella me preguntó qué quería para cenar (...) fue una comunión de madre e hijo. Lo recordaré como uno de los mejor momentos de mi vida (...) necesitaba otra protección: la suya".
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