En 1999, el Estado concedió una licencia de emisión a una nueva plataforma digital bajo el régimen de explotación condicional. Al principio se denominó Onda Digital pero, más tarde, en mayo del 2000, cambió su nombre comercial a Quiero TV, la que fue la primera plataforma TDT de España y la tercera a nivel europeo. Por tanto, mucho antes del apagón analógico, ya se llevaban a cabo emisiones profesionales a través de la tecnología terrestre en el estado español.
Esta idea pionera vino de la mano de Retevisión, una empresa de telecomunicaciones que a través del grupo Auna, también ofrecía cobertura a Amena en aquellos años. De esa manera, se le abrió la posibilidad a una empresa privada de utilizar el espectro de la televisión digital terrestre para emitir en su franja otros canales adicionales. Tal cosa se hizo a través de esta plataforma de televisión digital de pago, que invitaba al espectador a contratarla utilizando como reclamo que no era necesario instalar una antena parabólica. Entre los accionistas se encontraban la productora Media Park, perteneciente a Telefónica, así como varios bancos catalanes y del País Vasco.
A la izquierda, el logo de Quiero TV. A la derecha, en la parte superior, una cortinilla de la plataforma. Abajo, el primer decodificador que utilizaron sus usuarios.
Quiero TV se planteó como una alternativa muy atractiva a las emisiones por satélite porque además de no requerir grandes complicaciones para su instalación, puesto que utilizaba la misma tecnología que la TDT actual y solo era necesario enchufar la antena convencional. También ofrecía servicios de conexión a internet para el acceso a servicios básicos como la consulta del tiempo, el uso de correo electrónico y la participación en foros, chats y envíos de SMS a través de la pantalla del televisor, además de otros servicios muy avanzados para la época que no terminaron de cuajar, como la posibilidad de hacer compras online sin moverse del sofá.
Una plataforma adelantada a su tiempo
El decodificador funcionaba como el de otras plataformas de satélite, es decir, a través de una tarjeta descodificadora que utiliza el sistema Nagravisión, con la salvedad de que este aparato, además, tenía un puerto para conectar su módem interno a la línea telefónica y software preinstalado para la navegación. El proveedor que estaba detrás de este aspecto de conectividad fue EresMas, también perteneciente a Retevisión a través del grupo Auna. El culmen de la modernidad era, además, que el sintonizador incluía un teclado para poder usar las funciones de conectividad e internet. Quiero se presentaba así como pionera en el sector, con varios puntos de diferenciación con respecto a la competencia.
Teclado proporcionado por Quiero TV para usar los servicios de televisión con internet.
La convergencia de los operadores móviles hacia la televisión conectada hoy en día es una tendencia, pero que a la altura de 1999 una empresa fue capaz de posicionarse en el mercado ofreciendo este tipo de servicios a través de una estrategia centrada en internet era prácticamente impensable. A finales de los años 90 los medios disponibles no permitían más que una conexión a través de un módem de acceso telefónico convencional, por lo que la experiencia dejaba bastante que desear, aunque fue pionera en el mercado.
Por las condiciones técnicas se hacía muy difícil ofrecer servicios que requiriesen enviar grandes cantidades de datos por lo que se buscaba, a diferencia de hoy en día, no era un servicio multimedia en sí, sino que los abonados convirtiesen al televisor en un el centro principal de comunicaciones del hogar, con información básica basada en texto e imágenes de bajo peso. Además, se les abría una nueva ventana por la que podían contactar cómodamente con otros usuarios de la plataforma para comentar el contenido televisivo y crear conversación.
Servicios de acceso a internet de Quiero TV: portal de bienvenida, correo electrónico, envío de SMS y foros.
Otro de los principales reclamos con los que Quiero intentó enganchar a su audiencia fueron sus fuertes, bien diseñadas y atractivas campañas de promoción —en las que se vio involucrado el programa 'Gran Hermano', que emitió su canal 24h en exclusiva para los espectadores de la nueva plataforma, tras el que vino el canal 24 horas del programa 'El bus', de Antena 3—. Pero no quedó solo ahí, sino que también se intentó ofrecer una experiencia interactiva a los telespectadores de este reality show a través de la conectividad en la red.
Y es que, con el teclado, se podían mandar SMS a amigos o familiares a través de una tarifa plana previamente contratada. También se ofrecía la opción de que algunos de esos mensajes, enviados a un número 906, apareciesen sobreimpresos en algunos canales de la plataforma, lo que es una señal clara de que la plataforma estuvo bastante relacionada con la implicación y la participación activa del espectador, promoviendo así un modelo televisivo totalmente novedoso.
Todo fue posible gracias a la tecnología WOP, por la que el receptor digital accedía a un portal exclusivo especialmente diseñado para el uso con el aparato. El reclamo del uso de internet fue una parte fundamental de su campaña publicitaria: a través de la canción "Do You Love Me?", que incluía varios "wop, wop" en su letra e incluso, la creación de una mascota apodada Mr. Wop, se llevaron a cabo a través de potentes métodos publicitarios ofertas de partidos de liga gratis o a precios muy reducidos. Además, se denominó "wops" a los puntos que se obtenían en usando la tarjeta bancaria Quiero Barclaycard para después canjearlos por películas de estreno o partidos de liga.
A la izquierda, publicidad en prensa de Quiero TV. Arriba a la derecha, Mr. Wop, la mascota de la plataforma digital. Abajo, dos anuncios que publicitaban ofertas de contenido y canales exclusivos.
Para nutrirse de canales, la plataforma recibió ofertas de Sogecable, Telefónica, Bouygues y Telecinco, aunque solo el primero consiguió convertirse en el proveedor principal de canales, a tiempo parcial: algunos canales emitían únicamente en una determinada franja horaria, a diferencia de Canal Satélite Digital. Para completar su oferta, Quiero acabó comprando algunos canales estrella de Vía Digital.
Oferta de los canales de Quiero TV en el año 2000.
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Tras la liberación del espectro electromagnético para fines públicos, se puso fin a la actividad comercial de Quiero TV. La actividad de la plataforma duró dos años escasos y dejó 6 millones de euros de deuda, debido, entre otros motivos, a que la compra de derechos deportivos y la política de mantenimiento de precios bajos eran incompatibles. Esto acabó retrasando la llegada de la TDT en abierto a España como estándar dado que, por un lado, los accionistas tuvieron dificultades para ponerse de acuerdo en la disolución de la empresa aun habiendo recibido varias ofertas de venta de la plataforma y, por otro, se llevó a cabo un proceso de desconexión supervisado por el Gobierno. Sin lugar a dudas, Quiero tuvo todo en su mano para desbancar a los principales operadores de televisión por satélite, pero la historia se desarrolló de otra manera.