Joaquín sigue indagando en distintas profesiones de la mano de los expertos y en la entrega de 'JEl novato' centrada en ser presentador ha contado con Pablo Motos, quien además de darle un montón de consejos sobre este trabajo, también ha hablado de lo importante que es la imagen. "Tú lo que quieres es que te cuente la que lié", comentaba Motos al ver el interés del futbolista, para empezar a contar: "Yo veo que debería mejorar mi imagen y quiero los dientes más blancos".
Recordó el día en el que fue al dentista y pidió que le cambiaran todos los dientes en un día. Allí le comentaron que eso era "una animalada", que es un tratamiento que se hace en varios meses y que le iba a doler mucho. Sin embargo, Motos insistió en que era urgente porque al día siguiente se iba a Barcelona a operarse de la vista. Se lo hicieron e hizo el viaje sin apenas poder vocalizar
Pablo Motos, recordando los resultados del bótox
Quien le va a operar le dice que solo lo va a hacer del todo en uno de los ojos, mientras que el otro se lo van a dejar con dos dioptrías, ya que tiene el ojo vago e igual vería doble. "Tú a mí opérame del todo que yo quiero ver como un puma", le dijo el presentador tomando él mismo la responsabilidad. "Al día siguiente, efectivamente, veía doble. Y de los nervios me había roto todos los dientes. Empecé a apretar y como el pegamento llevaba muy poco tiempo, me dejé unos dientes para fuera, otros para dentro...".
Cuando despierta al día siguiente, le pide a su mujer que le quite las vendas de la cara y ve doble completamente. Volvió al oftalmólogo para decir que veía fatal y le dijeron que o se esperaba un mes o se operaba de nuevo. Como no quería volver a la intervención, "cada día intentaba leer una hora", pero lo tenía que hacer poniendo el periódico a un lado porque de frente no era capaz.
"Oye, ¿me podéis poner bótox?"
Después de tanto estrés, su mujer quiso llevarle a un hotel macrobiótico para relajarse. "Allí podíamos hacer un montón de cosas y ella me dijo que cualquier cosa menos bótox, entonces yo llegué allí y pregunté: 'Oye, ¿me podéis poner bótox?'", contaba Motos para narrar cómo fue la experiencia: "Me empiezan a pinchar, yo noto que se me infla la cara por dentro. Me dijeron que había quedado fenomenal. Yo salgo del hotel y pienso que mi mujer no se iba a enterar de nada"
"Según se abre el ascensor y me veo en el espejo, me doy cuenta de que me habían dejado chino. Yo, asustado, intento hacer gestos y no me va la cara. No funciona, porque el bótox te deja todo eso muerto", recuerda. Evidentemente, su mujer se dio cuenta enseguida y él se quedó angustiado por el resultado: "Estuve todo el verano tocándome para ver si me volvían las arrugas. En el inicio de esa temporada de 'El hormiguero', que espero que no se vea nunca, presenté sin poderme reír".
