'Demos. El gran sondeo' ya está aquí. Hizo su estreno en el prime time de Telecinco con un 10,4% de share, un buen impulso para el programa de televisión en su comienzo. Risto Mejide puso sobre sus hombros el peso de la presentación y moderación del espacio en un formato que, además, es en directo. Y, como tal, hay veces que pueden suceder algunos improvistos.
El programa transcurría con normalidad: con confrontación de opiniones, interrupciones, debates, interpelaciones directas... lo esperado de un show de estas características tratando temas sociales y de actualidad. En este caso, el elegido era el asunto de la vivienda en España, y se estaban tocando cuestiones tales como el alquiler, los sueldos o el porcentaje de propietarios con respecto al porcentaje de inquilinos. Entonces, llegó el turno de Alfonso.
Alfonso en 'Demos. El gran sondeo'
A este ciudadano, perteneciente a la grada de los 20 años, se le había presentado como persona que "no quiere tener una vivienda en propiedad porque no quiere que sus impuestos vayan a parar al Gobierno de España". Este comenzó su alegato mandando callar al resto y lanzando las siguientes preguntas a la grada de los 50 años: "Sabéis cuánto os llega a la nómina, ¿no? Pero no sabéis cuánto os paga la empresa, ¿no? ¿Cuánto es el coste ese? ¿Lo sabéis o no lo sabéis?".
Tras este inicio del miembro del público, una ciudadana de la grada interpelada le gritó: "¿Pero tú no vas al médico y pagas la Seguridad Social si te pones enfermo? ¡Que como te pongas enfermo hay que pagarlo!". Alfonso, tras reírse, contestó: "¿Me permites hablar, por favor? Ah, vale, es que no lo parecía". Esta respuesta pareció no gustarle a Risto Mejide, quien, en ese momento, decidió parar los pies al chico: "No, te permito yo, que soy el presentador, ¿vale? Venga".
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El papel de Risto Mejide
En una entrevista de Risto Mejide durante la presentación de 'Demos' a la que acudió FormulaTV, este aseguró que, a la hora de hacer los ensayos, los ciudadanos de las gradas no interrumpían demasiado el programa ni entorpecían su desarrollo. "A lo mejor ahí tiene que ver mi imagen así seria, hasta ahora me lo han respetado", aseguraba el publicista. El caso de Alfonso es un ejemplo de que a pesar de que Mejide esté para escuchar, no le cuesta asumir el papel de poner orden cuando es necesario.