La crónica internacional se centraba durante la mañana del sábado 28 de enero en los diferentes ataques terroristas que se estaban viviendo dentro de las fronteras de Israel. En su vocación de servicio público, Radio Televisión Española (RTVE) quiso conectar en directo con Usoa Zubiría, su corresponsal en Jerusalén, para narrar de primera mano lo que estaba ocurriendo; sin embargo, tanto la periodista como el resto de su equipo recibieron orden directa de la Policía para abandonar el lugar y dejar de informar.
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Beatriz Pérez Aranda daba paso a su compañera desde el plató de Canal 24 horas, narrando que se había perpetrado otro atentado tras un ataque de un palestino pocas horas antes: "El atacante podría ser un adolescente", aseguraba. A continuación, Zubiría se encontraba detrás del cordón policial, muy cerca del Muro de las Lamentaciones. La periodista aseguraba que un padre y un hijo se encontraban en estado crítico tras ser alcanzado por distintos proyectiles.
Mientras que Usoa exponía la situación en directo, podía verse que, de fondo, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Israel se acercaban a todos los medios de comunicación para exigir que se retirasen. Las voces comenzaron a colarse por el micrófono, a la vez que la reportera pausaba su discurso para acatar las instrucciones: "Sí, perdón, tenemos que... Tenemos que desplazarnos, lo sentimos".
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Las cámaras captaban que los compañeros de otras televisiones recogían sus equipos, pero Zubiría intentaba darse prisa para poder terminar su exposición de los hechos. Una vez finalizó, Pérez Aranda le daba las gracias y explicaba a los espectadores lo que sucedía: "Las Fuerzas de Seguridad estaban invitando a nuestra corresponsal a abandonar la zona".