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La noche del martes 1 de diciembre, 'La casa fuerte' alcanzó su duodécima gala, en la que Rebeca Pous se enfrentó al conocido como "espejo del alma", tal y como hicieron ya otros concursantes como Asraf Beno o Albert Álvarez. Un momento en el que la cantante recordó parte de su trayectoria y se emocionó especialmente al hablar de sus padres, antes de tener ocasión de hablar brevemente con su progenitora, Francisca.
Rebeca se sincera en 'La casa fuerte' antes de hablar con Francisca, su madre
"Este país no reconoce a la mayoría de los artistas. A veces te tienes que morir para ser reconocido", criticó la cantante, que se declaró "pionera en los 90" y repasó algunos hitos de su carrera, como su implicación en Eurovisión, certamen en el que en 2007 estuvo a punto de participar al ser finalista en la preselección. Además, la concursante tuvo ocasión de dar las gracias a Mediaset y Telecinco, dado que "mis mayores éxitos han sido en esta casa". "Estoy muy orgullosa de mis mariposas", confesó Pous, que tenía un tatuaje en honor de 'Cazamariposas', programa en el que fue colaboradora además de encargada de interpretar la cabecera. "Ahora mismo están de moda otro tipo de personajes, pero los artistas de verdad nos nutrimos de otra cosa, del aplauso del público", declaró la concursante.
"Se me ha pasado la vida cuidando a mis padres"
La emoción de Pous se hizo aún más evidente con la palabra "maternidad", cuando declaró que "yo ya soy madre, de mi padre y de mi madre. No me ha dado tiempo a crear una familia. Se me ha pasado la vida cuidando a mis padres". Rebeca confesó que "he dejado a un lado relaciones sentimentales", dado que "tengo una responsabilidad muy grande" con ellos. "Dejé mi carrera en América para cuidarlos, porque soy hija única y no tenemos más familia. Es lo que tengo que hacer", reconoció entre lágrimas la concursante, quien recordó el momento en el que su padre "murió en mis brazos".
"Murió un día que no tenía que morir. Iba a buscarlo para llevarlo a casa y murió conmigo. Cogí fuerzas de donde pude y me lo comí sola", lamentó Rebeca, tras lo cual añadió que "ahora estamos ella y yo, solas. Lo mío no importa, da igual si yo no puedo formar una familia". Fue entonces cuando pudo hablar con Francisca, su madre, que animó a su hija a "ser tú misma y que no te importen los demás". "No me arrepiento de haber dejado mi carrera, porque eres lo más grande que tengo en mi vida", afirmó la mujer, mientras que Rebeca prometió que "voy a estar contigo siempre, porque eres el amor de mi vida".