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A través de su mirada a un futuro cada vez más presente, 'Black Mirror' se ha erigido como una de las reflexiones más profundas de nuestra sociedad. Cada episodio plantea una realidad diferente en la que se cuestionan la tecnología, la globalización y la maraña informativa hasta el punto de poner al espectador entre la espada y la pared. La antología se hace más interesante, si cabe, por la enorme libertad de géneros de la que hacen gala sus diferentes temporadas en Channel 4 y Netflix.
Hemos sido testigos de episodios más crudos como "White Bear" (2x02) o "Shut up and dance" (3x03), otros más dulces como el aclamado "San Junipero" (3x04) o "Hang the DJ" (4x04) y algunos experimentales como "Metalhead" (4x05). De hecho, hemos llegado a tomar nuestras propias decisiones gracias a "Bandersnatch", un hito en la historia televisiva por permitir la interacción con el espectador en directo.Con motivo del estreno de la quinta temporada, en FormulaTV hemos querido seleccionar los mejores y peores episodios de 'Black Mirror'. Como siempre, sed bienvenidos a expresar vuestra propia selección en los comentarios al final de la página.
Los mejores episodios de 'Black Mirror'
The National Anthem (1x01)
"The National Anthem", 1x01 de 'Black Mirror'
David Carro
Ninguno como el original. Cuando todavía era una serie británica, 'Black Mirror' se atrevió con una mezcla perfecta entre política, monarquía y opinión pública que a buen seguro removió en sus asientos a cada uno de los espectadores, reflejados de una u otra manera. El punto de partida de "The National Anthem" es el secuestro de la princesa Susannah, que solo podrá ser salvada si el primer ministro se graba manteniendo relaciones sexuales con un cerdo. Con esta disparatada premisa, llega a poner en entredicho el valor de la familia real y cuestiona los escrúpulos de la sociedad, que deja pasar ante sus ojos problemas de gran calado a cambio de ver a sus gobernantes en situaciones comprometidas.
Revisionar este episodio es recordar cuando 'Black Mirror' no necesitaba incluir artilugios tecnológicos en sus historias para señalar con el dedo índice los rincones más oscuros de nuestra conciencia. Sin olvidar su tono "futurista", en sus inicios tenían cabida otras temáticas como los medios de comunicación o la política que, poco a poco, han ido quedando opacadas. Una decisión más arriesgada, además, por apelar directamente al sistema institucional y mediático de Reino Unido en lugar de optar por la siempre cómoda opción de ambientar la historia en un lugar imaginario.
Casualidades del destino, años después de su emisión salió a la luz un presunto incidente en la juventud de David Cameron que también implicaba prácticas sexuales con un cerdo. Un nuevo recordatorio de que la realidad supera siempre a la ficción que terminó por convertir el episodio en una joya.
The Entire History of You (1x03)
"The Entire History of You", 1x03 de 'Black Mirror'
Alejandro Rodera
Curiosamente, mi episodio favorito de 'Black Mirror' es el único en el que su brillante creador, Charlie Brooker, no figura en el apartado de guion. En su lugar, Jesse Armstrong, que ahora triunfa en HBO con 'Succession', firmó un libreto para el recuerdo, trasladado a la pequeña pantalla con un ritmo y una intensidad abrumadoras. Además, suponía el cierre de la primera temporada de la serie británica, que definía así su tridente más habitual: el thriller, el gran concepto tecnológico y el drama emocional.
Esa última categoría es seguramente la más prolífica y profunda de la ficción, como ha demostrado temporada tras temporada con "Be Right Back", "San Junipero", "Hang the DJ" y "Striking Vipers". En el caso concreto de "The Entire History of You", la idea de poder repasar cada escena de tu pasado es llevada al límite con todas las consecuencias, en una escalada de tensión y violencia encarnada visceralmente por Toby Kebbell. Partiendo de esa base conceptual, el capítulo analiza el aislamiento al que nos pueden condenar ciertas tendencias tecnológicas y cómo tener un pie anclado obsesivamente en el pasado nos va a hacer añicos cuando queramos avanzar hacia el futuro.
En su momento, cuando en 2012 Cuatro estrenó en una misma noche los tres episodios que componían la primera entrega de 'Black Mirror', se produjo una alteración del orden capitular, que llevó a esta obra maestra a quedar encajonada entre el polémico "The National Anthem" y el ambicioso "Fifteen Million Merits". En mi caso, esa estrategia hizo que me impactara menos "The Entire History of You", pero con cada revisión de la serie, este reivindicable episodio ha crecido dentro de mí, por su vigencia y por su desbordante personalidad.
Be Right Back (2x01)
"Be Right Back", 2x01 de 'Black Mirror'
Héctor Alabadí
El primer capítulo de la segunda temporada, titulado "Be Right Back", es una de esas joyas de esta distopía donde cobra especial fuerza el componente emocional. Como ocurre en "San Junipero" o "Cuelguen al DJ", la parte más crítica y alarmista de 'Black Mirror' se deja invadir por el sentimentalismo. Sin perder la atmósfera fría y perturbadora que caracteriza a esta antología, Charlie Brooker se sumerge en un relato sobre la muerte y la incapacidad de asumir la pérdida de un ser querido, con las nuevas tecnologías como contexto. La narración indaga en la idea de trasladar la consciencia o alma de las personas. Sí, casi lo mismo que reflexionaba Mariló Montero en "La mañana" de La 1.
Aunque inicialmente nos muestra a una pareja idílica que inaugura su nueva residencia, todo cambia cuando Ash (Domhnall Gleeson) fallece de forma repentina. Un accidente obliga a Martha (Hayley Atwell) a rehacer su vida en solitario. Pero todo vuelve a ponerse patas arriba cuando contrata un servicio para revivir a su novio a través de su constante actividad en redes sociales. Lo que comienza siendo una aplicación que le permite tener conversaciones con él, como si de Siri o Alexa se tratase, acaba con la creación de un clon robótico.
Se trata de un episodio de gran carga dramática y emocionalmente angustioso para el espectador, donde nos planteamos qué ocurriría si dentro de unos años pudiesen revivirnos recopilando todo nuestro historial digital. ¿Somos tal y como nos mostramos en Instagram o Facebook? Esta es la crítica indirecta que plantea el episodio, al hacernos reflexionar sobre si nuestra imagen pública es un reflejo de la realidad o una proyección ficticia.
Los peores episodios de 'Black Mirror'
The Waldo Moment (2x03)
"The Waldo Moment", 2x03 de 'Black Mirror'
David Carro
Aunque en España hemos visto cómo famosos tratan de aprovechar su popularidad para abrirse camino en unas elecciones -y, en otro plano, Buenafuente consiguió enviar a Rodolfo Chikilicuatre a Eurovisión-, la idea de que un dibujo animado se convierta en líder de masas hasta alzarse como segundo candidato más votado rompe con la verosimilitud a la que acostumbra 'Black Mirror'.
"The Waldo Moment" gira en torno a Jamie, un humorista fracasado que se esconde detrás de un dibujo animado llamado Waldo. Gracias a la popularidad de la que goza por sus ácidas entrevistas a políticos, deciden presentarlo a las elecciones parlamentarias. Lo que en principio parecía una broma acaba alcanzando un cáliz desproporcionado frente a los candidatos de los partidos tradicionales.
Sí, llegados a este punto podríamos admitir ciertos puntos en común con la trayectoria de Donald Trump pero... ¿un dibujo animado? Si a esto le sumamos un reparto de personajes flojos con los que se genera poca empatía, el hecho de que no transcurre necesariamente en una sociedad del futuro, perdiendo la esencia de la serie, y la cantidad de tramas abiertas sin que ninguna coja especial fuerza, nos da como resultado uno de los episodios más prescindibles de 'Black Mirror' (y, desde luego, un decepcionante punto final a la segunda temporada).
Hated in the Nation (3x06)
"Hated in the Nation", 3x06 de 'Black Mirror'
Alejandro Rodera
La tercera temporada de 'Black Mirror' fue un irregular punto de inflexión. La puerta de entrada a la serie tras su adquisición por parte de Netflix fue "Nosedive", una copia indiscreta del MeowMeowBeenz de 'Community'. De ahí en adelante, nos adentramos en una montaña rusa, con momentos tremendamente álgidos y otros mucho menos memorables. En esa segunda categoría habría que etiquetar a "Hated in the Nation", el capítulo que clausuraba esta visión expandida de las tragedias tecnológicas de Brooker.
Lejos de ser una apuesta menor dentro del universo de la serie, este episodio es uno de los ambiciosos, tanto por su metraje equiparable al de una película como por su amplia y compleja temática conspirativa. Sin embargo, esos mimbres se derrumban con un desarrollo más propio de telefilm, que en sus momentos más sonrojantes llega a asemejarse a "Atrapados en el enjambre" del maestro de la serie Z Paul Ziller. Con "Hated in the Nation", Brooker sucumbe a un tono pretencioso, con el que pierde la identidad habitual de la serie para entregarse al tedio y la tensión de baratillo.
Metalhead (4x05)
"Metalhead", 4x05 de 'Black Mirror'
Héctor Alabadí
El quinto capítulo de la cuarta temporada, titulado "Metalhead", es uno de las entregas de 'Black Mirror' que más indiferente me ha dejado. No es el peor capítulo de esta antología, no es una mala historia, simplemente no encaja con el concepto del resto. La característica principal de esta ficción es que cada entrega presenta un gran universo, tan rico que podría dar para un largometraje o trilogía. Un universo marcado, especialmente, por los peligros que conllevan las nuevas tecnologías o nuestras adicciones a las redes sociales.
En este episodio se nos presenta una historia clásica centrada en dos únicos personajes: una mujer (Maxine Peake) y un perro de metal que la persigue en un contexto postapocalíptico. Pero si rascamos un poco en la superficie nos damos cuenta de que el perro robótico solo es la percha que han buscado para encajar este capítulo dentro de la antología de Netflix. Esta cabeza metálica es simplemente un Macguffin para contarnos una historia de corte clásico que rinde homenaje al séptimo arte. Narrada en blanco y negro, principalmente para destacar estilísticamente, sí logra generar tensión y claustrofobia en el espectador, a pesar de no encajar como pieza en el puzzle que propone 'Black Mirror'.