El miércoles 5 de mayo, Rocío Carrasco continuó exponiendo su historia en 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', tras la agresión que sufrió a manos de su hija, Rocío Flores, quien acabó trasladándose a casa de Antonio David Flores. Una época en la que, tras recibir una denuncia falsa por malos tratos, los tres protagonistas se sometieron a informes psicosociales. Algo en lo que también se vio implicado David Flores, y que acabó poniendo sobre la mesa la complicada situación por la que estarían pasando ambos hermanos, pero sin que hubiera movimientos por parte de la Justicia para protegerlos a ambos.
Rocío Carrasco, indignada al leer los informes psicosociales de Rocío Flores y David
En medio del procedimiento para resolver la denuncia de malos tratos, "en noviembre, el informe al que nos teníamos que someter el padre, la niña y yo, para la modificación de medidas, se produce", según explicó Rocío. "La causa de modificación de medidas no tiene sentido, porque por esas circunstancias la niña está viviendo con el padre", matizó Carrasco, dado que la joven Flores no regresó a su casa, sino que se estableció con su padre tras la agresión. "Ese informe se realiza y se usa para determinar si la denuncia que la niña me ha puesto es real o no", desveló la madrileña, quien procedió a leer algunos extractos de dicho documento oficial, comenzando por Rocío Flores. "La menor Rocío muestra desde el inicio una evidente falta de aislamiento del conflicto adulto y asocia la presente evaluación al conflicto judicial entre sus padres", recogía el documento, en el que se apuntaba a que "el resultado es una polarización radical en sus preferencias hacia su figura paterna y rechazo de la materna".
"El entorno de su madre, incluida su pareja Fidel (...) es percibido como negativo, igual que en el caso de la figura materna", proseguía el informe. Además, se afirmaba que "la menor percibe a su padre como perjudicado por su madre y se aprecia en su actitud y descripciones una clara tendencia a proteger a esa figura". "La menor se queja también de ausencia de afecto e inconsistencia en el estilo educativo de su madre (...) y admite que, con frecuencia, se producían enfrentamientos entre ambas", añadía el documento, que también recogía que la joven Flores "no reconoce a su figura materna como figura de autoridad y muestra un conjunto de argumentos encorsetado que resultan muy similares a los mostrados por su padre". A continuación, Carrasco procedió a compartir algunas de las cosas que el documento recogía sobre su hijo menor, David, quien también mostraba "una evidente falta de aislamiento del conflicto" entre sus padres, al igual que "aparentemente sus preferencias se orientan de forma polarizada hacia su padre y entorno paterno, si bien sus descripciones denotan vinculación afectiva hacia ambos entornos".
"Nadie ha hecho nada para que no volviera a suceder"
Rocío Carrasco lee el informe psicosocial de sus hijos Rocío Flores y David
El documento también explicaba que David "considera que ha venido a contar dos cosas, que relata de forma encorsetada: 1) que no quiere vivir en casa de su madre porque es como "una cárcel" y 2) que él vio pelearse a "dos brujitas" (...) y que su madre pegó a su hermana, que aunque él estaba dormido y no pudo verlo, lo sabe porque su hermana se lo ha contado". "El menor expresa que su padre le ha explicado lo que tiene que decir y se muestra preocupado por 'la decisión final', por lo que quiere dejar claro que prefiere vivir con su padre". Todas unas evidencias de la situación de manipulación de ambos jóvenes, que no fueron amparados por la Justicia, tal y como denunció la propia Carrasco.
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"Yo creo, pienso, siento, que cuando un informe de este calibre llega a manos de un magistrado o un juez, se debería poner alguna medida para lo que ahí pone. Es mi parecer", comentó Rocío, con cierta indignación, tras lo cual reconoció que "en muchas ocasiones me he sentido desamparada, pero sigo creyendo en la Justicia y tengo confianza en que, más tarde o más temprano, se va a hacer justicia". "Lo que hoy por hoy no entiendo es que, viniendo de un juzgado, nadie haya hecho nada para que esto no volviera a suceder ni siguiera sucediendo", denunció Carrasco. "Se perita al niño y, a pesar de lo que he leído, este señor del juzgado determina que, como la niña ya no está conmigo, que el niño se vaya también con el padre, para que no estén separados", protestó la madrileña, algo que no se llevó a cabo por entonces, dado que no estaba en vía judicial. Una valoración a la que la persona responsable añadía el hecho de que "me encuentro en una situación emocional muy débil, cronificada en el tiempo, por lo que, para que no estén separados, que se vaya el niño se vaya con el padre".