No es la primera vez que oímos hablar de los "problemas" de Miguel Bosé con la Agencia Tributaria. El cantante, que se vio envuelto en la polémica después de mostrar en repetidas ocasiones su postura negacionista con respecto a la pandemia de covid-19 (llegando a protagonizar una tensa entrevista con Jordi Évole) abandonaría la lista de morosos de Hacienda en 2019. Sin embargo, su tira y afloja no ha terminado ahí.
Miguel Bosé, multado por Hacienda
Entre los años 2010 y 2011, Bosé habría tratado de desgravarse gastos como podrían ser el sueldo de su entrenador personal, tratamientos de fisioterapia, el servicio doméstico, reparaciones en su jardín o la compra de diversos jamones y embutidos. La Agencia Tributaria habría dilucidado que estos gastos no pertenecían a la actividad profesional de Costaguana, la sociedad del cantante, por lo que su IVA no podría deducirse de esa forma.
Más allá de la compra de jamones
La sentencia dictaminaría que Bosé habría cometido otras irregularidades: "Se descubre por la inspección un entramado de empresas, ya que el socio y administrador único de la entidad actora, D. Herminio [el sobrenombre con el que los jueces tratan de ocultar la identidad de Miguel Bosé] participaba en una serie de sociedades como la propia entidad actora y Tarisa BV, radicada en Holanda". También añade: "Se descubrieron también importantes entradas y salidas de capital, provenientes de Luxemburgo y con destino a EE UU".