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Nunca salir de prisión había sido un trago tan amargo. La séptima temporada de 'Orange is the New Black' será el final de la historia de las presas de la cárcel de Litchfield. Ellas quedarán libres de los muros de la cárcel, pero también Netflix llorará la pérdida de una de sus series más prestigiosas y los fans quedarán desolados ante la pérdida, aunque dejan tras de sí siete temporadas llenas de humor, emociones y peligros.
Taylor Schilling y Laura Prepon como Piper y Alex de 'Orange Is the New Black'
Kohan quiere ser libre
La serie había sido renovada hasta ese año por Netflix en 2016. Es el tiempo que la creadora, Jenji Kohan, había firmado para permanecer como showrunner, puesto que llevaba ocupando desde que Piper Chapman (Taylor Shcilling) entrase en los muros de esta cárcel de mujeres al principio de la misma. Así pues, seguramente el fin de la andadura de 'Orange Is the New Black' tenga que ver con su decisión de no continuar la serie y darle un cierre.
A ello apuntan las declaraciones de Kohan que recoge Variety, en las que la guionista afirma que "después de siete temporadas, es la hora de salir de prisión". "Echaré de menos a todas las chicas duras de Litchfield", asegura también Kohan, que al mismo tiempo agradece al equipo de la serie, al que califica de "increíble" para terminar con un nostálgico símil con el nombre de la serie: "Mi corazón es naranja, pero se ha fundido a negro".
Un camino largo y provechoso
Así se despiden las participantes de uno de los fenómenos generados por Netflix en los últimos años, y también uno de los que ha dado prestigio a la plataforma. La serie ha sido nominada hasta el momento a diecinueve Emmys y seis Globos de Oro, habiendo conseguido cuatro de los Emmys. Los dos más importantes fueron para Uzo Aduba por su carismático papel de Suzanne "Ojos Locos".