La localidad malagueña de Estepona se ha convertido en los últimos días en el centro de todas las miradas y no precisamente por sus aguas cristalinas. La inauguración del tobogán urbano más largo de España ha provocado un revuelo en todo el municipio, atrayendo la atención de los vecinos y medios hacía esta nueva atracción turística que ya ha dejado diversas lesiones entre los valientes esteponeros y periodistas que se han atrevido a probarlo.
Jonatan Oliva en 'Espejo Público'
El tobogán había sido construido con el objetivo de atajar entre dos calles separadas por un gran desnivel. El trayecto se hacía demasiado largo y con el tobogán se pretendía evitar grandes rodeos. Sin embargo, sus 38 metros de longitud y una pendiente de 32 grados provocaron un peligroso aumento de la velocidad desde su puesta en marcha, lo que unido al duro material del que está construido hacen de la infraestructura una trampa casi mortal.
Jonatan Oliva, intrépido reportero de 'Espejo público' se atrevió a probar el famoso tobogán para conocer, de primera mano, los posibles daños derivados de la arriesgada bajada. "Que sea lo que Dios quiera", exclamaba el periodista antes de deslizarse por la vertiginosa pendiente e iniciar el agitado descenso que llevaría al final del atajo, donde por suerte le esperaba una mullida colchoneta. Eso sí, el periodista no escapó a ciertos golpes contra los laterales de la estructura, tal como aquejaba durante la bajada.
Esperado cierre
Puede que el creador de esta obra no viera en un principio los numerosos inconvenientes que podría causar, pero unas cuantas horas han bastado para que el Ayuntamiento de Estepona haya decidido cerrarlo al público. El Consistorio ha lamentado que se haya tenido que llegar a esta decisión, ya que esgrimen que más allá de los videos que circulan por las redes sociales, "más de un millar de usuarios probaron ayer esta infraestructura haciendo un uso adecuado de la misma y, por tanto, sin ninguna incidencia".
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