Noemí Galera está preocupada. El reto que tenía por delante 'Operación triunfo 2018' era enorme y, por el momento, cree que no se está superando. Mientras que en la segunda gala confesó en su conexión con Roberto Leal que había sufrido durante las actuaciones, en la emitida este miércoles los problemas de sonido dejaron de ser la excusa para que los concursantes no brillasen en el escenario. La directora cree que no consiguen emocionar en sus actuaciones y que, si siguen así, pasarán "sin pena ni gloria" por el concurso.
Marta y Alba Reche en la Gala 3 de 'OT 2018'
"Yo de música no tengo ni idea, no sé lo que es un do, pero llevo 25 años haciendo programas musicales y sé cuando una cosa no emociona. Son años e intuición, quizás. Yo me quedé fría con prácticamente todas las actuaciones", les ha remarcado en el repaso de la Gala 3. La sensación de Noemí Galera es la que se repite, posiblemente, en casa del espectador corriente semana tras semana. Los concursantes llegaron con un gran talento en septiembre pero no terminan de abrirse, ni dentro ni fuera del escenario.
Cuando cantan en plató resultan comedidos, no terminan de disfrutar y de desprender la energía propia de un artista. Y la cosa no mejora cuando están en la Academia. Esta nueva generación es más reservada y en ella impera un buen rollo generalizado que, aunque concuerda con el tono del programa, es demasiado lineal. Ni se eleva al nivel de grandes amistades de las que la audiencia quiera formar parte ni tampoco al de las tan ansiadas carpetas que enamoran al público. Tampoco sufre baches con grandes dosis de drama que den contenido (al fin y al cabo, esto no deja de ser un programa de televisión) y, a la vez, permitan conocer mejor la personalidad de cada uno de ellos.
Y no es por ser insistentes, pero de nuevo este desasosiego parece apuntar a la gran edición que supuso 'OT 2017'. Es comprensible que a los nuevos concursantes les cueste ser naturales en la Academia sabiendo el nivel de análisis al que están sometidos, conociendo de primera mano hasta qué punto el público puede magnificar las relaciones que surgen en el día a día. Seguramente lo hagan de forma inconsciente, porque seguramente ellos también formaron parte del fandom del año pasado. Pero este miedo a pisar con fuerza, a mostrarse sin temores, se traslada también al escenario.
Amaia y Aitana interpretando "Con las ganas" en 'OT 2017'
Lo preocupante llega cuando Noemí Galera habla por los profesores al decir que "no es suficiente lo que estamos haciendo y está claro". ¿Es así? ¿Hasta qué punto puede conseguir el claustro de 'OT' enseñar a sus alumnos aptitudes tan innatas como el carisma, la naturalidad o la conexión con el público? ¿Se puede enseñar a emocionar? Nadie duda del gran talento de todos los concursantes de 'OT 2018' pero, ¿es suficiente para ser un artista?
¿Tiene solución el gran problema de 'OT 2018'?
Quizás son grandes cantantes con una voz excepcional, pero ya hemos visto en numerosas ocasiones que esto no es suficiente para provocar fenómeno en el público. Nadie explicó a Amaia, Aitana, Miriam, Alfred o Ana Guerra cómo tener la personalidad arrolladora que demostraron en tres meses y que les ha hecho valedores de miles de fans dentro y fuera de nuestras fronteras. No tener esa estrella no te convierte en peor cantante ni en persona menos válida, y no te impide dedicarte a la música. Simplemente no te hace el concursante ideal de un programa como 'Operación Triunfo'.
No obstante, Noemí Galera no se arrepiente del casting que hizo este verano. A su favor hay que destacar la transparencia con la que está afrontando las críticas del público, que reclama grandes actuaciones y nuevos iconos de los que enamorarse. Podría hacer como hizo 'OT' en otras ediciones y aparentar que todo iba bien, a pesar de la carente repercusión que se vivía en las calles. Pero no. Y esto no puede significar otra cosa que el hecho de que los concursantes sí tienen potencial.
Lo más leído
La Directora de la Academia está dispuesto a sacárselo, aunque ni ellos mismos confíen en él. Tampoco hay que agobiarse: estamos tan solo en la Gala 3 y este formato requiere su tiempo de cocción, por mucho que cueste entenderlo en la era de la inmediatez. Pero la lección que tienen que aprender les servirá para su vida más allá de la televisión. Tienen que subirse al escenario con ganas, ganas de vivir, de comerse el mundo y demostrar su pasión; la misma pasión que en su día les hizo presentarse sin ninguna garantía a un multitudinario casting que les ha llevado a donde están ahora.