Lima, la perra de Jorge Javier Vázquez, ha fallecido tras doce años junto al presentador. Así lo ha confirmado el propio Vázquez en un artículo para la revista Lecturas. En él, el conductor de programas como 'Sálvame' o 'Supervivientes' explica la relación que mantenía con su galga, el primer perro que adoptó junto a su expareja, Paco, y narra cómo se dio su fallecimiento el pasado jueves 25 de enero por la noche. "La marcha de Lima, después de doce años con nosotros, nos ha dejado un poco para el arrastre", desvela Vázquez, que afirma que prefiere pensar que Lima sigue con ellos pero de otra manera.
El presentador comenta que Lima, su mascota, estaba enamorada de él. "Y yo de ella", confiesa. Vázquez explica que existía una conexión que "no era normal". En el artículo que ha publicado en Lecturas, relata cómo el ánimo de Lima cambiaba junto con el del propio Vázquez: "El lunes que estaba yo en el hospital con el asunto de ese ictus que yo no sabía que me había dado estuvo Lima meditabunda, según me contaron". "Coincidió que me metieran en el quirófano y ella volviera a subir las escaleras para esperarme en la puerta de mi habitación", revela.Jorge Javier Vázquez junto a Lima y el resto de sus perros
"La cosa empezó a pintar mal a finales de noviembre", desvela el conductor de 'Cuentos chinos', que narra cómo, tras volver de una entrevista con Lecturas, se encontró a su perra "tumbada en el sillón respirando con dificultad" y fue rápidamente con ella al veterinario. Parecía que todo quedaba en un susto, pero durante los siguientes dos meses, el estado de salud de Lima fue empeorando: "Pero ahí seguía, me autoconvencía yo. 'Aguantará un par de años más, ya verás. Ella mide mucho sus fuerzas'". Vázquez relata cómo el pasado jueves 25 de enero volvió a encontrar a su mascota "tumbada en el sillón", y llamó a la veterinaria.
"A lo mejor hay que parar"
Al llegar a la casa del presentador, la veterinaria dijo: "A lo mejor hay que parar". "Ese 'hay que parar' me destrozó. Y empecé a llorar, claro", confiesa Jorge Javier Vázquez. En la consulta, le comunicaron: "Deberíamos operar pero está muy mayor, no resistiría una sedación". "Nos quedamos un rato a solas. Le cogí la cabeza entre mis manos y nos miramos a los ojos, como tantas veces habíamos hecho a lo largo de estos doce años. La acaricié, le dije: 'Guapa'. Volví a acariciarle la cabecita hasta que en un momento escuché: 'Ella ya no está'. Y aparentemente todo acabó", narra el presentador. "Ya no sé qué hacer conmigo", concluye, subrayando su actual estado de ánimo: "En casa el silencio se hace más espeso, casi oscuro. Enciendo la tele sin sonido porque me parece que las palabras profanan el dolor".