El final de la tercera temporada de 'Por 13 razones' desvela quién mató a Bryce Walker

La tercera temporada de 'Por 13 razones' llegaba a Netflix el pasado viernes 23 de agosto con muchos secretos y nuevas incógnitas que resolver. La primera de ellas se anunciaba en el tenebroso tráiler lanzado por la plataforma, que desvelaba que Bryce Walker había muerto, para después plantear la cuestión que ha servido de hilo conductor a lo largo de los nuevos episodios: ¿quién ha provocado esa muerte?

En la recién estrenada temporada de la serie, ese es el secreto que une a los compañeros de Liberty High. La aparición del cadáver de Walker, alumno del instituto que abusó sexualmente de Hannah y Jessica, da pie a un entramado de intrigas entre su larga lista de enemigos, ya que no era precisamente el personaje más querido de la ficción.

La tensión y el secretismo son constantes durante toda la temporada, pero finalmente, el misterio se resuelve. Durante la noche del primer partido de la temporada, Bryce y Zach se enzarzaron en una pelea delante de todos. Sin embargo, el enfrentamiento no quedó ahí, ya que Zach siguió a Bryce y le dio una paliza, inmovilizándole al romperle una pierna. Aun así, el verdadero responsable no fue Zach, que abandonó el lugar tras esa pelea.

Después de esa brutal paliza, llegaron Jessica y Alex. Ambos se toparon con Bryce en un estado agonizante, y este les entregó las cintas en las que confesaba las violaciones que había hecho y les pidió ayuda para levantarse. No obstante, Alex tuvo un arrebato de ira y, en vez de tenderle la mano para incorporarlo, le empujó para tirarle al agua, donde se ahogaría poco más tarde.

¿Quién es el asesino ante los ojos de la justicia?

Alex fue el asesino de Bryce Walker, pero otro de los giros de la serie es que todos sus compañeros se han esforzado para evitar que responda ante la justicia. Su círculo cercano sabía que él era el culpable, pero decidieron encubrirle para evitar que fuese a la cárcel. Para ellos, Alex había hecho justicia asesinando a una persona nociva, por lo que acordaron culpar a Monty, que estaba en prisión, y que casualmente acababa de morir. El plan ideado no tenía ningún punto flaco: por un lado, unos presuntos testigos que toman la justicia por su mano y por otro, un culpable que no puede defenderse porque está muerto.