La noche del jueves 31 de mayo, Jordi González repitió una vez más como presentador de 'Supervivientes: Conexión Honduras' en Telecinco. Una gala en la que, además de la prueba de recompensa que disputaron los supervivientes al comienzo, también participaron en un nuevo "juego" de recompensas y castigos que concluyó con unos concursantes más perjudicados que otros, como fueron los llamativos casos de Lara Sajén, Olga Moreno y Melyssa Pinto.
Los concursantes de 'Supervivientes' durante el reparto de premios y castigos
Los supervivientes debían correr en grupso de tres o en parejas, para recoger piedras enterradas, cada una con un número, correspondiente con un pergamino. El primero que llegase hasta Lara Álvarez, tendría la opción de intercambiar su pergamino, sin conocer su contenido completo, lo que dejó a concursantes con castigos y, a otros, con recompensas. Mientras que supervivientes como Carlos Alba u Omar Sánchez obtuvieron recompensas comestibles, y otros como Gianmarco Onestini o Sylvia Pantoja, recibieron tareas no demasiado agradables para realizar en los próximos días.
Sin embargo, entre las "penitencias" repartidas, destacó especialmente la que recibió Sajén, a quien le tocó trasladarse a una plataforma, a solas, para pasar allí un tiempo. "Esta piedra puede ayudarte a desconectar de todo y de todos, a disfrutar un tiempo solo para ti para meditar", anunciaba Lara, antes de anunciar a la concursante que se trasladaría a "una plataforma marina, aislada de tus compañeros hasta el miércoles y sobre el mar". "No vas a poder bajar nada más que para ir al baño", explicó la presentadora, quien añadió que "lo bueno es que tus compañeros se van a encargar de llevarte agua y comida cuando lo necesites".
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"No me voy si no me echa la audiencia"
A pesar del evidente bajón de Sajén al recibir la noticia, la argentina acabó aceptando su nueva situación con bastante optimismo, antes de que Álvarez prosiguiera repartiendo las recompensas y castigos. En último lugar, Melyssa y Olga compitieron por dos pergaminos, en una carrera en la que la segunda logró ser la primera, ganando la opción de intercambiar los pergaminos: uno contenía la inmunidad, mientras que, el otro, llevaba consigo la nominación directa. No obstante, la sevillana decidió mantener su suerte, tras lo cual la presentadora comunicó que había obtenido el primer privilegio, mientras que Pinto quedaba en manos del público a partir de la gala del 3 de junio. "Me da un poco de miedo, pero es lo que toca", confesó la concursante, emocionada, para después afirmar que "yo no me voy si no me echa la audiencia. Por mí, lo doy todo". "Que sea lo que tenga que ser", concluyó la catalana, algo más calmada.