Rocío Carrasco, al reflexionar sobre el efecto de su silencio en sus hijos: "A lo mejor me he equivocado"

El domingo 4 de abril, 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' emitió su cuarto y quinto episodio en Telecinco. Dos nuevas entregas en las que Rocío Carrasco continuó su relato en torno a su relación con Antonio David Flores, además de que reflexionó sobre su decisión de haber mantenido silencio a pesar de las declaraciones que él y tantas personas han lanzado sobre ella y su marido, Fidel Albiac, a lo largo de más de dos décadas.

Prácticamente desde el inicio de la docuserie, Carrasco defendió que el motivo de su distanciamiento con sus dos hijos, habría sido a raíz de su deseo de protegerlos, ante las mentiras que Antonio David habría vertido contra ella para ponerlos en su contra y que los habrían terminado enfrentando a ella. En un momento del encuentro con el equipo de la producción, la entrevistadora planteó una duda a Carrasco al respecto, que puso a la protagonista al borde del llanto: "¿no crees que con esa sobreprotección estabas desprotegiendo a tus hijos ante la realidad de su padre?".

"A lo mejor me he equivocado, pero no ha sido ese el fin que yo perseguía", confesaba Carrasco, visiblemente emocionada, para después reconocer que "es cierto que todo lo que he hecho, se me ha vuelto en contra", entre otras cosas, además de la distancia con sus hijos, su silencio ante los medios. "Prefiero pensar que yo no les he hecho daño y que, con mi actitud, he conseguido que sufrieran un poco menos, por lo menos a esa edad y en esa etapa, que son tan frágiles y tan vulnerables", añadió Rocío, haciendo varias pausas mientras trataba por todos los medios de contener sus lágrimas.

Una separación lejos de ser ejemplar

Asimismo, Carrasco también manifestó sus intenciones al divorciarse de Antonio David, a pesar de su mala relación con el excolaborador de 'Sálvame'. "Lo más importante era que esos niños tuvieran a su padre y yo venía de una separación ejemplar y modélica", declaró la madrileña, refiriéndose al divorcio de sus propios padres, Rocío Jurado y Pedro Carrasco, quienes habían mantenido una relación cordial a pesar de que se había roto su matrimonio. "Yo pretendía que mi separación fuese de esa manera. De respeto mutuo, de implicación en terreno afectivo, material, escolar, aunque yo no tenía no quería tener nada con esa persona", añadió Carrasco, algo que no pudo conseguir, supuestamente a raíz del comportamiento de Antonio David.