Paz Padilla estrena en la noche del 13 de diciembre el docurreality 'Te falta un viaje' en Cuatro. Esta producción de Mediaset España en colaboración con Proamagna supone el salto televisivo de Anna Ferrer, su hija, quien acompañará a su madre recorriendo el mundo por diferentes países para conocer el modo en el que viven tanto la vida como la muerte.
Madre e hija se embarcan en este proyecto en el que recorrerán Ghana, Ecuador, México y Marruecos para aprender sus costumbres y acercarse a una cultura muy diferente. Hemos hablado con las dos y nos han contado el modo en el que esta aventura las ha enriquecido, además de revelarnos alguna que otra anécdota. También han reflexionado sobre su perspectiva sobre la muerte y Paz Padilla ha explicado la razón del pequeño regreso de Chusa a 'La que se avecina'.
Paz Padilla y Anna Ferrer en 'Te falta un viaje'
¿Cómo ha sido compartir pantalla madre e hija?
Paz Padilla: Estoy muy contenta con el programa y con Anna. Estoy "enamoraíta" de mi niña. Es tan guapa por dentro y por fuera. Te va a enamorar, que lo sepas. Enamora a todo el mundo.
Anna Ferrer: A mí no se me conoce tanto como a mi madre, lo que conocen de mí es lo que han visto en redes y van a ver otras partes que obviamente no he podido mostrar tanto.
P. P.: A mí me van a ver en esta faceta de madre.
A. F.: Ya la hemos visto en todas sus caras, pero va a sorprender.
Anna, ¿cómo ha sido enfrentarte a tu salto televisivo?
A. F.: He tenido, como mucha gente, síndrome del impostor. Me acuerdo en el viaje de ida, cuando me presentan a todo el equipo, que pienso que a mi madre la conocen y saben que lo va a hacer bien, pero a mí no. No sé ni siquiera yo si lo voy a hacer bien y están confiando en mí para este proyecto que nace de nosotras. Es una idea nuestra que desde hace años le hemos estado dando forma. Es un proyecto superpersonal que nos hacía mucha ilusión realizar. Por eso también he dado este salto porque yo antes no me veía y era algo que me apetecía muchísimo. Yo seguía cagada el primer día. Bueno, todos, hasta el final porque no sabía si lo iba a hacer bien o si va a gustar. A día de hoy no sé si lo he hecho bien y si a la gente le va a gustar, pero a mí me gusta y estoy orgullosa de lo que he hecho. Ha sido un reto en muchos sentidos. Estoy orgullosa, creo que ha quedado muy bonito y me lo he pasado superbien. He reflexionado un montón. Ha sido algo que me ha cambiado, ha sido un punto de inflexión en mi vida. Ya está hecho y que sea lo que Dios quiera.
¿Tienes la misma perspectiva que tu madre sobre la muerte?
A. F.: En algunas cosas sí y en otras no. Otras las he aprendido este verano porque hemos visto cómo lo viven en otros países, cada uno muy distinto. A mí me ha chocado en muchos casos, ya me vais a ver llorar en todos los capítulos y también abrirme más sobre este tema. Mi madre ha hablado más públicamente, pero yo soy más reservada en general. Es un tema muy duro para mí también y lo he pasado muy mal, pero nunca he hablado de esto. Sí que lo hablamos allí porque invita a reflexionar sobre esto. He intentado abrirme todo lo que he podido y me vais a ver llorar, con ataque de ansiedad, de pánico... Pero es lo que una vive en un viaje, que vives un poco de todo, sobre todo cuando sales tanto de tu zona de confort y ves cosas que te sorprenden tanto. Reaccionas como reaccionas y no lo puedes controlar, pero creo que eso es bonito y real.
En tu caso, Paz, ¿qué te han aportado estos viajes?
P. P.: Por un lado poder compartir con mi Anna todo el tiempo del mundo. Para mí estar con mi hija siempre ha sido un regalo del universo. Es algo sobre lo que los padres no nos damos cuenta, pero, si lo ves, los hijos viajan con sus amigos y los padres con los suyos y sus parejas. Es muy difícil que los padres viajen con los hijos y es algo que se debería hacer porque ocurren muchas cosas en los viajes y muchos momentos para compartir con tus hijos. Tú crees que por haber parido a tu hija ya la conoces y no.
A. F.: No somos la misma persona.
P. P.: Claro, no somos los mismos ni siquiera nosotros.
A. F.: Te enfrentas a situaciones en las que no te reconoces y sale una parte de ti que no conocías y eso está muy guay también: conocerte más y conocer a tu madre o a tu hija en ciertas circunstancias en las que jamás la habías visto.
P. P.: Verlo en determinadas culturas tan diferentes a la nuestra me ha hecho pensar mucho y lo hará el telespectador cuando se siente a ver el programa. Vamos al Amazonas y nos imaginamos lo que es aquello, pero es distinto cuando estás ahí y empiezas a ver cosas. A mí en el Amazonas lo que más me sorprendió es que se me había olvidado que soy una especie animal. Creemos que estamos en el escalafón más alto y que somos series superiores e inteligentes, pero somos superfrágiles una vez que nos dejan en lugares donde no estamos rodeados de cemento y sin una protección social. Cuando te sueltan en la selva como a nosotras, te das cuenta de que estás en la cadena alimenticia y que sirves para que otros te coman y tú estás comiendo a otros. Te das cuenta de que hay que proteger la pachamama, la selva, la naturaleza, porque dependemos de ella para respirar, para beber, para comer... Y cómo se nos ha olvidado. Nos creemos que somos los amos del mundo, ¡y no señores! Estar con la comunidad indígena, con los quechua, y ver cómo viven ellos, que dices: "por favor, es que nosotros vivíamos así. ¿Qué nos ha pasado?". Ellos tienen unos valores tan maravillosos que a nosotros se nos han olvidado.
Ana Ferrer y Paz Padilla se adentran en Ghana en 'Te falta un viaje'
A. F.: Su concepto de grupo y familia, de hacer todo entre todos. Si a alguien se le ha caído una casa porque ha llovido, la construyen entre todos. Eso ahora es impensable, que la gente ni te mira por la calle.
P. P.: No nos damos cuenta de que dependemos de los demás para todo, que vivimos en comunidad, que no somos seres independientes.
A. F.: Y de querer tener más, pero no por tenerlo tú, sino por tener más que el resto para decir "aquí estoy yo".
Ha tenido que ser muy enriquecedor el viaje, pero entiendo que también lo ha sido para vuestra relación.
P. P.: Qué regalazo. Yo quiero más. Ha sido intenso porque han sido muchos días, muchas horas, dormíamos poco, el equipo estaba agotado...
A. F.: Ha hecho calor, un agotamiento, yo me puse mala en el último viaje. El tercer día me puse mala del estómago y estuve los quince días del viaje, e incluso al volver aquí, malísima. Han sido circunstancias complicadas, pero, aun así, yo me volvería a ir mañana.
P. P.: El programa te ofrece una mezcla de todo porque hay, por un lado, un reality de una madre y una hija que no conocen. La gente conoce a Paz Padilla, pero no a la Paz Padilla madre o a la viajera o a la Anna Ferrer viajera. Es un documental de viajes porque la gente ha podido ir a México, pero no al viaje de México al que yo les voy a llevar. Por lo pronto, estuvimos en un barrio manejado por los narcos y estuvimos que ir con ellos.
A. F.: Todo emociones fuertes, no te creas que podían llevarnos a la playa (risas). Todo así.
P. P.: Yo le decía a Anna que si nos pegan un tiro qué más da. Así no moríamos de manera mediocre (risas). Fuimos escoltados por narcos, que llevaban la pipa. Nos dieron indicaciones de si había disparos qué teníamos que hacer. Yo luego bromeaba con ellos porque los chavales tenía 20 o 22 años. Eran unos críos que se reían cuando yo hacía tonterías.
A. F.: Hemos tenido suerte porque hemos vivido cosas que de normal en la puta vida.
P. P.: ¿Sabes cuánta gente ha muerto este año en México por disparos? 250.000 personas. Aquí es impensable. Entonces, cuando tú vives pensando que mañana puedes ir a por el pan y no volver o que tu hijo va a ir a la escuela e igual no vuelve... ¿Cómo vives la vida?
A. F.: Te hace replantearte muchas cosas.
P. P.: Cuando vas a Ghana y te dicen que comen una vez al día, si comen. Tú vuelves diferente, mi Anna ha vuelto diferente.
Paz Padilla y Anna Ferrer asisten a un funeral en 'Te falta un viaje'
A. F.: Me pasó que volví aquí a Madrid y había muchas cosas de mi vida que no me llenaban, que yo pensaba que sí, pero han hecho replantearme mi escala de prioridades y las cosas que me hacen feliz. Hay cosas que ya no me llenan y me faltan otras. Haber vivido de cerca otras realidades hace que te des cuenta de que vivimos en una burbuja y en un ritmo que parece que tiene que ser así. Hay muchas maneras de vivir y te hace replantearte muchas cosas.
P. P.: Nos sentimos muy afortunadas, pero el que se siente en el sofá os aseguro que va a vivir lo mismo que nosotras. Una de las cosas que me preocupaban era cómo lo transmitíamos. Pero cuando han empezado a editarlo, la gente que no estaba en el proyecto se ha sentado a verlo y ha llorado en los mismos momentos que nosotras hemos llorado, ha reído en los mismos momentos que hemos reído y se ha llevado la misma reflexión. Esa es la vida porque los artistas para eso estamos, para darle un sentido a la vida de los demás. Hay mucha gente que no sabe identificar sus emociones y lo puede ver en una película o escuchando una canción. Cuando la gente vea nuestro programa, va a sentir y va a llegar a la misma reflexión que nosotras y para eso estamos. Para eso hemos hecho este programa, para que por lo menos te replantees algunas cosas, aunque luego no las cambies, pero que veas que hay otra posibilidad de vivir de otra forma.
A. F.: Abrir la mente, exactamente, saber que hay otras opciones y ya que cada uno elija lo que quiera en función de su criterio de qué le hace bien. Aunque la gente no lo vea normal, pero que tú lo hagas si te hace bien. Saber que hay otras vías más allá de lo que tenemos aquí.
Se está emitiendo 'La que se avecina' y hemos vuelto a ver a Chusa con una pequeña participación, pero, Paz, ¿tú tienes ganas de retomar el personaje?
P. P.: Claro que sí, yo nunca lo he dejado. Lo que pasa es que a veces me ha coincidido. Por ejemplo, este verano estaban rodando 'La que se avecina' y yo estaba con 'Te falta un viaje', por lo que he podido hacer lo que he podido hacer. Ellos me llamaron para preguntarte por disponibilidad, pero yo me iba para Ecuador, entonces me crearon secuencias en algunos capítulos para que pudiera estar. Y ahí estoy y yo loca, cada vez que voy soy feliz.
A. F.: No puede parar.
P. P.: He descubierto que hago tantas cosas... Ahora estoy haciendo conferencias con mentes expertas y no te puedes imaginar lo feliz que soy. Tengo fechas para Madrid, Barcelona... Estoy volcada en muchas cosas. Saco el segundo libro, que ya lo tengo y pronto os hablaré de él. Tengo tantas cosas tan bonitas. Estoy con el teatro. Tengo muchas cosas y, de todas maneras, creo que siempre tendré muchas cosas que hacer porque me meto en muchas cosas para estar activa.
Es verdad que tú no paras.
P. P.: Tenemos capacidad de hacer muchas cosas. La creencia limitante te la pones tú, tienes que descubrirla y quitártela. Hay muchas cosas que nos han dicho de pequeños que nos marcan y a mí algo que me dijeron, que siempre se lo digo a mi hija. Anna, ¿qué es lo que te digo siempre?
A. F.: El precio no te lo ponen los demás, te lo pones tú.
Paz, dices que has pasado página y estás en otra etapa vital, pero todavía tu nombre sigue coleando por ahí en temas de los que tú dices que has pasado. Parece que hay gente que no se olvida de ti.
P. P.: Porque soy una mujer que marca (risas). He aprendido que no se puede olvidar a nadie. Toda persona que ha formado parte de tu vida siempre estará ahí. Yo nunca podré olvidar a mi madre, a mis hermanos, a la gente a la que he querido y con la que he compartido mucho tiempo. El luchar para olvidar es imposible. Yo siempre digo que el olvido no te pertenece, pero el recuerdo y el aprendizaje sí, entonces yo aprendo de todo lo que me sucede y siempre saco una parte positiva. No puedo olvidar a nadie, ni siquiera al padre de Anna. Cómo lo voy a olvidar si lo amé con locura. Hay gente que dice que no se le olvida ni el marido, pues claro, cómo se te va a olvidar. Es imposible, formamos parte de la vida de todo el mundo. Y es bonito que te recuerden, siempre es bonito.
¿Siempre es bonito? ¿En todas las situaciones?
P. P.: Sí, yo creo que dejar marca y huella siempre es bonito.
¿Cómo valoráis el cambio de contenidos que se está gestando en Telecinco en este último año?
P. P.: Renovarse o morir. Los cambios siempre son buenos, pero sabemos que en televisión los cambios son lentos. Está claro que la televisión tiene que renovarse porque hay una generación que ya no ve la tele. Hay que ir captando y reinventándose, que eso lo he hecho yo desde que empecé a trabajar en la tele. Yo era auxiliar de clínica y pasé a humorista, presentadora, actriz y seguiré reinventándome para descubrir otras nuevas. La tele está cambiando y la sociedad también, por lo que tenemos que buscar otros caminos, hay que explorar. Evidentemente se cometen errores, pero en mi vida los he cometido yo. Todos cometemos errores, pero el que no se embarca no se marea. Nunca un barco se ha creado para quedarse en el puerto. Hay que reinventarse, ese es el secreto de la vida y yo siempre se lo digo a Anna, no sabes la de veces que tenemos que reinventarnos en nuestra vida.
A. F.: No sigues pensando lo mismo que pensabas hace 10 años.
P. P.: Eso es imposible. Hay que evolucionar para bien o para mal.
Anna, después de saltar a la televisión con 'Te falta un viaje', ¿te ves participando en otros programas?
A. F.: No lo sé. He disfrutado un montón esta experiencia y ojalá podamos repetir y seguir viajando. Siento que tengo esa necesidad de aportar algo más y con este programa sí que vamos a poder ayudar a alguien, aportar algo y llegar de otra manera. Eso es lo que me está haciendo superfeliz ahora mismo. Me gusta pensar en el momento porque nunca sabes mañana qué te espera. Yo quiero disfrutar esto, no quiero que pase nada por mi vida y yo no lo haya disfrutado.
P. P.: Anna va a sorprender mucho, muchísimo. Tiene un carisma brutal. Comunica muy bien, en serio, ya me darás la razón. Además, tiene muy buena imagen y una profundidad, no es una niña como la gente pueda pensar, es una niña muy preparada con su carrera de Economía, su máster, tiene su empresa, con lo joven que es ya tiene sus tres empresas y ahí la veis. Sigue luchando, es una niña con mucha cabeza. Ella tenía clarísimo que quería dedicarse a esto, pero desmarcándose muchísimo de mí y así lo ha hecho.
A. F.: Somos muy distintas y eso es bonito también.
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P. P.: En el programa hay una mezcla muy bonita y me gustaría que por lo menos la gente se siente a verlo y luego que decidan, pero que nos den la oportunidad. Es algo que no se ha hecho en todo el mundo: una madre y una hija viajando y buscando formas de vivir la vida y la muerte.