REPORTAJE

Mediaset apuesta por el equipo perdedor en 'Maribáñez': "Estamos hartos de cartón piedra en televisión"

Visitamos la pedanía sevillana donde se está grabando el docu-reality de Cuatro presentado por Cristóbal Soria, que baja al barro para mostrar la genuina realidad del fútbol modesto.

Mediaset

Por Alejandro Rodera El 22 de Abril 2023 | 12:20

El fútbol de élite es un remanso de lujo y glamour, pero en este deporte "no es oro todo lo que reluce", como nos cuenta el director Nacho Medina que, junto al resto del equipo de la productora Señor Mono, se ha desplazado al sur de Sevilla para encontrar el peor equipo del mundo. La búsqueda se llevó a cabo el año pasado de la mano de un apasionado del balompié como Cristóbal Soria, tertuliano de 'El Chiringuito de Jugones' y "mejor delegado de la historia" (o al menos eso dice él), y se acabó acotando hasta llegar a Maribáñez, una pedanía de Los Palacios y Villafranca de apenas mil habitantes donde el deporte rey cuenta con un trono un tanto oxidado.

Hasta allí nos hemos desplazado para conocer las instalaciones del conjunto local, el Atlético Maribáñez, que milita en la profunda Tercera División Andaluza. Sin embargo, sus días en esa categoría podrían estar contados. "Es un equipo de amigos y estaba que se caía, pero con la ayuda de Cristóbal estamos intentando remontarlo", reconoce Juanjo, más conocido como El Orejas, que es el alma del grupo y del docu-reality de Mediaset que se ha formado a su alrededor, aunque realmente los goles son tan solo un pretexto para asomarnos a un pueblo acogedor y vibrante. "Lo bueno de Maribáñez es que es una pedanía muy cerrada, y el equipo de fútbol es la línea fina que va por el medio y permite ver las vidas de los demás", apunta Medina.

Rodaje de 'Maribáñez, el peor equipo del mundo'

"Nos metemos en los vestuarios, pero esos vestuarios son la prolongación de una casa, una familia, un pueblo", añade el realizador. Por esos vestuarios paseamos junto a Soria, que nos enseña la prosaica realidad del fútbol modesto: una pila de botas embarradas, un termo de agua encadenado a la pared, un kit médico con lo justo para sobrevivir al albero y una pizarra con varias normas de conducta que imponen sanciones entre uno y cuatro euros, ya sea por no aparecer en el entrenamiento o por escaquearse de un partido.

El recaudador de esas multas es el mismo Orejas, que lleva más de una década inmerso en un equipo que, cual restaurante de 'Pesadilla en la cocina', estaba al borde de la extinción. Y ahí entra en juego un Soria que se enfunda el traje de Alberto Chicote para acudir al rescate, aunque la salvación tiene un precio. "Lo más complicado ha sido que Cristóbal nos meta en vereda. Nosotros teníamos que quitarnos la cerveza y la fiesta, que es difícil porque el fútbol no es nuestra vida, no nos da dinero, tenemos que ganarlo trabajando", comenta Juanjo, que compagina su devoción por el Maribáñez con otra labor profesional.

De la misma manera, Will, El Largo, Little Chicken o El Chinchi, algunos de sus compañeros sobre el campo, también tienen que encajar el fútbol en sus vidas, así como el burro Calcetines, la mascota del equipo, que además ejerce de "cortacésped" al encargarse de preparar el áspero terreno de juego. "Lo que más me gusta en la vida es cazar personajes, encontrar personajes nuevos. Y aquí los tengo todos, le das una patada a una piedra y sale un personaje", asegura Medina.

Cristóbal Soria en las instalaciones del Atlético Maribáñez

#YoSoyMaribáñez

El elenco de personajes que va forjándose se extiende más allá del Maribáñez. De hecho, las parejas de los jugadores adquieren un peso capital y suman a la naturaleza costumbrista del proyecto, que hilvana con el alfiler del fútbol un tapete cálido, colorido y cuidadosamente plasmado en pantalla. "El secreto ha sido la inmersión absoluta del equipo con la gente. El técnico de sonido se va hoy a casa con un tiramisú que le ha hecho Chari. Nos hemos mimetizado. No veníamos a grabar y adiós", indica el director.

Tras recibir luz verde por parte de Mediaset, donde se producirá el estreno próximamente a través de Cuatro, el equipo técnico se trasladó a la pedanía en noviembre, respetando los plazos de los protagonistas: "Les hemos dado su tiempo y hemos cuadrado sus horarios de trabajo. Ellos curran en la recogida del tomate, en el tractor, en el puerto de Sevilla, en la obra... Tienes que encajarte a sus horarios y ellos se han entregado a nosotros sin saber de qué iba. No han hecho tele ni les han puesto una cámara delante en la vida".

El mejor ejemplo de esa armonía fue el preestreno del primer episodio al que pudimos asistir en la noche del miércoles 19 de abril. Totalmente atestada, la plaza del pueblo se fundió en risas, gritos y aplausos propinados por el público más agradecido que podía tener el formato. En cualquier caso, no deja de ser una muestra representativa del impacto que puede tener en el resto de España, por donde se puede propagar con su tono blanco y amable: "Tiene una cosa muy buena: yo no creo que sea un programa de humor, y conseguir la carcajada es muy difícil, pero sí es un programa de sonrisa".

Algunas de las sonrisas esbozadas pertenecían a tres personas ajenas a Maribáñez, pero que se han integrado con el paso de los meses. El primero, y quizá el que más conflicto y pasiones ha levantado, es obviamente Soria. "Cristóbal con todo lo polémico y poliédrico que es, les genera ilusión. Quiere disciplina y compromiso y les suelta broncas, pero le creen", asevera Medina, que defiende la figura del controvertido contertulio: "Es un tío que entiende muy bien la televisión y el sentido del entretenimiento. Y, además, al rascar hemos descubierto un tío que no solo es el de 'El Chiringuito' que pega voces".

Pese a la fricción que se despierta inmediatamente entre Soria y los jugadores, el modus operandi del presentador va calando entre ellos, al igual que los métodos de otras dos figuras claves: la preparadora física Alicia Romero, que ha tratado de ponerles a punto, y la influencer y redactora Sofía Irazusta, que se ha volcado en promover su presencia en redes sociales. "Es el reto más grande que he hecho en mi vida", se sincera Romero, mientras que Irazusta destaca la gran actitud de quienes se han sometido a este desafío deportivo y televisivo: "Les proponemos locuras que iréis viendo y siempre dicen que sí. Están muy predispuestos y encantados".

Entre el fútbol y la vida

Los propios protagonistas son conscientes del valor que puede tener 'Maribáñez', con su maridaje de cotidianidad y aspiración deportiva, a la hora de enseñar la cara menos opulenta de un negocio global. "Que el fútbol de élite no se olvide. Esto es lo primero, la base. Los primeros campos eran de albero, y esto sigue siendo fútbol. Lo mismo es este fútbol que el de primera, aunque la calidad no lo sea. Ellos tienen cromos y nosotros no", revindica Will, el carismático portero suplente.

Aun así, las virtudes patentes en el docu-reality tendrán que medirse contra los pesos pesados de la televisión generalista, aunque a su favor juega el factor sorpresa. "Es un riesgo apostar por este programa en prime time. Si fuera a una plataforma, pues bien, muy guay, pero vamos a competir con los leones. De todas formas, pienso que si estás zapeando y ves esto, te quedas viéndolo un rato, porque dices '¿Esto qué es? ¿Es "Campeones"? ¿Ese no es el de 'El Chiringuito'? Esto es Berlanga, me voy a quedar a verlo'", esgrime Medina.

El realizador nos atiende pasada la medianoche, mientras la gente termina de despoblar la plaza, pero con ganas de seguir rodando para rematar la temporada. ¿Funcionará? Ahora mismo, nadie lo sabe, aunque Medina ya está más que satisfecho con el resultado: "'Maribáñez' es una ventana abierta a la vida con la excusa del fútbol. Ya estamos hartos de cartón piedra en la tele. Es una apuesta muy honesta por bocados de realidad desde el principio. Es un gazpacho de verano en una noche muy calurosa, y eso te apetece tomártelo y quieres más".