En la noche en la que se grabó el último episodio de la mítica serie 'ALF', uno de sus protagonistas, Max Wright -que interpretaba al patriarca Willie Tanner- rodó una única toma de su última escena, salió del set de rodaje, se fue a su camerino, cogió sus bártulos y se marchó a su casa sin despedirse de nadie.
Fue una acción que resume perfectamente el detrás de las cámaras de una de las series más recordadas de los ochenta: mal ambiente, odio, peleas, enfermedades ocultas y una lucha de egos titanes detrás de la aparentemente inofensiva marioneta de ALF, un alienígena del planeta Melmac que aterrizó por sorpresa en California para conquistarnos con su simpatía.
Lo cierto es que, en contra de la creencia popular, 'ALF' no fue en Estados Unidos el gran éxito que muchos se imaginan. La serie se estrenó en la cadena NBC el 22 de septiembre de 1986, cuatro años después del estreno de 'ET' en cines, y su primera temporada apenas logró colarse en el ranking de los treinta espacios más vistos del año.
En la época, nadie llegó a sospechar del infierno que se vivía tras las cámaras
Donde 'ALF' sí funcionó fue en el resto del mundo, gracias en parte a que por aquel entonces la mayoría de países disponían todavía de una o dos cadenas de televisión. 'ALF' fue un boom en Europa, sobre todo en Alemania y España, donde la mayoría de los jóvenes de la época estaban enganchados a las aventuras de este peculiar bicho peludo parlante.
Una marioneta con mucho carácter
Otra de las cosas que la mayoría de la gente suele confundir es pensar que 'ALF' era una persona con un traje puesto. Eso fue así únicamente durante algunas escenas de la primera temporada, cuando el actor Michu Meszaros (que sufría enanismo y medía 84 centímetros) se enfundaba el traje de 'ALF'. En el resto de la serie ALF era una marioneta, similar a un guiñol, controlado por varios marionetistas.
Para ello, la serie construyó la casa de los Tanner sobre un escenario a metro y medio del suelo y llenó la casa de trampillas, por donde se colaban los marionetistas para mover al muñeco. Generalmente, hacía falta tres personas para dar vida a ALF. Pero detrás de ALF estaba sobre todo un hombre, Paul Fusco, marionetista profesional y creador de la serie junto a Tom Patchett.
Fusco tenía también una personalidad compleja, hasta el punto de llegar a mimetizarse con su creación. Ideó a ALF en el 84, dos años antes de ver la luz la serie, para molestar a su familia y amigos. Cuando NBC dio verde a la sitcom, Fusco decidió mantener a ALF en secreto hasta el estreno, y a todo el equipo de la serie les decía que era un alien de verdad.
Max Wright llegó a desarrollar un odio personal hacia el personaje de ALF
Fusco era también la voz de ALF en su versión americana y se tomaba el personaje tan en serio que cuando NBC le hacía alguna crítica sobre ALF, justificaba su comportamiento diciendo que "ALF es un extraterrestre de 285 años y puede hacer estas cosas".
En 2002, la actriz Tina Fey recordó lo complicado que fue trabajar con Fusco en el especial que NBC preparó para el 75 aniversario de la cadena. Fusco sólo autorizó la presencia de ALF si los marionetistas podían mantenerse ocultos de todo el resto del mundo. Fey recuerda que ALF realizó su breve cameo, desapareció por un agujero, lo metieron en una caja y se lo llevaron inmediatamente del edificio.
Peleándose con un muñeco
Anne Schedeen, que interpretaba a la matriarca Kate Tanner, llegó a reconocer años después del final de la serie que "no había alegría en el set". Schedeen se mostraba sorprendida sobre cómo en una serie que fue bien recibida nunca llegó a traspasar la pantalla que el elenco y el equipo eran tan infelices trabajando en ella.
La actriz definió a sus compañeros de reparto como "personalidades difíciles" y reconoció que fue "sorprendente que nunca se supo el horror que en realidad era nuestro trabajo". Se refiere, sin citarlo, a Max Wright. A medida que fue avanzando 'ALF', Wright empezó a desarrollar lo que podría calificarse como envidia hacia el muñeco.
No entendía que tuviera que estar tantas horas trabajando para que "un objeto inanimado se llevase las mejores líneas de guion". Trabajar con ALF y Fusco era complicado técnica y personalmente y, cada vez que ALF aparecía en escena, el rodaje podía extenderse hasta más de 20 horas.
Wright llegó a reconocer estar deseando acabar con 'ALF'. Cuentan desde la serie que una vez Wright se volvió "completamente loco" y empezó a pelearse físicamente con ALF, obligando a los productores a intervenir para separar al actor del muñeco.
Bulimia y repulsión de Hollywood
Mientras los padres se peleaban con la marioneta, los pequeños no lo pasaban mucho mejor. Andrea Elson, que dio vida a la hija adolescente de los Tanner, Lynn, desarrolló bulimia a lo largo de la segunda temporada y mantuvo esta enfermedad hasta el final de la serie.
"Cuando comencé la primera temporada era una niña delgadita, luego empezaron a salirme pechos y caderas y no me gustaba", reconoció después. "Sólo quería estar delgada". Elson recuerda la "tensión en el set" pero estaba más preocupada por sus problemas. "Llegaba a pasar dos horas corriendo en cinta cada día para estar delgada".
Los Tanner, una familia aparentemente feliz
Ben Hertzerg, el pequeño Brian Tanner, no tiene recuerdos tan vívidos de su paso por la serie. Eso sí, una vez acabó 'ALF' decidió abandonar la interpretación y aseguró que no tenía ninguna gana en convertirse en actor.
Un 'ALF' racista y demasiado deslenguado
Paul Fusco siempre se imaginó a 'ALF' como un alienígena irreverente y deslenguado, con su punto de ironía y mala educación. Pero cuando la serie empezó a emitirse, ALF se convirtió en un personaje popular entre los niños y la cadena NBC pidió que se suavizase el tono del alien, algo a lo que Fusco se negaba.
Hubo un tira y afloja sobre el consumo de alcohol. En la primera temporada, ALF toma cervezas porque, según Fusco "es lo suficientemente mayor". Pero NBC presionó para que no lo hiciera, algo que acabó logrando sólo a partir de la segunda temporada. También hubo problema con los gatos, ya que un gag recurrente era que ALF quería comerse al gato de los Tanner. Después que un niño metiese a su gato en el microondas tras ver la serie, NBC obligó a Fusco a que ALF también moderase sus gustos felinos.
La mayor polémica de la época fue cuando ALF intenta montar un jacuzzi metiendo la batidora eléctrica en la bañera, provocando un cortocircuito. Aunque la serie acompañó el capítulo de un mensaje de ALF pidiendo a los niños que no hiciesen eso en casa, un menor intentó replicarlo en la suya. Como consecuencia, NBC tuvo que volver a rodar escenas del capítulo y cambiar esa trama para las reposiciones, también para disgusto de Fusco.
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Pero lo más fuerte llegó en 2010, años después del final de la serie, cuando vieron a la luz escenas no emitidas o recortes del rodaje de 'ALF'. En ellos ALF hacía bromas sexuales y comentarios racistas de muy mal gusto hacia los afroamericanos, nunca con la idea de emitirse, sino como una broma "off the record". Los comentarios racistas, sin embargo, no sentaron nada bien, aunque los productores los despacharon asegurando que "hace 20 años el mundo no era tan políticamente correcto". Más claro fue el actor John LaMotta, que interpretaba en la serie al vecino Trevor Ochmonek: "Siempre he pensado que 'ALF' era una mierda. El peor trabajo que he hecho nunca".