El miércoles 28 de abril, 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' emitió su octavo episodio en Telecinco. Un relato en el que Rocío Carrasco abordó los malos tratos que había padecido a menos de su hija, Rocío Flores, y en el que despejó las dudas acerca de la supuesta mala relación entre su primogénita y Fidel Albiac, incluso mostrando pruebas al respecto.
Una de las muchas muestras de cariño que Rocío Flores le entregó a Fidel Albiac
"Cuando ocurre la muerte de mi madre, empiezo a ver los cambios en Rocío, en el colegio, en su actitud, para conmigo... solo para conmigo, porque con Fidel tenía una relación maravillosa", defendió Carrasco, al remontarse a la época en la que su primogénita tenía unos nueve años y empezaba a manifestar "cosas pequeñas" contra ella. "Me tomo tiempo por la muerte de mi madre, me doy cuenta de que no estoy bien, y no por la muerte de mi madre", confesó Rocío, quien por entonces se encontraba "en situaciones antinatura", mientras Antonio David Flores "se aprovecha la muerte para seguir cargando y poniéndome de mala madre, diciendo lo que le daba absolutamente la gana". "Aparte de anularme como persona, me anula en el papel de madre, porque no he tenido libertad. Yo no soy la madre que se ha vendido a la gente", defendió Carrasco.
La hija de Rocío Jurado llegó incluso a asegurar que "he sido una madre coartada, aterrorizada", además de que "muchas de las cosas que me habría encantado hacer con mis hijos, no las he podido hacer porque no se me ha permitido". "Se me ha tenido bajo el yugo de 'puedo decir de ti lo que me da la gana y la gente se lo va a tragar', como así ha ocurrido", prosiguió Rocío, antes de abordar los malos tratos que habría sufrido a manos de su hija. "La niña nunca me faltó al respeto delante de Fidel, pese a todo lo que quieran decir ahora. Mi hija tenía una relación maravillosa con Fidel", insistió Carrasco, en su relato. Una versión muy distinta de la que se ha dado a conocer en muchos medios, incluso en una de las últimas visitas de Amador Mohedano a 'Sábado deluxe', donde Antonio David planteó la cuestión de "si los niños sobraban en casa de Rocío y Fidel".
"No quería que se estropeara"
Imagen del documento que recoge las declaraciones de Rocío Flores contra Fidel Albiac
"En el momento en el que ella me insultaba y me desafiaba, él no estaba", declaró Rocío, quien acabó matizando que "solo hay una vez, que estábamos en la cocina". "Ella me increpa y me insulta, le digo que se vaya a su cuarto. Abre la puerta y dice: 'a ver si te mueres pronto, hija de puta'", relató Carrasco. Ante ese episodio, "sí lo comentamos", entre ella y Fidel, al contrario de lo que Rocío hacía normalmente con su marido. "Lo hablábamos lo menos posible, porque veía que la relación que tenían era buenísima. Rocío tenía un problema y se lo contaba a él. Yo no quería que eso se estropeara", confesó Rocío. La madrileña explicó que sí compartía lo ocurrido entre ella y su hija, con su pareja, "en algunas ocasiones, cuando eran cosas muy gordas, a lo mejor quitando un poco de importancia".
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"Procuraba que no me viese llorar, me metía en una habitación si me daba un ataque de pánico…", recordó Carrasco, a quien le leyeron extractos de un documento con declaraciones de la joven Flores, quien "manifiesta problemas con la pareja materna", con quien afirmaba "no hablar por miedo a discusiones" e incluso aseguraba "no llevarse bien" con Fidel. El documento incluso recogía que tildaba a la relación con Albiac como "no sana", al igual que "trata mal a su madre delante de ellos", entre otras cosas. "Nada es verdad. Tengo cartas que le escribe a Fidel por su cumpleaños. Me da pena que sea capaz de formar parte de eso", manifestó Carrasco. Unas declaraciones por parte de Rocío Flores que se habrían utilizado en su contra, para que Antonio David obtuviera la custodia de su primogénita, pero que no lograron convencer al juez de retirársela a Rocío Carrasco.