'Gran Hermano' cumple 20 años en antena gracias, para bien o para mal, a todo lo que ha evolucionado desde que se estrenó el 23 de abril de 2000. Aquella casa se encontraba en Soto del Real en lugar de Guadalix de la Sierra, el aislamiento con el exterior era absoluto y el Súper tenía una voz distinta. Roberto Ontiveros fue el encargado de encabezar la adaptación del formato holandés a nuestra televisión. Les dijeron que necesitaban más de seis meses de preproducción y solo tenían tres. Pronosticaron un gran fracaso pero la historia habla por si misma: 'GH España 1' fue la edición más exitosa a nivel internacional hasta la fecha con una media del 51,2% de share y más de 7,8 millones de espectadores.
FormulaTV ha entrevistado al que fue director de 'GH' hasta el año 2006 para analizar la evolución del reality show que cambió nuestra televisión. Ontiveros estuvo al frente de siete ediciones de anónimos y una de famosos cuando todo eran retos y se aprendía sobre la marcha. Había que desplegar un equipo técnico inédito, diseñar desde cero un sistema de casting con el que encontrar un perfil televisivo nunca antes buscado y navegar con las turbulencias de una casa que se abría por primera vez (y con sus detractores, en pie de guerra desde antes incluso que arrancar aquella primera edición). El primer Súper cree que el formato sigue teniendo futuro, aunque considera que hay que recuperar algunos de los ingredientes del principio.Roberto Ontiveros, director de 'GH' entre los años 2000 y 2006
¿Cómo recuerdas aquel año 2000 en el que teníais que poner en marcha un programa que iba a cambiar la televisión?
Lo importante era que alguien supiera que iba a cambiar la televisión. Prácticamente nadie lo sabía. Se había estrenado en Holanda unos meses antes, en septiembre del año 1999, y bueno, había sido un relativo éxito. Se emitió en una cadena muy pequeñita que se llamaba Veronica en la que triplicó su audiencia media; pero claro, era una cadena que te hacía un 6% de share. Estaba en un 18%, era un éxito pero tampoco te creas que el país masivamente seguía el programa. Los siguientes fueron los alemanes, en enero o febrero de 2000, y tampoco fue bien, en absoluto.
Había dudas en cómo iba a ser el programa en España. Aquí sí explotó y, ciertamente, tanto Telecinco como Zeppelin TV apostaron muy fuerte por ello. Se convirtió en un éxito a nivel mundial y cambió la historia de la televisión, desde luego.
¿En qué momento te llega el proyecto?
Yo había aterrizado en Zeppelin unos cinco meses antes para dirigir la gala de 'Inocente, inocente'. Cuando terminó me llamaron los dueños de Zeppelin TV en aquel momento, Secundino y José Velasco, y me dieron una cinta para que la viera. La cinta contenía unos trocitos del programa de Holanda. Cuando lo vi dije "esto es una bomba". Lo dije así porque no había visto nada parecido en mi vida. No se parecía a un programa de televisión; veías a gente que no estaba maquillada, que no estaba preparada para que la grabaran, que estaba delante de la pantalla sin ser consciente de estarlo. Me pareció tan sorprendente, tan diferente, que no tenía ninguna duda de que aquello iba a explotar.
Cuando vi 'GH' por primera vez dije 'esto es una bomba', no había visto nada parecido en mi vida
¿Supervisó mucho Endemol la adaptación española?
Sí, los holandeses de Endemol siempre mimaban mucho cada uno de sus proyectos. Y, cuando José y Secundino Velasco optaron por comprar los derechos del formato, vinieron enseguida a España, en enero de 2000. Nos dijeron que necesitábamos mucha preproducción, mínimo seis meses o, mejor, un año. Cuando les dijimos que estrenábamos en abril dijeron que nos íbamos a pegar una leche brutal. Se llevaron las manos a la cabeza, eran tres personas y una se volvió enseguida a Holanda diciendo que los españoles estábamos locos. Se hizo. España siempre sorprende.
Uno de los aspectos más complicados fue construir la casa.
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Fue toda una odisea. Se construyó una casa entera en tres meses y empezando en enero, época de invierno y lluvias. Nos dimos cuenta de que era imposible construir al aire libre y con construcción tradicional, no podíamos utilizar ladrillo o cemento. Optamos por meternos en una nave industrial en Soto del Real, construir la casa dentro y que el jardín fuera la única parte que se construía al aire libre, que era mucho más sencillo. Además, nos decantamos por una construcción modular a base de contenedores.
Antes de eso, el equipo de producción estuvo por toda la Sierra de Madrid viendo localizaciones, a veces de forma terrestre y a veces en helicóptero, para encontrar una zona que estuviera lo suficientemente alejada de aviones. Era el primer programa que se emitía 24 horas al día en la historia y teníamos que estar seguros de que los aviones no interrumpiesen todo el rato la emisión.
¿Es verdad que los holandeses supervisaban todo hasta el punto de que querían que el confesionario fuera rojo?
No, nos dieron libertad. Fui yo el que decidí pintarlo de verde, un verde manzana claro, casi un verde hospital, porque pensaba que eso podía tranquilizar un poco más a los concursantes.
La casa de 'GH 1', situada en Soto del Real
¿Por qué 'GH España' superó a los referentes europeos?
'GH España' se parecía de lejos al de Holanda y, muy de lejos, al de Alemania. Eran las dos referencias que teníamos. Me fui a ambos países para ver cómo se producían los programas. El 'GH' alemán tenía planos de 15 minutos de dos concursantes en una bicicleta estática hablando sobre qué iban a desayunar. Se hacía complicado de soportar. En 'GH 1' decidimos contar la realidad como si fuera una telenovela, y fue donde despegamos. Descubrimos que entre la realidad y la ficción no hay tanta diferencia, las dos se cuentan igual. En la realidad coges trozos que existen de verdad y cuentas una historia de relaciones humanas, que es por lo que apostamos nosotros. Ellos cogían trozos de forma secuencial pero, ¿dónde estaba el amor, la envidia, los celos, la traición? Eso no lo contaban.
¿Cómo fue el proceso de casting?
Teníamos que vender a los aspirantes un programa que nadie sabía cómo iba a ser con toda la publicidad en contra que empezaba a haber. Periódicos y revistas hablaban de ese programa donde íbamos a ver a la gente en el baño con todas sus intimidades, pensaban casi que atentaba contra la dignidad humana. Había una campaña muy potente en contra de 'GH'. El primer año solo se apuntaron al casting 6.500 personas, en años posteriores se superó los 100.000 aspirantes.
¿Y cómo lográis convencerlos?
La gente que se presenta a 'GH' es siempre gente que quiere que le cambie la vida. Había 6.500 personas en España que, a pesar de todo, querían que les cambiara la vida. A ellos no había que convencerlos mucho, ya lo estaban.
Había una campaña muy potente en contra de 'GH' antes incluso de que empezara y solo se apuntaron 6.500 personas
Y entre ellos encontrasteis a los diez concursantes.
Había que construir una dinámica de casting que tampoco estaba inventada. Hasta ese momento se hacían castings para presentadores, actores, bailarines... todo el mundo sabe qué esperar en esa clase de castings. Pero, ¿cómo haces un casting para encontrar a personas que, grabando su vida normal, sean interesantes y atraigan la atención de millones de personas? Buscábamos a gente que no le importara mostrarse tal cual era. La propia redacción creó una serie de pruebas y test.
¿Había quizás más cautela con los perfiles de aquel casting? Me imagino que en esa primera experiencia queríais evitar según qué perfiles conflictivos, algo que no sé si con el tiempo se fue relajando.
No, queríamos a gente que estuviese en condiciones de convivir y que no tuviese ataduras para mostrarse como era. Por ejemplo, no buscábamos a gente con hijos porque son personas que tienen una imagen que salvaguardar, aunque solo sea para con sus propios hijos. O cuando tienes un trabajo fijo, para toda la vida, tampoco estás dispuesto a mostrarte tal y como eres porque sabes que hay gente que va a estar mirándote.
Aquel año no nos importaba que fueran perfiles espectaculares, eso vino después, cuando la gente pedía ver cosas diferentes en televisión. El primer año buscábamos gente normal y sin ataduras.
La primera semana de 'GH 1' hicieron el famoso pacto de nominaciones. ¿Os desmontó totalmente?
Fue una crisis brutal. Yo me había alquilado una casita cercana para estar siempre disponible y, a las dos de la mañana, me llama una redactora para decirme que se habían puesto de acuerdo en el salón y que no querían nominar. Me levanté, me puse los pantalones, fui para allí, vi un poco la situación y, esa misma noche, convoqué a los jefes de Zeppelin, a la productora ejecutiva y a los psicólogos. Nos estaban boicoteando el programa desde dentro al tercer día.
Después de dar muchas vueltas y de muchas cavilaciones, descubrimos una de las cosas que hace 'GH' grande: cualquier cosa que pase en 'GH' es susceptible de convertirse en contenido del programa. ¿Por qué íbamos a luchar contra la propia dinámica del programa, que es tan libre y tan original que se reinventa a si misma incluso solo tres días después? Decidimos convertir 'GH 1' en un canto a la solidaridad donde los concursantes no estaban dispuestos a nominarse. Al final iba a ganar uno, el que la gente quisiera. ¿Dónde está el problema? Era un virus que llevaba la vacuna en si mismo.
Los concursantes de la primera edición de 'Gran Hermano'
Ismael, Ania e Iván afirman que estabais dispuestos a expulsarlos a todos.
Sí, fue una de las posibilidades. Se puso encima de la mesa echarlos a todos y meter a diez concursantes nuevos. Habríamos salido también en todos los periódicos del mundo. No había problema. La grandeza de este programa es que es como el cocido, se aprovecha todo (risas). Todo es susceptible de ser contenido.
De hecho, ahora mismo 'GH VIP' es metatelevisión. Los concursantes hablan de contratos, acuerdos de representantes... y a la gente le interesa.
Todo es interesante, aunque lo que menos me interesa es que todos somos hijos de 'GH'. Hoy en día hay muchos concursantes que no se comportan de forma natural, sino como creen que el público espera que se comporten. Es natural también, 'GH' ha sido cultura audiovisual, hemos crecido con el reality. Lo bueno del programa es que siempre intenta librarse de las cadenas de lo previsible.
Hoy hay muchos concursantes de 'GH' que no se comportan de forma natural
¿Y no crees que también hubo algo de quedar bien ante las cámaras en aquel pacto de 'GH 1'?
Me da igual. Posiblemente sí, pero no importa. ¿Sabes por qué? Porque todo lo que ocurría era la primera vez que ocurría. Da igual si todos fueran de buenos como también hubiera dado igual que todos hubieran ido de malos. Era la primera que lo veíamos y no te voy a contar la importancia de las primeras veces (risas).
¿En qué se diferenciaba aquel primer casting al que hicisteis en ediciones de después?
Lo que no puede hacer 'GH' es intentar repetir perfiles. Se fue abriendo cada vez más el abanico. La máxima era gente que quería que le cambiara la vida. Yo se lo decía a muchos concursantes a los que entrevistaba para meterlos ya en la casa: "Si no quieres que te cambie la vida coge la puerta y márchate, no es tu programa. Esto es para gente que quiere que le cambie la vida y, te lo aseguro, te la va a cambiar". Luego fuimos incorporando perfiles que no se habían visto.
'GH' mostró por primera vez cómo era una personal transexual ocupando horas y horas de televisión. No se había visto en este país. O cómo se creaba, por primera vez y delante de las cámaras, una relación homosexual. Era absolutamente novedoso.
¿Lo dices por Noemí y Raquel?
Por ejemplo. Se había visto muchas personas homosexuales en televisión y se aceptaba, pero fue la primera vez que vimos un proceso de enamoramiento de chica a chica, siguiéndolas 24 horas al día y cómo se producía lo que iba surgiendo. Cómo se miraban, cómo se iban prendando poco a poco... eso se vio por primera vez en 'GH'.
Raquel Morillas y Noemí Ungría, juntas de nuevo en 'GH: El Reencuentro'
Pero es verdad que a muchos nos faltó más visibilidad. Creo que hasta 'GH 7', con Arturo, no vimos a un concursante diciendo abiertamente que era homosexual. Nos faltó verlo más en la casa, lo de Noemí y Raquel ocurrió ya fuera.
No hacía falta que Raquel dijera que era homosexual y que le gustaba Noemí. ¿Cómo la miraba? Yo, que estaba muchas horas observándolas como al resto, decía "esta chica está colada por Noemí". El primer transexual que entró fue Nicky y tampoco lo dijo de entrada. Nadie lo sabía. Cuando él lo dijo fue de lo más bonito que ha ocurrido en 'GH'. Nicky, que no podía ser más tío y no podía respirar más testosterona, llega un día y se lo dice a... no me acuerdo a quién fue...
A Jani, ¿puede ser?
Tienes razón, qué buena memoria.
¡Si yo te contara! Estuviste en 'GH' hasta la séptima edición, que fue un poco la antítesis a la primera porque de repente la estrategia afloró y formó parte del juego, que era algo que se había venido evitando.
Vuelvo a decir lo mismo, todo es susceptible de ser contenido. Y, en aquel momento, la estrategia de Pepe Herrero fue un contenido novedoso. ¿Por qué no lo vamos a mostrar? Me pareció fantástico. Pepe llevaba una estrategia y casualmente le salió bien. Y digo casualmente porque podía haberle salido mal. Yo le tengo mucho aprecio pero, aunque él está convencido de que su sistema no tenía fallos, le podía haber salido mal. La estrategia era parte del juego desde el minuto uno, ir de buenos en 'GH 1' era parte de una estrategia también, en aquel momento más colectiva. Ha habido siempre estrategia porque, al fin y al cabo, 'GH' es muchas cosas, también un concurso.
Ir de buenos con el pacto de 'GH 1' era también parte de una estrategia
Por entonces ya habías hecho la primera edición de 'GH VIP'. ¿Cómo fue el cambio?
El primer 'GH' de famosos, sin ser un fracaso ni mucho menos porque 'GH' siempre ha sido un éxito, no fue tan exitoso como los de anónimos en aquel momento. Y sin embargo ahora los de famosos son más exitosos. 'GH' supuso una democratización de la fama en su momento, por eso me pareció diferente desde el principio, porque el centro era gente anónima. Hasta ese momento se entrevistaba a toreros, cantantes, actores... 'GH' puso a la gente que veía la televisión a ocupar la posición de ser vista.
El primer 'GH VIP' se hizo porque Telecinco quería, evidentemente, aprovechar que tenía esa joya en la cadena. Un año hicimos dos ediciones de anónimos y en 2004 quisimos probar con famosos como otros países, México y Argentina se nos habían adelantado. Probamos y la gente no lo percibió al principio muy bien porque se dio cuenta del cambiazo: habíamos vuelto a poner a famosos en el centro de atención. No se aceptó muy bien y no se ha aceptado hasta que los famosos se han dado cuenta de que solo pueden ser protagonistas de 'GH' si se comportan como si no fueran famosos. Ese ha sido el cambio. Con 'GH' los anónimos se convertían en famosos y 'GH VIP' consiste ahora en que famosos se comporten como anónimos.
También había algo, que se os escapaba a vosotros, y es que por entonces era mucho más complicado que un famoso mediático aceptarse entrar en 'GH'.
Absolutamente, nos costó muchísimo. Aunque yo tengo mucho respeto por todos los famosos y por el mundo en general, no conseguimos a superfamosos de la muerte.
Tenían su carrera pero no estaban en primera plana. Ahora quizás los concursantes del 'VIP' tienen menos carrera pero están de actualidad.
Eso es. Nos costó mucho. Fue una negociación con los representantes de la leche. Había dos flecos; el primero, el económico. El segundo era sobre las condiciones. Algunos no querían pruebas para jugarse la comida, otros que apagasen las cámaras por la noche, que cortásemos cosas que decían... al negarnos solo entraron famosos dispuestos a aceptar las condiciones. Hoy en día los famosos se han dado cuenta de que, o vuelven a tomar el centro de la televisión, o los anónimos se lo arrebatan. Acuérdate de que con 'Operación Triunfo' los cantantes famosos no querían saber nada del programa.
Algunos concursantes del primer 'GH VIP'
¿Y por qué Telecinco tardó una década en hacer 'El Reencuentro' con exconcursantes'?
Porque durante muchos años los que hacíamos 'GH' no creíamos en ello. Y yo sigo sin creer. Esto es como torear un toro dos veces; la primera, embiste; la segunda, se sabe el engaño. Los concursantes que entran por segunda vez en 'GH' siguen siendo ellos, por supuesto, pero ya saben cómo son percibidos, qué imagen existe de ellos, lo que la gente espera... muchas veces entran con una estrategia prefijada. No me parece buena idea. Ha tenido éxito pero yo no habría apostado por ello, creo que ha devaluado un poco la credibilidad y la naturalidad de los concursantes. El principal valor de 'GH' es creerte a un concursante porque piensas que es como es, y en el 99% de los casos es así. Cuando generas dudas descubres la parte fea del programa.
Durante muchos años los que hacíamos 'GH' no creíamos en ediciones de exconcursantes, y yo sigo sin creer
¿Por qué dejaste el programa tras 'GH 7'?
Porque Antena 3 me hizo una propuesta de esas que no puedes rechazar, como las de "El Padrino". Después de haber ido a las cadenas a intentar venderles programas me apetecía saber qué se experimentaba al otro lado de la mesa. También 'GH' me supuso un sacerdocio, si te soy sincero. Solo vivía para 'GH'; de los doce meses del año, once me los ocupaba el programa entre preparar equipo, hacer el casting, estar pendiente de la construcción de la casa y, durante el programa, mudarme al lado. Tras siete años creí que era el momento de dar un cambio.
Cuesta pensar, tal y como está la televisión actual, que Telecinco os dejara hacer 'Confianza ciega' para Antena 3 mientras triunfaba 'GH'.
Sí, lo dirigí yo también. Las productoras intentan no tener todos los huevos puestos en la misma cesta y, aunque teniendo 'GH' no podíamos ofrecer ningún programa similar a la competencia, 'Confianza ciega' era otro tipo de reality. Era grabado, no había 24 horas, solo había pruebas de amor y celos... A Telecinco no le hizo ninguna gracia, sinceramente, pero tampoco se podía oponer en redondo porque no era el mismo programa ni de lejos.
¿Crees que tu fichaje por Antena 3 fue una forma de desmontar el gran buque de la competencia?
No te voy a engañar, me dijeron que querían contar conmigo como profesional y, si de paso quitaban alguna pieza a la competencia, pues mejor. Pero el principal objetivo no era derribar 'GH'. Yo no era tan importante en un programa que estaba tan rodado, llevábamos siete ediciones y el equipo sabía perfectamente cómo trabajar. Había gente que había crecido haciendo 'GH'. Álvaro Díaz, actual Director General de Zeppelin, empezó de becario en el reality. Ahí se crió, aprendió y se hizo un profesional como la copa de un pino. Aunque el equipo es fantástico y solo Zeppelin podría hacer 'GH' y aguantar 20 años, lo difícil fue la primera vez, como en todo.
Hay que reinventar 'GH' con gente que sea capaz de relacionarse 24 horas
Pese a los grandes datos de audiencia de 'GH VIP 7' el formato se encuentra en un punto delicado. ¿Cómo evalúas su posible supervivencia?
Cuando terminamos 'GH 1' hicimos un brainstorming de semanas para decidir cómo hacer 'GH 2'. Lo que no podíamos hacer era una segunda versión de 'GH 1'. Teníamos que hacer un programa diferente y la verdad es que yo creo que Zeppelin lo ha intentado cada año y muchas veces lo ha conseguido. Hay que volver a reinventarse porque la fórmula es buena, es mostrar cómo se relacionan personas entre ellas siendo observadas 24 horas, que es la fuerza del programa respecto a otros realities. No tienes más remedio que ser tú porque te graban 24 horas, es imposible no ser tú día tras día, no hay nadie que lo consiga. Hay que reinventar 'GH' con gente que sea capaz de relacionarse 24 horas. Se me ocurren 27 formas diferentes pero, evidentemente, quien lo tiene que hacer ahora es el equipo de 'GH'. Yo veo futuro para 'GH'.
¿Nunca se te ha ofrecido volver?
No, la verdad es que no, nunca se planteó. Es un momento que pasó y quienes lo hacen ahora lo hacen muy bien.
¿En qué proyectos estás trabajando en la actualidad?
Estoy un poquito alejado de España, haciendo cosas relacionadas con la producción audiovisual de eventos de moda fundamentalmente en Miami. Haciendo programas relacionados con el mundo de la moda para Univisión, Telemundo, E! Entertainment... pero me apetece volver a España. Voy a intentar regresar porque me apetece volver a hacer tele y hacerla en España.