La decisión de RTVE de cambiar la fecha de su debate electoral del 22 de abril al 23 -la misma escogida por Atresmedia- ha generado todo un aluvión de críticas a la Corporación, por ceder ante la exigencia del gabinete electoral socialista de solo celebrar un debate en esa fecha. Las críticas, que han venido tanto desde fuera como desde dentro del ente público, han hecho que, finalmente, el propio Pedro Sánchez pida a su Comité Electoral que reconsidere la postura, que ha terminado por ceder y por aceptar ambas citas televisivas.
Pedro Sánchez
Así lo ha confirmado el propio Partido Socialista a través de un comunicad de prensa, en el que explican que el presidente, "ante la posibilidad real de que no hubiera ningún debate, ha solicitado a sus compañeros que hagan efectiva su aceptación a asistir a los debates propuestos tanto por RTVE y Atresmedia".
No obstante, en la misma nota, aclaran que Sánchez hubiera preferido tener que realizar "un único debate entre las formaciones estatales que concurren a las elecciones" y deciden exculparse de todo el revuelo generado aludiendo a la incapacidad, según el comunicado "imposibilidad", "de los distintos partidos y de los operadores públicos y privados de alcanzar un acuerdo de organización".
La estrategia electoral de los socialistas se truncó desde que la Junta Electoral Central (JEC) impidiera la participación de VOX en el debate de Atresmedia, que había sido el escogido por Sánchez para debatir con los principales candidatos a la presidencia del Gobierno. Según explicaron los socialistas en el anuncio de su estrategia electoral, preferían estar en un encuentro lo más plural posible y, dado que el CIS había pronosticado una intención de voto para Abascal superior al 10%, creían que el de Atresmedia y laSexta posibilitaría su intención.
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La presión ha surtido efecto
No obstante, con ese giro de los acontecimientos, el PSOE declinaba su invitación a Atresmedia en detrimento de RTVE, que había rechazado previamente. Según ellos, se "considera una anomalía la celebración de dos debates presidenciales en dos días consecutivos". Sánchez daba plantón a dos grupos audiovisuales y, además, forzaba un cambio de fecha a la cadena pública, que fue visto como una cesión sin precedentes ante las exigencias de un partido, lo que ha terminado por propiciar que después de tantos cambios, se hagan finalmente los dos debates electorales.