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'Aquí no hay quien viva' se convirtió en un fenómeno a nivel nacional que dio fama a muchos actores consagrados hoy en día, entre ellos Fernando Tejero. El actor interpretó a Emilio Delgado, el mítico portero del edificio Desengaño 21 que se hizo un hueco en el corazón de los seguidores de la serie con sus "un poquito de por favor" y sus idas y venidas con Belén (Malena Alterio). A pesar del éxito que cosechó en esa época, el interpreté reveló que fue una de las peores etapas de su vida.
"Curiosamente cuando yo alcanzo ese éxito, por llamarlo de alguna manera, me pasan en la vida pues... Mi perro se enferma, pierdo a un familiar mío que para mí era como mi hermano y termino una relación de pareja que me destrozó vivo", comenzó a relatar el actor en El Faro de Cadena Ser. A su vez, quiso destacar su realidad era muy diferente a la que vivía en la calle: "Yo salía a la calle y todo eran piropos y cosas bonitas y halagos".Fernando Tejero
Tejero contó que la gente le daba las gracias por hacerles reír y por su trabajo, pero que cuando llegaba a casa, se preguntaba que quién le iba a hacer reír a él: "Es esa contradicción tan grande de que yo luego subía a casa y me hinchaba a llorar porque realmente yo no tenía nadie aquí, y entonces yo me sentía más solo que nunca. Fíjate que bajaba a la calle y no podía casi andar porque todo el mundo se paraba a comentarme cosas como ya te he dicho, pero luego subía a casa y me encontraba con la realidad de cualquier persona", recordaba.
Dos mundos distintos
"Me encontraba solo, con muchísimo éxito a nivel profesional, con muchísimos guiones, con muchísimas propuestas de trabajo, pero solo", recalcó, añadiendo que intentaba ser positivo y optó por obtener ayuda profesional. Además, el hecho de encontrarse entre dos realidades muy diferentes le hizo poner los pies en la tierra: "Mi verdad era lo que tenía en mi casa. Todo lo demás formaba parte del escenario que era mi profesión", sentenció.