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Y 'Paradise' resolvió una de sus mayores incógnitas en el penúltimo capítulo de su primera temporada: ¿cómo acabó la humanidad para que sólo unos pocos hayan podido sobrevivir en el bunker en el que se desarrolla la serie? ¿Podría suceder en realidad lo que cuentan en el episodio? ¿Qué tiene base científica y qué está inventando?
Los sucesos que provocan el fin del mundo
Aunque lo venía insinuando, la serie es por fin bastante explícita a la hora de narrar todos los acontecimientos que provocan la catástrofe y el invierno nuclear que le sigue, y cómo ambos están relacionados entre sí. El origen todo es la erupción de un "super volcán" caldera cubierto de hielo en la Antártida. La fuerza de la explosión funde automáticamente millones de litros de hielo y provoca un tsunami con olas gigantescas que van inundando progresivamente la Tierra y acabando poco a poco con toda la civilización.
Un "experto" en la televisión asegura que las olas darían la vuelta a la tierra "tal vez una docena de veces" y, cuando se calmen, dejarán inundado toda superficie por debajo de los 100 metros del nivel del mar. Posteriormente, se conecta con una reportera en una azotea en Jakarta, Indonesia, donde empiezan a ocurrir una serie de explosiones debido a la "alta presión" que preceden al tsunami y que incluso le provocan sangrar por la nariz. A los pocos segundos, desaparece arrasada por el tsunami.
A nivel geopolítico, el tsunami provoca caídas en las bolsas y una saturación de las redes de telecomunicaciones. Se especula brevemente con un ataque de China a Rusia aunque, posteriormente, se confirma una guerra nuclear total entre todas las potencias con este tipo de armas. El razonamiento, explican, es que una vez confirmada la destrucción de una mayor parte del planeta, los pocos supervivientes tendrán que repartirse unos recursos naturales mucho más escasos, por lo que acabar con países ajenos es más una cuestión de supervivencia que de conquista.

Y colorín, colorado, el mundo se ha acabado
Por último, la serie desvela que, tras la crisis de los misiles de bahía de Cochinos, Estados Unidos desarrolló un segundo botón dentro del denominado "balón nuclear" que, en lugar de lanzar un ataque, activaba una serie de satélites que neutralizaban todos los componentes electrónicos, incluidos los misiles nucleares, parando así un ataque de estas características.
Verdades, mentiras, e incógnitas en la trama de 'Paradise'
Existen volcanes en la Antártida enterrados bajo el hielo
Verdadero: bajo la Antártida hay multitud de volcanes, la mayoría cubiertos por espesas capas de hielo. Algunos están activos mientras que otros continúan durmientes. No son ni los más grandes ni los más activos del Planeta, pero es cierto que la peculiaridad de todos ellos es estar recubiertos de hielo, por lo que una erupción podría hacer crecer rápidamente el volumen del mar debido al agua fundida. Cerca de las Islas Shetland del Sur hay una gran caldera volcánica especialmente peligrosa al estar sólo parcialmente cubierta de hielo.
La erupción de un volcán en la Antártida puede generar un tsunami
Verdadero: la premisa de que una erupción de un volcán bajo el hielo de la Antártida causaría es tsunami es completamente correcta. En general, el tsunami se produce cuando hay un rápido desplazamiento de grandes cantidades de agua. Puede producirse tanto por la erupción de un volcán como por el colapso de una caldera volcánica, entre otros motivos.
El tsunami generado por la erupción de un volcán en la Antártida puede destruir el planeta
Falso: la mayoría de terremotos submarinos producen tsunamis de, a lo sumo, 50 o 100 metros de alto. Un gran corrimiento de tierras podría incluso provocar un tsunami que llegase a olas de 1 kilómetro de alto en origen. Actualmente, el récord se encuentra en 524 metros. Sólo el impacto de un meteorito podría generar un tsunami con olas de más de 1 kilómetro de alto, llegando hasta incluso los 5 kilómetros. Aún así, la destrucción total del planeta no estaría asegurada.
Un tsunami generado en la Antártida acabaría con Melbourne, Sídney, Sudáfrica, Chile...
Verdadero: en un momento al principio del capítulo se habla de la destrucción de ciudades enteras como Melbourne o Sídney, e incluso la desaparición de un país entero como Nueva Zelanda. Aquí en general se están narrando situaciones altamente improbables pero verosímiles. Un tsunami con olas de un 1 kilómetro en la Antártida provocaría olas de unos 200 metros de altura en regiones del Sur como Chile, Argentina, Australia o Nueva Zelanda. Sería suficiente para arrasar con Melbourne o Sídney e incluso ciudades costeras del norte de Australia como Darwin, pero no todo el país, donde las zonas interiores y de elevada altitud no se verían afectadas. Lo mismo sucedería con Nueva Zelanda.
Un tsunami generado en la Antártida acabaría con Florida, Washington, Reino Unido, etc.
Falso: Las olas provocadas por un tsunami se van propagando con la distancia y perdiendo fuerza y altura. Así, si en su origen superan el kilómetro de altura y llegan al sur de Australia y Chile con alturas de 200 metros, las olas serían de entre 10 y 30 metros de altura al tocar tierra en Estados Unidos y Europa. Miami sí quedaría completamente inundada, pero los edificios altos e interiores aguantarían relativamente bien. En general, el efecto en las ciudades del hemisferio norte sería similar al del tsunami de 2004 en sur de Asia.
Las olas de un tsunami podrían dar varias vueltas a la Tierra
Medio verdadero: El oleaje generado un gran megatsunami con olas de más de 5 kilómetros de altura sí podría producir energía suficiente para dar la vuelta a la Tierra varias veces y estar causando inundaciones periódicas durante días. Llegaría a Europa y Estados Unidos con olas de entre 100 y 300 metros, provocando gran destrucción hasta en urbes como París. Sin embargo, este tsunami debería estar causado por el impacto de un meteorito, y es altamente improbable que un volcán produjese la energía necesaria para un evento de estas magnitudes.
Un tsunami puede provocar un boom sónico
Falso: Aquí la serie no lo explica claramente, pero muestra varias explosiones fuertes que afectan a la reportera que está informando en directo antes de quedar sepultada por el agua. La explosión sónica o boom sónico es el fenómeno auditivo que se produce cuando un objeto se mueve en el aire a velocidades superiores a la del sonido, como los que producía en avión Concorde. En general, el tsunami siempre se desplaza a una velocidad inferior a la del sonido, ya que aunque el tsunami se propaga mucho más rápido en el agua, también lo hace el sonido en este medio, por lo que el boom sónico es siempre improbable a distancias tan grandes de su origen.

Los accidentes aéreos provocados por las ondas del tsunami también son realistas
Un tsunami puede provocar explosiones y sangrados en la nariz
Medio falso, medio verdadero: La otra explicación que insinúa la serie a las explosiones que sufre la reportera (acompañada de un sangrado en la nariz) es que están provocadas por la diferencia de presión atmosférica que provoca el tsunami a su paso. En este caso, hay que reconocer que sí es posible que un tsunami cause dichas explosiones por este motivo, aunque no de la forma en la que se nos muestra. Es cierto que grandes impactos de este tipo provocan estos cambios. Sin ir más lejos, la explosión del meteorito Chelyabinsk en Rusia en 2013 provocó una detonación 30 veces superior a la de la bomba de Hiroshima y destrozó cristales a 90 kilómetros. Ahora bien, y aunque estas explosiones pueden irse generando a medida que el tsunami se mueve, lo normal es que causen grandes destrozos a gran distancia, mucho antes de la llegada de la ola. Estamos hablando de fallos eléctricos tan alejados como 800 kilómetros de la fuente. Así, la explosión que se ve en la serie seguida de la aparición de la ola 3 segundos después en la ciudad es poco realista, ya que se habrían empezado a escuchar mucho antes de la llegada de la ola, los cristales de los rascacielos estarían destrozados y la ciudad a oscuras.
Un tsunami provocaría la escasez de recursos naturales durante siglos
Verdadero: Aquí 'Paradise' pasa un poco de puntillas por el tema, pero da a entender que la guerra nuclear es provocada por la previsión de una extrema escasez de recursos naturales tras el tsunami. En este caso, la explicación científica es cierta, y tiene un nombre: salinización. La presencia de agua salda en las zonas terrestres contaminaría ríos, pantanos, lagos y acuíferos, que tardarían varias décadas o siglos en recuperarse. En cuanto a la tierra, la penetración de sal haría que todos los suelos dejaran de ser fértiles para el cultivo, y tardarían siglos en recuperarse. Además, se desertificarían múltiples zonas geográficas, probablemente para siempre, provocando cambios irreversibles en la circulación de los océanos, y en el clima. A nivel práctico, se traduciría en la falta de agua potable y alimentos para una gran parte de la población.

Tu botón no me suena
En la Guerra Fría, Estados Unidos desarrolló un sistema que "desactiva" todos los aparatos tecnológicos, incluidos misiles
¿Falso? Que se sepa, todo lo que insinúa la serie en este aspecto es completamente ciencia ficción. Es más, actualmente es bastante complicado llegar a frenar un ataque nuclear una vez lanzado, sobre todo si está formado por multitud de misiles, como es el caso. Aquí, varios países como Rusia, Estados Unidos o Israel han desarrollado complejos escudos antimisiles, aunque en todos los casos se trata de acciones mecánicas para acabar con los misiles, no electrónicas como asegura la serie. Se han llegado a estudiar el uso de pulsos electromagnéticos para intentar engañar a este tipo de misiles, pero su eficacia está lejos de ser probada y, en cualquier caso, datan de bastante después de la Guerra Fría.
Un terrorífico y bastante realista relato del fin del mundo
Al final, 'Paradise' no deja de ser una serie de misterio y ciencia ficción sobre un futuro distópico en el que la civilización se ha extinguido a medias, pero la narración de los hechos que provocan esta extinción en su penúltimo episodio es bastante más realista y plausible de lo que se pudiera imaginar. Tanto que llega a asustar. Y, aunque muchos elementos están exagerados con fines dramáticos, es un recordatorio más de la importancia del cambio climático y sus imprevisibles consecuencias.