'Anatomía de Grey': El miedo se apodera de los protagonistas en el 15x13

La semana pasada en 'Anatomía de Grey' descubrimos el gran secreto de Betty cuando la joven reconoció ante Owen y Amelia su verdadera identidad y que ha estado engañándoles durante todo este tiempo. Con esta revelación se ponía en duda el destino de ella y del pequeño Leo, sobre todo ahora que saben que sus padres no saben nada de su hija y mucho menos que se han convertido en abuelos. Por su parte, Miranda conseguía reconciliarse con Ben después de que ambos reconocieran sus errores. Además, Meredith por fin tomaba una decisión y optaba por DeLuca, dejándose llevar por la pasión y la bondad del italiano.

En este nuevo episodio de la decimoquinta temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "I Walk The Line", Owen y Amelia no tienen más remedio que lidiar con la presencia de los padres de Betty, que han conseguido encontrarles al ser los actuales tutores legales de la joven. Maggie se ve obligada a atender a una vieja compañera de clase de la que no guarda precisamente un gran recuerdo, mientras que Meredith decide confesarle a su hermana que ha iniciado una relación con DeLuca.

Disfrutar del amor libre

Aunque Owen ya se decantó por Amelia y así se lo aclaró y especificó a Teddy, ella parece tener miedo de hacer pública su recién estrenada relación con Koracick. Quizá en un principio esta pareja resultara un tanto desconcertante, sobre todo por el historial amoroso del neurocirujano, sin embargo, ambos parecen querer ir en serio y la relación comienza a tener sentido y a encajar en la serie. Además, en este episodio han aprovechado este extraño triángulo o cuadrado amoroso para introducir un peculiar caso médico y conseguir que Teddy se lance y deje los miedos atrás.

En concreto, en dicha trama hemos conocido a una paciente que ha acudido al hospital acompañada por su marido y su mejor amigo, provocando un malentendido fruto de la estrecha relación entre los tres. Esta historia no ha sido un hecho baladí, los guionistas la han utilizado para hacerle comprender a Teddy que ella y Owen solo serán amigos para siempre y que eso no tiene que ser nada malo, todo lo contrario. Con esta trama por fin cerramos para siempre el triángulo amoroso, dejando la puerta abierta a que Teddy pueda disfrutar sin ataduras del amor con Koracick.

Quien también tiene miedo de dejarse llevar por sus sentimientos es Meredith, aunque en este caso por un motivo diferente. Nuestra protagonista no quiere herir los sentimientos de Maggie y prefiere tener su aprobación previa antes de hacer pública su relación con DeLuca. Es un temor absurdo puesto que Maggie ya pasó página con Andrew y nada le pondría más contenta que ver a Meredith feliz y compartiendo la vida con alguien tan bueno como DeLuca, pero esas dudas de Grey nos han regalado una preciosa compenetración entre hermanas, demostrando que el pasado ya es historia y ambas se tienen la una a la otra para apoyarse y defenderse en todo lo que haga falta.

Miedo a perderlo todo

Mientras tanto, ajenos a los líos amorosos de sus compañeros, Owen y Amelia tienen toda su atención centrada en Betty y Leo. La semana pasada salía a la luz que la joven les había estado engañando durante todo este tiempo haciéndose pasar por otra persona y ocultándoles a sus padres su paradero. El duro golpe continúa con la desaparición de Betty y la llegada al hospital de sus padres, que se han presentado en busca de respuestas y llevándose la gran sorpresa de que ahora son abuelos. Como era de esperar, quieren llevarse a Leo para encargarse de su cuidado, algo comprensible porque son su familia, quien no lo tiene tan claro es Owen.

Ver al doctor Hunt hundido ante la posibilidad de que se lleven al que considera su hijo parte el corazón a cualquiera, aunque eso no justifica su forma de tratar a Amelia, que sólo ha querido ayudar a la madre de Betty para que no se sintiera culpable de todo lo sucedido. Este revés da inicio a una nueva guerra en la que Owen tendrá que pelear para conservar la custodia del pequeño Leo, pero también tendrá que esforzarse para no dejar que la ira y el enfado del momento estropee, una vez más, su relación con Amelia. Con este ya hemos perdido la cuenta de los obstáculos que se han encontrado por el camino, ¿será el último o les tendremos que ver superando nuevos inconvenientes?

Entre tanto drama siempre hay un hueco para la comedia y ese aspecto le ha correspondido en esta ocasión a Bailey. Después de verla sufrir con sus ataques de pánico y su miedo a perder a Ben, ahora sus temores se centran en no poder recuperar su puesto como jefa. Hace unos episodios le cedió el puesto temporalmente a Karev, y ahora que quiere recuperarlo, Alex se niega por completo a abandonarlo hasta haber finalizado el contrato firmado. Ver a Bailey cambiar su foto de posición como forma de reclamar que ella sigue siendo la que manda ha aportado ese pequeño toque cómico, aunque en el fondo detrás de tanta rabia se esconde una enorme satisfacción y orgullo de ver cómo un alumno se ha convertido en un maestro.

Casos médicos

El capítulo se ha completado con dos tramas médicas más. Por un lado, un joven ha llegado gravemente herido tras un tiroteo en un desfile, una historia creada adrede para criticar el libre uso de las armas que se hace en Estados Unidos y que tantas muertes provocan al año. Por suerte el joven logra salvar su vida, pero nos han recordado los desoladores sucesos de los tiroteos ocurridos en centros escolares, hechos que, desgraciadamente, se han repetido a lo largo de la historia. No es la primera vez que en 'Anatomía de Grey' usan un episodio para una reivindicación o crítica semejante, algo que siempre es acertado teniendo en cuenta el poder que tienen las series de televisión en la sociedad.

Por otro lado, Maggie se ha visto obligada a atender a una antigua compañera de clase, alguien a la que guarda mucho rencor por todas las humillaciones a las que le sometió. Como médico no tiene más remedio que atender a la paciente, aunque la enfermedad que padece parece que no tiene solución. Verse al borde de la muerte le hace suplicar su ayuda y Maggie acaba dejando todo ese odio de lado y, con ayuda de Meredith, consigue que la mujer tenga una segunda oportunidad en la vida. Como decían en "American History X", la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado y el odio solo es un lastre, una lección que Maggie ha aprendido para siempre.