Logan Sampedro, el exconcursante de 'Supervivientes' que quedó en segundo lugar en la edición de 2018, lleva tiempo alejado de los focos y su vida actual es muy distinta a lo que muchos podrían haber esperado de él. De hecho, él mismo ha compartido en una entrevista por videollamada con 'Socialité' cómo es su renovado y pintoresco estilo de vida.
María Patiño, presentadora del programa, ha dicho antes de dar pie a la entrevista que ya se olía que el exconcursante del reality quería llevar una vida sencilla y poco mediática: "Decía que quería tele y que quería tele, pero yo sabía que era un tío que quería vivir en libertad". Y tenía razón, porque resulta que Sampedro se ha mudado a una remota casa en Asturias, al lado de un riachuelo y con la compañía de dos mini cabras. "Fui a un monte a construirme una cabaña y estoy ahí medio viviendo hasta que la termine, pero va para largo", ha compartido Sampedro.Logan Sampedro, Jorge Javier Vázquez y Sofía Suescun en 'Supervivientes 2018'
"Vivo ahí con dos cabras y un par de caballos. [...] Son lo peor, llevo viviendo con ellas un mes o dos y lo único que hacen es escaparse", continuaba el asturiano. Aunque parece que el superviviente todavía no ha dominado el estilo de vida ermitaño: "Me gano su confianza a base de chantajearlas con comida, pero de momento domesticadas no están, no me hacen ni puto caso", ha confesado Sampedro. A pesar de todo, el exconcursante del reality no vive de forma tan bucólica y aislada, puesto que "cada tres días vuelvo a casa, sin problema. Todavía no soy un ermitaño al 100%". Además Sampedro a respondido a la pregunta de si en este momento está soltero, entre risas: "Sí, qué perfecto".
De "superviviente" a bombero
Cinco años después de pasar por 'Supervivientes', Sampedro ha aprobado las oposiciones de bombero y "su intención es irse a vivir a Tenerife", como recogía 'Socialité': "Estoy esperando a que me formen y empezar". El asturiano recordaba entonces su sonado accidente en Ibiza, en 2019, mientras preparaba dichas oposiciones, y por el que a punto estuvo de perder un ojo. "Me dejaron bastante tocado. Obviamente, no podía estudiar ni prepararme físicamente. Ese período estuve mal. Ahora mismo, más o menos veo bien, pero se me quedó la pupila superdilatada y me molesta la luz", explicó Sampedro, sobre sus secuelas.