Si hay algo que caracteriza al programa 'Sálvame' es que cualquier cosa puede pasar, esté en la escaleta o todo lo contrario. Paz Padilla protagonizó durante la tarde del 16 de agosto uno de los momentos más tensos que se recuerdan con la presentadora como protagonista. Perdiendo los papeles, y con toda la razón, la andaluza de nacimiento hizo público su enfado: un fotógrafo capturó imágenes de la lápida de su difundo marido.
Paz Padilla, en 'Sálvame naranja'
Una simple conversación con Laura Fa se erigió como el detonante perfecto para el impactante discurso que empezó a narrar Padilla: "¡A mí me han hecho el daño más grande del mundo en las revistas!", aseguró visiblemente enfadada, al tiempo que elevaba el tono de voz. "¡Lo voy a hacer público!", dijo después, comenzando a contar lo que había ocurrido. Tras asegurar que se había fotografiado la tumba de su esposo, se dirigió a quien apretó el botón de la cámara: "¡Tú también te vas a morir!".
A continuación, la presentadora exigió "respeto", aseverando que esos hechos no serían nunca perdonados: "'Es lo más ruin que se puede sacar", reiteró una vez más. "El karma, cariño, el karma. Te deseo amor porque no tienes que tener amor, tienes que estar muy solo", expuso de nuevo con cierto desazón en su manera de hablar. "Me pareció ruin, inhumano, doloroso. Quien había detrás era mi marido, el hombre que yo he amado en mi vida".
Pese a que segundos después aseguró no desearle nada malo a esta persona a la que no conoce, se refirió a las cantidades económicas que podría haber recibido tras la venta de las instantáneas: "Gana dinero, venga, gana todo el dinero del mundo. Lo único que vale en esta vida el amor y seguro que si lo hubieras sentido, no habrías hecho esto".
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El amor es la respuesta
Tras una pausa dramática con música de tensión de fondo, Paz Padilla vio conveniente cerrar este asunto que salió a flote de manera imprevista: "Cuando una ama tanto, no entiende que la gente no ame así y se mueva por otros intereses", sentenció antes de dar paso a José Antonio León, quien cerró filas alrededor de su amiga y compañera: "Es más la gana de odiar que de entender".