La gran historia de amor de 'Cuéntame cómo pasó' llega a su final. Ricardo Gómez y Elena Rivera se han despedido de los personajes de Carlos y Karina en el episodio 348, titulado "Buscando". Un capítulo repleto de guiños en el que los espectadores han sido testigos del viaje emocional de Carlos Alcántara hasta lograr encontrarse a sí mismo. Tras años de compleja relación, el amor ha triunfado en este desenlace que ya forma parte de la historia de la televisión.
Después de ver este emocionante cierre de ciclo, FormulaTV ha reunido a Ricardo Gómez y Elena Rivera para analizar los entresijos que esconde este brillante capítulo. Ambos actores confiesan en una extensa charla cómo se rompieron emocionalmente durante su última jornada de grabación, llegando a estar abrazados, totalmente estáticos, durante diez minutos. Hoy nos despedimos de Carlos y Karina de la manos de sus intérpretes.
FormulaTV entrevistando a Elena Rivera y Ricardo Gómez
Ahora sí, se acabó. ¿Qué se siente ahora que ha llegado vuestro verdadero final en 'Cuéntame'?
Elena Rivera: Me quería reservar para verlo junto a compañeros, pero pensé que era algo tan especial, tan emotivo, tan personal, que necesito verlo primero yo solita y desahogarme y llorar o lo que me salga. Me siento satisfecha porque creo que ha sido un capítulo muy bien cerrado, justo con la esencia de esta serie y que lo engloba todo. Hay unos guiños que para los seguidores fieles de esta serie son históricos. Pero a la vez me siento muy sensible, fue recordar muchísimos momentos en el rodaje, ya no solo en las escenas sino todo lo que ha habido detrás. Hay un montón de momentos y de experiencias que solo sabemos el equipo técnico y artístico. La verdad es que estoy con una mezcla de emociones bastante fuertes.
Ricardo Gómez: A mí me ha pasado una cosa. Esta es la temporada de 'Cuéntame' que menos he visto. Solo he visto uno. He visto algunas escenas sueltas en las que quería mirar alguna cosa. Conociendo todo el proceso de creación de las tramas, había mucho puesto en esta temporada, ya no solo a la hora de interpretar sino en un sentido de apuesta. Se ha querido apostar por una bajada a los infiernos para una posterior salida. Había mucha carne en el asador. Esta es la temporada en la que creo que he arriesgado más como intérprete, donde más me la he jugado. La trama la habíamos diseñado para que fuese así, porque a mí me apetecía hacer una temporada de despedida, que no fuese una temporada más. Me apetecía hacer una apuesta gorda. Era una trama muy extrema, que sabía que iba a levantar mucha controversia y había nervios. Esto ocurre cuando apuestas por una trama para un personaje que puede salir bien o no. Cada jueves por la noche me entraba un agobio de cojones y no lo veía. Yo tengo los capítulos desde hace cinco meses en el email, pero bueno ya los veré. Cuando todo pase miraré la última temporada en un fin de semana.
Vamos a hablar sobre cómo se decide esta caída a los infiernos de Carlos Alcántara. Una decisión arriesgada teniendo en cuenta la personalidad del personaje.
RG: Siempre de la mano de Joaquín Oristrell, y en este último capítulo con Óscar Aibar muy pendiente. Esto no es una cosa mía, hay un equipo de guion y dirección de la hostia. Pero a mí me apetecía volcarme un poco más en la parte creativa, me llamaba la atención y me apetecía, quería formar parte de ella. 'Cuéntame' es una serie que es como los árboles de la calle, están ahí, desde hace muchos años, se les da por hecho. Nadie se fija a no ser que Antonio y Mercedes se divorcien, que a uno lo apuñalen o que una tenga cáncer de mama. Es una serie que su naturaleza está dada por hecho, porque ya lo ha ganado todo, ya la ha visto todo el mundo. Si miras el histórico, hay unos picos muy grandes cuando pasan cosas a nivel personal. Me apetecía que la despedida tuviese algo de eso, algo que la hiciese especial y diferente. Y si para eso había que hacer que el personaje hiciese algo de lo que está totalmente en contra pues había que hacerlo.
Ricardo Gómez
Hay gente que nunca ha hecho algo en toda su vida y de repente llega un día y lo hace. Lo discutimos mucho pero Oristrell estaba muy por la labor, le gustaba mucho arriesgar, decía que esta serie funcionaba cuando se tomaban riesgos. A mí me apetecía mucho la bajada del personaje al infierno, me parecía un reto intentar hacer que Carlos cayese mal, ya que desde que tengo siete años me dicen 'eres el nieto perfecto'. Siempre lo hemos comentado, este tío es siempre happiness, está todo bien, no tiene ningún problema. Y cuando los tiene, nunca tiene él la culpa. Le meten en la cárcel, le meten una puñalada y no ha hecho nada. ¿Qué pasa tío? No es un santo varón, que haga algo mal, que ya tendremos tiempo, exactamente 80 minutos, para sacarle de ahí como en el último episodio. Ya lo sacaremos, ya los sacaremos.
Elena, ¿tú también has podido involucrarte en la parte creativa aportando alguna idea sobre Karina?
ER: Ha sido más en el último, cuando tuvimos la lectura de guion. Hay muy buenos guionistas, pero hay cosas de la esencia de los personajes que las sabemos más nosotros que los propios guionistas. Entonces, sí ha habido alguna cosita, como lo del camión. Eso lo planteamos porque no cayeron en ese momento en que se conocieron con el camión de mudanzas e incluso perdieron la virginidad dentro de uno.
RG: Claro, queríamos cerrar el círculo. De hecho, en un momento dado se planteó que la discusión que hay en casa fuese en el camión, pero no les encajaba del todo. Finalmente, la hicimos en la casa vacía, pero se planteó. Esa lectura fue cojonuda.
Sin duda, es uno de los momentos clave del capítulo que más remueven al espectador fiel.
ER: Sí, sí. En ese momento, estás tan metido emocionalmente en la historia del capítulo y te echa trece años hacia atrás recreando la misma escena... Ya solo rodarlo fue muy duro.
RG: Es heavy, es heavy. Era un plano que era matemática pura y dura. Había que rodarlo así, había que recrearlo.
ER: Exacto, no había esa libertad, había que recrearlo igual. Se recreó hasta tal punto que yo cuando miraba más allá de Ricardo, es que estaba todo el equipo técnico y era el mismo. Imagínate la bofetada que era para nosotros. Fue muy bonito.
Elena Rivera
¿Cómo se gesta este capítulo final? Ricardo, tenías muy claras una serie de ideas que te gustaban para tu despedida.
RG: Sí, recuerdo que tenía una serie de conceptos que me apetecía plasmar. Habíamos decidido que el personaje no podía morir. Habíamos decidido que tenía que tener una puerta abierta a poder volver. Cosas que simplemente había que darles forma, no había que decidirlas. Yo tenía una intención muy clara desde que en un primer momento les digo que este iba a ser mi último año. En esa reunión les pido que me gustaría participar creativamente en la temporada en la medida de lo posible, especialmente en el último episodio. Me apetecía que si has visto toda la serie puedas ver muchos momentos reconocibles dentro del capítulo. No hablo de los flashbacks, me refiero a la esencia. Desde la escena con los chicos, la escena del camión, la discusión con Karina, la grabación del vídeo o la despedida de cada miembro de la familia. Hemos intentado recrear las relaciones más importantes de los personajes, intentando meter la esencia en una escena con cada uno. Este era un poco el viaje, como una idea un poco abstracta de la cual partir para trazarlo. Para ello era muy importante que la decisión no se tomase al final, sino que el espectador ya supiese que se iba a tomar una decisión de ese calibre, para entonces poder hacerles partícipes de la despedida, que no fuese una sorpresa.
Claro, el anuncio de vuestra salida de la serie ha convertido esta despedida en un evento único.
RG: En un momento dado se planteó la posibilidad de no anunciarlo para que fuese más chocante, pero a mí me parecía un poco absurdo.
ER: Se perdía un poco esa fuerza o esa ansia que puede tener ahora la gente por querer verlo.
Hoy en día resultaría imposible guardar el secreto sin que acabe filtrándose a los medios.
RG: Estoy muy contento con cómo se han dado las cosas. Creo que lo hemos hecho muy bien, y no hablo del tema artístico, sino de la ejecución. De cómo ha sido hablar con la gente allí, de cómo ha sido nuestra relación. De cómo ella posteriormente, sin que yo tuviese que ver, ha tomado su decisión porque entiende que es lo que toca. De cómo nos apiñamos, de cómo hacemos esa lectura de ese último capitulo. Yo había tenido una conversación previa con Joaquín Oristrell, el jefe de guion, y con Óscar Aibar, el director, donde habíamos marcado las pautas. Óscar tuvo mucho que ver en el capítulo. Oristrell rápidamente lanzó el guion, del que hubo que hacer variaciones. Realmente, es un capítulo que se ha tumbado cuatro veces para ir perfilando y matizando hasta que dijimos "vale, esto es lo que estaba en nuestras cabezas, ahora ya sí, vamos a empezar a rodarlo". Se trata de un capítulo que desde la productora se ha cuidado mucho en todos los aspectos. Para mí, un gran acierto es que se le dio en la creación del episodio el valor emocional que para nosotros era. Se cuidó en base a lo que emocionalmente ellos suponían, imaginaban o sabían que tenía que ser.
Finalmente, la voz en off cobra sentido y descubrimos que todo forma parte de la novela que Carlos Alcántara comenzará a escribir. ¿Este era un cierre pensado para el final de la serie?
ER: No lo sé, de verdad.
RG: Creo que nunca ha habido una idea del final de la serie. A lo mejor si le preguntas al productor sí te dice un par de ideas. Pero nunca se ha hecho público entre nosotros ni nunca se ha comentado 'creemos que esta será la decisión que tomaremos'. Simplemente encaramos este capítulo como la creación de la despedida de dos personajes, no como el final. Pero, ¿qué pasa? El personaje de Carlos es el narrador desde hace 17 años y merece tener un final que sea un poco cíclico, porque la serie empezaba con él contándola y no se puede ir cerrando la puerta y diciendo que va a por tabaco. Tenía que tener una cierta relación. Desde muy pronto en la serie, los guionistas ya le enmarcaron como alguien interesado por la narrativa. Escribía, le gustaba el cine, pues uno piensa 'esto será una película, una serie, una novela o una carta'. No lo sé, pero algo por ahí ya podía intuirse. Toda la trama de la literatura se había ido desarrollando mucho a lo largo de los últimos años y realmente caía por su propio peso. Cuando se plantea la idea de que este chico ha nacido para contar historias, automáticamente salta una idea en la mesa que es la vuelta al principio, al primer plano de la cabecera. Entonces alguien dice, '¿este plano qué cojones significa?'. Y nadie tenía una respuesta. Pues bueno, un plano de apertura que es una creación artística, no una creación narrativa.
Elena Rivera y Ricardo Gómez
Un plano artístico que se ha repetido en diferentes temporadas.
RG: Es un plano que se ha rodado unas cuatro veces: una de más adolescente, una cuando está a punto de morir en la cárcel... Realmente ese es el origen, tíos. ¡Pues volvamos al origen! Vamos a hacer una cosa circular. Para mí fue un gran acierto, un grandísimo acierto de guion. Si el capítulo fuese un sendero, cada cinco pasos habría un cartel que pondría 'esa escena, esa escena', hasta que de pronto todo hace "¡Hostias!".
Desde el principio del capítulo ya se dice "Al final uno acaba siempre donde empezó".
RG: Ha sido un proceso en el que se han barajado muchas opciones, muchas cosas, cosas muy disparatadas.
Cuéntame cómo eran algunas de esas ideas locas. No te preocupes que ya no se van a ver...
RG: No...
Ricardo, no tengas miedo ¡Ya no te pueden despedir!
RG: (Risas) Obviamente se planteaban muchas cosas y surgen dudas. ¿Acabamos juntos o no? ¿Le damos a la gente lo que quiere? Son decisiones que se toman y luego el público puede pensar si son mejores o peores. Pero son decisiones que el equipo de guion debe tomar. ¿Qué pasa con Karina? ¿Qué pasa con Carlos? ¿Qué les pasa como pareja? Se barajaron todo tipo de opciones: que no terminasen juntos, que sí, que fuese algo más dramático, algo más romántico... Con respecto a mi personaje en particular también había ideas. Lo del viaje estaba bastante claro, no se sabía el destino. Había un momento en que toda la trama que estaba plantada en un barco, era como en una playa. Pero nos parecía que era muy estático, que lo importante del capitulo tiene que ver con el gran viaje, hasta que me encuentro. ¿De qué va el capítulo? Va de una persona que se encuentra, por eso se titula "Buscando". Si se desarrollase en una playa, el espectador podría pensar que está a tres horas y media de Madrid, en Valencia. De alguna manera, desde todos los puntos se intentó hacer algo a lo grande. Suponía un gasto extra de producción. Lo del barco fue complejo porque es llevarte el equipo a Valencia, es alquilar un barco, unos efectos especiales que no necesitas en el resto de los capítulos para hacer que esté en movimiento.
ER: Son muchas opciones que hay que ir barajando.
RG: Yo recuerdo que hubo quince días en los que mi teléfono sonaba a las once de la mañana diciéndome que no había barco y treinta minutos después diciéndome que hay playa, luego que a lo mejor hay barco. Al final es como funciona todo, intentando hacer encaje de bolillos con lo creativo y lo productivo.
¿Se barajó en algún momento hablar del tema de la paternidad de Olivia? El público siempre ha especulado sobre si Carlos podría ser el padre.
ER: Es verdad, en eso no había caído yo. Pero no, no.
RG: También pertenece al mundo de la ficción.
ER: Exacto, y de la imaginación de cada espectador. Hay veces que también es bonita esa magia, que cada uno se haga luego su historia como quiera y pueda. Al final la esencia era que ellos se querían y daba igual de quién fuera la niña.
RG: Y sobre todo narrativamente, generaba tensión en cada escena. Si tú despejas la duda lo pierdes, es un elemento más dentro de la escena. Si no la despejas, es una tensión. Nos ha ayudado mucho y se han creado momentos muy chulos con la idea de mantener ese enigma.
Elena Rivera y Ricardo Gómez
Elena, a ti te ofrecieron continuar en 'Cuéntame cómo pasó' en la temporada 20. ¿Esta opción era en el caso de que el final fuese diferente?
ER: No, no, ya estaba el guion sobre la mesa y todo. Me dejaron claro que aunque Ricardo se iba, estaban encantados conmigo, que la salida de su personaje no suponía la despedida de Karina. No tenían nada claro todavía, no había guiones de la temporada 20 y no habían trabajado en los nuevos capítulos todavía. Pero ellos han apostado siempre mucho por mí, me han dado ese voto de confianza porque siempre les he gustado mucho. Y que se podían inventar cualquier cosa, un viaje de vuelta, o una visita... Es algo que yo agradecí mucho, me han ofrecido la llave, como le dijeron a él. Pero es cierto que viendo este final, me parecía tonto no aprovechar esta oportunidad tan bonita con este cierre tan perfecto. Si es un personaje que lo acabas de coger, que tampoco le tengo tanto cariño, tal vez. Pero este proyecto algo que he hecho durante trece años de mi vida, ha sido mi primer papel. Aquí descubrí personalmente que esta es mi profesión, que la adoro, que quiero ser actriz. Por eso tenía que ser sensata conmigo misma y con el personaje, con la historia, con lo que es Carlos-Karina, con 'Cuéntame', y con todo. Me va a dar mucha pena no volver allí y ver a mucha gente a la que quiero, pero es cierto que hay que cerrar etapas. Y como dije en su día, creo que es el punto y final perfecto.
Estoy de acuerdo, es un punto y final perfecto. ¿Creéis que debería haber sido el final definitivo o que esta sería una buena opción para cerrar 'Cuéntame'?
ER: Hombre, una opción podría ser porque cierra muchísimas cosas.
RG: Sería una opción muy fuerte para cerrar. ¿La correcta? No lo sé, supongo que no. Supongo que la correcta será la que tengan ellos en mente, la que decidan ellos hacer. Desde luego, si ellos consideran que la historia todavía no está contada, con el cariño que le tienen al proyecto que debe ser parecido al que le tenemos nosotros, es que todavía tiene recorrido. Si están arrancando a rodar la nueva temporada es porque deben de estar convencidos de que solo se ha cerrado una parte de la historia y que la historia de 'Cuéntame' va más allá.
¿Cómo veis esta nueva temporada desde fuera, con la lejanía? ¿No tenéis un poco de incertidumbre por ver qué harán?
ER: No sé, es que sé muy poco.
RG: Yo algo sí que sé, pero tampoco... No me han llegado los guiones (Risas)
Ricardo Gómez
¿No os arrepentís en algún punto ahora que se ha emitido vuestro final?
ER: Yo no.
RG: No, pero no por una cuestión de orgullo sino porque creo que cuando las cosas son importantes, hay que darles la importancia que tienen. Y para mí 'Cuéntame' es muy importante. Fue muy importante tomar la decisión de dejarlo, fue muy importante durante el proceso que esa salida se hiciese bien porque para mí era tan importante. Y una vez que el trabajo ya está hecho, creo que también darle importancia a todo es respetar la decisión y respetar las maneras en las que hemos creído que había que hacer las cosas. Hay que dejar que respire, ahora ya es de la gente. Hay que darle su espacio a algo donde hemos puesto tanto corazón.
Vamos a hablar un poco de la emoción de esos últimos días de rodaje. ¿Rompisteis a llorar en algún momento?
RG: Casi nada... (bromea)
ER: Los espectadores supongo que habrán llorado mucho. Ahí están siempre los resultado, la gente es muy fiel y supongo que cuando hayan visto este capítulo habrán llorado bastante. Pero nosotros que estamos involucrados, que es que somos esos personajes, creo que ahí hay un plus. Por mucho que la gente se lo tome como que somos su familia, como que nos han visto crecer, al final somos nosotros los que lo vivimos y los que tenemos los sentimientos a flor de piel. La última semana y en concreto en el último día fue tela. En la escena de la discusión tuvimos que parar. No me había pasado nunca y fue de las primeras o únicas veces donde no pude continuar con mi speech. Ahí Karina se tiene que poner muy seria, tiene todo ya muy claro, esto es el final, y a mí me costó muchísimo. Me podía el Elena más que Karina. Vino Óscar el director a decirme: "Yo entiendo que te puede el sentimiento que tienes hoy porque al final se suma que hoy ya acabamos, y acabas tú y acaba Ricardo, acabáis los dos, pero te pido por favor que la dura tienes que ser tú, intenta no romperte tanto". Hubo un momento en el que no pude continuar y me rompí.
RG: Antes de empezar el rodaje Óscar me dijo "Tengo la canción de cierre y me gustaría que os lo dijeseis por lo menos una vez al otro a lo largo del capitulo".
ER: Y metimos el "Eres tú" en la discusión. Yo le digo 'el problema eres tú' y luego él me lo dice también. Este es el mejor ejemplo de que se ha trabajado el capítulo hasta ese nivel, haciendo esos guiños a la última escena. Al terminar de rodarla, todos se fueron y nos quedamos los dos solos y estuvimos abrazados durante diez minutos, así sin hablar, nada más que llorando, abrazados y pensando "esto lo hemos hecho nosotros". Esto tan especial, esta historia en la que la gente se ha sentido tan identificada, fue algo muy emotivo.
RG: Yo he estado muy tenso durante toda la temporada, incluido el último capitulo. Cuando llegas a 'Cuéntame', es todo buen humor, son risas, todo es muy desenfadado. Sin embargo, este año con la complejidad de las tramas y por el susto que me daban, yo di un paso atrás, necesitaba no involucrarme tanto en el buenrrollismo y aislarme un poco. Soporté toda esa tensión hasta el final, porque el último capitulo también me parecía muy complicado. El último día eran todo escenas mías y de ella. La primera escena que rodé el último día fue cuando termino de hablar con Marcos (Carlos Cuevas), salgo por el portal, en la plaza, ese plano que me coge a mí en primer término. Hicimos dos tomas que no iban bien por foco, la tercera estaba bien, de estas cosas que sientes que han entrado perfectas. Según estaba parando de grabar me puse a llorar como un niño y teníamos todo el día por delante.
ER: El último día estabas como un crío pequeño.
RG: Luego en la comida con todo el equipo también fue muy emotivo. Me hicieron un regalo muy chulo. Cuando ya lo había llorado todo, nos tocaba la escena de la discusión. Y volvimos a rompernos a llorar...
ER: Yo tengo en la mente una imagen en la que todo el equipo se fue a seguir montando porque la última era el plano del agua.
Me parece muy poético y emotivo que todo acabe con el plano que abre la serie. Al final todo acaba donde empezó.
ER y RG: ¡Sí! (notablemente emocionados)
Ricardo, la despedida de Carlos habla mucho de ti, hay mucho paralelismo entre el personaje y el actor. En en monólogo del final, eres tú despidiéndote de tu familia televisiva.
RG: El texto de la cinta de vídeo es mío. Al guion le faltaba esta página. Oristrell me dijo: 'Escríbelo tú'. Se lo mandé, corrigió alguna cosa y le dio una vuelta. Pero así fue, nació de mí. Es un momento que a mí me apetecía mucho para hacer el paralelismo con las etapas que se cierran, es mi despedida para todo el equipo. Son unas palabras que Carlos le dice a los Alcántara y Ricardo se las dice al equipo. Los actores de la familia no tenían esa página, lo vieron por primera vez en el set después de que yo ya lo hubiese grabado. Hicimos una toma de mi monólogo.
¿Creéis que vais a lograr encontrar a un compañero con el que tengáis una conexión tan especial como la vuestra?
ER: Eso es muy complicado, mucho. Ni nosotros mismo entendemos cómo hemos llegado a ese punto de complicidad, que hasta sin hablar ya sabemos cómo va a reaccionar el uno o el otro.
Elena Rivera y Ricardo Gómez
RG: La historia de la ficción está llena de parejas que funcionaban bien. Elena y yo no nos hemos enrollado nunca, tampoco somos mejores amigo, no nos vemos cada día. Somos dos buenos amigos que nos escribimos de vez en cuando, que quedamos a tomar cervezas, nos lo pasamos muy bien, nos reímos mucho juntos y tenemos muchas cosas en común. Pero es una relación que se ha forjado delante de la cámara. Creo que tiene que ver con cómo pensamos durante el rodaje. Muchas veces además tenemos un sentido del humor muy parecido. A veces está pasando algo delante nuestro que yo la voy a mirar y ella ya me está mirando y nadie más en toda la sala se ha dado cuenta aunque haya noventa personas. Eso nos pasa cada dos por tres. Eso tiene que ver con una manera de pensar dentro del set.
Habéis vivido vuestras primeras veces de muchas cosas juntos.
RG: Claro, hemos pasado por afrontar tramas complicadas, más livianas, que nos daban más vergüenza o que estaban fuera de nuestro alcance y eran retos. Siempre lo hemos hecho desde un punto bastante parecido. Eso hace que si fuésemos dos mesas de sonido, ambas estarían con los niveles muy parecidos. Ahí hay algo de sincronía. A mí se me hace muy fácil trabajar con Elena.
ER: Y a mí también con Ricardo.
Después de tantas entrevistas juntos a lo largo de los años, esta es probablemente la última que vais a realizar como pareja televisiva. ¿Nos volveremos a ver las caras en el final definitivo de 'Cuéntame'?
RG: Si me lo proponen y realmente es un final molón, ¿por qué no? Supongo que será un acontecimiento.
ER: Sí, yo siempre digo que eso dependerá de cómo quieran cerrarlo ellos. Pero dependiendo de cómo lo planteen, si es algo guay que tenga esa cosa de que merece la pena, me apetece estar. Llevamos tantos años en algo tan importante que ya para el cierre sería algo histórico.
RG: Pero vamos, que será dentro de muchos años. No me preguntes esto en todas las próximas entrevistas, porque este cierre a lo mejor a mí me pilla con 45 años.(Risas)
Más allá de las fronteras de San Genaro, ambos estáis centrados en vuestros proyectos teatrales. Ricardo, tú estarás del 29 de noviembre al 30 de diciembre en el Teatro Español de Madrid con "Rojo". ¿Cómo ha sido ese reencuentro con Juan Echanove?
RG: De puta madre, es un grandísimo actor, el texto es la hostia y yo estoy muy feliz. Es agotador, es el proceso teatral más cansado en el que he estado en mi vida. Pero es un gusto, terminas la función con la sensación de haber hecho algo importante ahí encima del escenario y es muy bonito. Luego hay que quitarte todo el hierro del mundo e irte a tomar una cerveza pero realmente el texto habla de unas cosas que además a mí me cogen de muy cerca con mi momento vital. Es un texto que habla sobre el trasvase generacional, cuando una corriente está instaurada y llega una nueva y tiene que abrirse hueco. "Rojo" habla de hacer cosas nuevas, de qué es el arte, de lo que no lo es. Y me está viniendo de puta madre. Cuando termine la gira en mayo, rodaré una película dirigida por Óscar Aibar.
Elena, tú también estás de gira con la obra de teatro "La vuelta en hora". ¿Cómo está siendo esta experiencia para ti?
ER: Estrenamos hace un mes. Hacemos primero gira y luego ya entramos aquí en Madrid a últimos de abril, estaremos dos meses en el Teatro Bellas Artes. Estoy feliz. Estoy con gente que lleva toda la vida en el teatro y nos dirige Andrés Limas. Un proceso increíble y un descubrimiento, ya no solo profesional, porque todos sabemos lo importante que es él como director teatral, sino personalmente. Te da una confianza y una manera de currar tan fácil, te escucha, se nota que él también es actor. Él no va con ninguna predisposición que a lo mejor puede tener un director. Impone su criterio, pero luego te deja libertad para trabajar como a ti te salga en la escena. La esencia de esta función y de la obra es que no te posicionas con ningún personaje. Todos tienen sus razones, todos han sufrido mucho. Esto es una secuela de "Casa de muñecas" y se supone que han pasado quince años. La madre Nora vuelve después de aquel portazo. Y claro, se encuentra con una familia que aparentemente ha rehecho su vida pero que está rota. Se necesita un tiempo para curar esa herida. En mi caso, que soy la hija, no se ha curado. Ella se encuentra con una mujer que le dicen que es su madre pero no ha ejercido como tal. Lo estoy disfrutando muchísimo pero es cierto que te pegas un viaje encima del escenario que necesitamos todos irnos corriendo a tomarnos una cerveza o un vino para desconectar porque es tremendo.
¿Algún proyecto más a la vista?
RG: He decidido que me voy a poner al lío con el documental sobre 'Cuéntame' que estaba preparando. Será a medio plazo. No me apetecía hacer algo para ahora, no hay prisa. Pero creo que hay un material chulo.
Pero, ¿te ha entrado el gusanillo a raíz de la nostalgia del final?
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RG: No, pero pienso que tengo eso ahí, muerto. ¿Te imaginas que es un running gag pero en el fondo no hay nada y yo sigo diciéndote testo en cada entrevista? Como creando una falsa expectación que no va a ningún lado. Pero sí, existe. Tengo algo por ahí, quizás será un vídeo casero para contar a mis hijos qué pasó.