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'Modern Love' es la nueva serie con la que Amazon Prime Video pretende seguir ensanchando el hueco que está abriéndose entre las plataformas de streaming. Ocho historias de amor ambientadas en Nueva York para sumergirse en ellas con calma, como aquellas tardes sin fin que pasábamos con el suplemento dominical del periódico entre las manos.
Ocurre así porque la serie se inspira en la columna del mismo nombre de The New York Times, un oasis entre la actualidad neoyorquina en el que los lectores comparten sus experiencias sobre el amor y la complejidad de las relaciones humanas en toda su extensión. El responsable es John Carney, que debuta en televisión tras dirigir películas como "Once" o "Begin Again".Anne Hathaway da vida a una mujer bipolar en 'Modern Love'
Este cóctel de ocho sabores, ya de por si atractivo, se sirve con un reparto espectacular. Así, podemos ver a una Anne Hathaway tratando de conciliar el amor y su bipolaridad, un Dev Patel batallando entre un flechazo y su ambición profesional y un cínico John Slattery tratando de enmendar su matrimonio con Tina Fey tras muchos años de desgaste, entre otros intérpretes de sobra conocidos por el gran público. Detrás de las cámaras se coloca su creador pero también actores como Emmy Rossum ('Shameless'), que dirige el episodio de una Julia Garner buscando revertir la carencia afectiva de su padre ausente.
La literatura es el referente inmediato de 'Modern Love' a la hora de construir sus historias. Como si del resumen de un libro se tratase, cada uno de sus ocho episodios abarca un gran arco temporal y deja las vidas de sus protagonistas bien atadas a través de escenas en las que el diálogo prima sobre la acción. Más allá, muchos de sus protagonistas son escritores, periodistas o voraces lectores. No podía ser de otra forma, dado que la mayoría de las historias de la columna original son publicaciones de autores que cuentan incluso con libros en el mercado. Es causa y efecto, una forma de mantener el espíritu original de un proyecto que nació sobre tinta.
Una serie para sentirse bien... pero poco diversa
Cristin Milioti en 'Modern Love'
Quizás estas historias de amor moderno pecan ligeramente de ilusas, ya que en sus desenlaces predomina el optimismo y el éxito en las relaciones sentimentales. No porque todas salgan bien sino porque, si salen mal, es lo que tenía deparado el destino y como tal es recibido, casi como si de un final de color de rosa se tratase. Es una ficción para acabar con una buena sensación en el estómago, para imaginarte conociendo a alguien especial en una cafetería de Manhattan o Brooklyn y enamorándote en las calles de Nueva York.
'Modern Love' no pretende solventar la gran crisis emocional del siglo XXI pero tampoco tratarla con angustia
Precisamente la serie se pierde quizás en esa embriaguez de romanticismo y se centra en el lado más resplandeciente de la ciudad que nunca duerme, donde no entran en juego otros factores que en la vida real sí afectan a las relaciones. Conocemos a personajes de una clase acomodada, con buenos trabajos, que habitan pisos más o menos ostentosos pero en ningún caso al alcance de todo el mundo. Basta con observar el reparto, plagado de estrellas, en el que hay variedad de edades pero no brilla por su diversidad, como tampoco ocurre en las tramas.
No es que todas las historias cuenten el clásico "chico conoce a chica". Al contrario, hay que alabar que se aborden complejidades en relaciones de parejas jóvenes, de parejas de de toda la vida, de amigos, de padres, de hijos, de primeras citas y hasta de personas con enfermedades mentales. Pero, para ser 'modernas', se echa en falta que reflejen las nuevas formas de establecer vínculos de la actualidad, que en realidad no son tan nuevas sino que ahora se habla de ellas.
John Slattery y Tina Fey en 'Modern Love'
Los personajes tampoco se ven afectados por conflictos enrevesados, sin que esto sea negativo en absoluto. 'Modern Love' es para los amantes de las historias que elevan la simplicidad de las relaciones humanas y las ponen en el centro de la acción, el remedio azucarado para quienes lamentaron la cancelación de 'Easy' en Netflix. Una tranquila conversación con un café sobre el difícil equilibrio entre nuestro frenético día a día y alguien con quien compartirlo. Un dilema elemental -que en realidad esconde la gran crisis emocional del siglo XXI- que la serie no pretende solventar pero tampoco tratarlo con angustia.
En un momento en el que hay cada vez mayor demanda de contenidos breves para disfrutar entre horas (es el modelo de negocio de Quibi, una plataforma que tiene previsto su lanzamiento en 2020), 'Modern Love' y sus historias cerradas se erigen como ocho películas de solo 30 minutos. Un amor moderno para disfrutar de forma moderna, con episodios complementarios entre si que no obligan a seguir el hilo de uno a otro.