En noviembre de 2020, la noticia pillaba por sorpresa a todos los seguidores del universo 'RuPaul's Drag Race'. Aunque se había hablado en muchísimas ocasiones de ello, se había rumoreado y se había pedido por activa y por pasiva, eran muchos los que no ponían la mano en el fuego por la posibilidad de ver una versión española del formato creado por RuPaul. Sin embargo, pasó: AtresPlayer Premium anunció el acuerdo con WOW Presents, y 'Drag Race España' se convirtió en una realidad.
Con Supremme de Luxe como aclamada presentadora y Javier Ambrossi, Javier Calvo y Ana Locking como miembros del jurado, 'Drag Race España' se ponía en marcha el 30 de mayo de 2021, poco después de presentar a sus 10 reinas participantes, que recibieron elogios por la mayoría de los seguidores del formato por su diversidad, su compromiso, sus mensajes y su talento. Pero, en general, ¿cómo ha sido esta primera edición? ¿Cuáles han sido sus mayores aciertos y sus puntos a mejorar? Antes de su final, analizamos la primera entrega (esperamos que de muchas) de 'Drag Race España'.
Las reinas de 'Drag Race España'
El mayor punto fuerte: el casting
Incluso antes de conocerse la noticia de que existiría una versión española de 'RuPaul's Drag Race', los seguidores del formato y de la escena drag de nuestro país ya teorizaban con quiénes podrían ser esas posibles reinas patrias que pudiesen "dar la talla" e impresionar con su talento a los espectadores internacionales. Algunas de ellas, como Killer Queen o Pupi Poisson, sonaban en todas las quinielas, y otras sorprendían al público con su entrada en el programa.
Poco después de darse a conocer a las concursantes y, sobre todo, a raíz del estreno del programa, el público, casi por unanimidad, lanzó un veredicto muy favorable: las 10 reinas de 'Drag Race España' conformaban un casting variado, repleto de carisma y de talento, y, sobre todo, que representaba casi todos los estilos de drag que se pretendían ver en nuestra versión, al mismo tiempo que se mantenía el estilo que exigía el formato estadounidense.
Estilos más patrios como el de las andaluzas The Macarena y Carmen Farala, la canaria Vulcano (representante de uno de los estilos más conocidos e históricos de nuestro país), o el de Pupi Poisson, con el sentido del humor más cañí, completaban una edición que también daba lugar a formas artísticas más cercanas al arte conceptual, como es el caso de Hugáceo Crujiente, cuyo arte se aleja de su concepción más clásica y, de hecho, se llega a mencionar que lo suyo no es ser "drag queen" o "drag king", sino, sencillamente, arte drag.
Otras, como Sagittaria, Dovima Nurmi o Killer Queen, han traído un estilo más interseccional entre el drag patrio y el estilo que podemos ver más a menudo en la versión original. Inti, por su parte, daba una necesaria representación a la cultura ballroom, origen de muchas de las pruebas y referencias que se realizan de forma constante en el universo 'Drag Race', mientras Arantxa Castilla-La Mancha daba el toque de humor y carisma más habitual de la generación Z y los más jóvenes de los "millenials".
Las concursantes de 'Drag Race España' en la pasarela
El "componente reality", a la altura de la ocasión
No solo por su talento destacan las 10 reinas: el "componente reality" no se ha quedado atrás en esta primera edición. Las concursantes han conseguido que nos enamoremos de ellas por su carisma (aunque también nos han dado momentos en los que hemos querido tirarlas por la ventana), y nos han dado momentos que han marcado hitos en el recorrido del universo 'Drag Race'.
El enfado de Inti con el jurado y su abandono en plena deliberación, antes del lipsync, los comentarios "shady" de Pupi durante los totales, el instantáneo paso del odio al amor entre Sagittaria y Dovima tras su pasada relación y su "noche de amor", que culminaría en la "no batalla" de lipsync, la amistad entre Carmen y Dovima... La relación entre las concursantes ha sido intensa, y con esa intensidad nos la han transmitido a nosotros, sin necesidad de grandes peleas a insultos.
Envy Perú (jueza invitada), Ana Locking y Supremme de Luxe
Presentadora y jurado, progresando adecuadamente
Una de las decisiones más celebradas por el público con respecto a las caras visibles del programa fue la elección de Supremme de Luxe como maestra de ceremonias. La artista, con más de 20 años de experiencia en el mundo del espectáculo drag, convencía rápidamente a los más entendidos en cultura travesti española, que hicieron referencia a su amplia trayectoria y a su profesionalidad como presentadora de eventos, cómica, cantante y, en general, performer en todas sus variantes.
Durante las emisiones de 'Drag Race España', Supremme no decepcionaba. Aunque comenzaba ofreciendo momentos en los que quizá la leíamos un poco nerviosa o incluso impostada, la gracia natural de la madrileña comenzaba a aflorar con el paso de los episodios. No solo eso; la experimentada drag queen se distanciaba de su homónima estadounidense, RuPaul, y de su aire intocable, y se mostraba cercana y divertida con las concursantes (con las que, en algún que otro caso, comparte una amistad, y se nota). La hemos visto también implicarse personalmente, enfadarse (recordemos su cara tras el abandono de Inti), emocionarse (recordemos su cara tras literalmente cualquier expulsión) y la hemos visto, en general, ser humana.
Las reinas de 'Drag Race España' en el taller
Los detalles a mejorar para la segunda edición
Por supuesto, y aunque la valoración general de la audiencia (incluyendo a la internacional, que ha acabado viendo una edición tan "autóctona" como algo refrescante) haya sido más que positiva, eso no significa que no haya espacio a la mejora. 'Drag Race España' ha gozado de buenas críticas y nos ha dado el talento, el carisma y el entretenimiento que buscábamos en un programa de estas características. No obstante, una (esperemos que más que posible) segunda edición podría pulir varios aspectos que nos han "sacado" un poco de la fantasía que buscábamos.
La edición es otro punto importante, y es que montar un programa como 'Drag Race' es todo un reto: un segundo de más, un segundo de menos, una canción equivocada... y pierdes un momento crucial. Muchas de las escenas que veíamos, especialmente en las interacciones entre las reinas, se veían faltas de dinamismo, o narradas con unos totales que parecían pertenecer a otro momento distinto (lo cual es perfectamente normal, pero no debería notarse) o que aportaban poco a la narrativa.
Por último, que haya decisiones cuestionables o poco compartidas por la audiencia en un talent o reality show es lo más habitual, pero, 'Drag Race España' ha pecado de dejar ver un guion que parecía tener más peso que el propio desempeño de las reinas en cada reto. ¿Alguien dudaba que Dovima y Sagittaria acabarían haciendo lipsync la una contra la otra, después de que la propia Supremme se encargase de recordar en cada programa que tuvieron "drama" antes del programa? ¿No había otra forma mejor de vender la nominación de Vulcano que no fuera "no has evolucionado nada en el episodio y medio que llevas aquí?
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Un balance positivo y, sobre todo, un reto pendiente
Pese a los detalles por pulir, lo cierto es que poca gente podrá decir que 'Drag Race España' no ha sido una buena adaptación al formato 'RuPaul's Drag Race'. A medias entre el estilo estadounidense y el humor y las referencias españolas, el programa se enfrenta ahora a su nuevo reto: conseguir atraer la atención del público general que, en esta primera edición, no ha caído en las garras de la fantasía y la purpurina (más que probablemente, por la falta de promoción del producto). Al fin y al cabo, sería maravilloso que los más que necesarios mensajes que han lanzado las concursantes sobre la Ley Trans, la lucha contra el bullying o las realidades disidentes de sexualidad y de género, llegasen a un público que realmente necesita aprender sobre ello, y no se quedase en el mismo círculo de siempre.