La llegada de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' supuso un antes y un después en el mundo de la televisión. Rocío Carrasco se dispuso a contar todo lo que ha vivido durante veinticinco años de silencio y, desde el capítulo 8 de la docuserie, Rocío Flores se ha situado en el ojo del huracán. Para evadirse de todo eso, se ha desnudado bajo la alcachofa de la ducha.
La colaboradora de 'El programa de Ana Rosa' ha decidido compartir un boomerang dentro de la ducha y desnuda a través de su perfil de Instagram, acompañado de un corazón blanco y precedido de la palabra "paz". Parpadeando y con una leve bajada de cabeza, Rocío Flores decidía compartir una de sus duchas nocturnas con sus seguidores de la red social, un rato antes de que Antonio Canales diese explicaciones sobre su relación con Fidel Albiac en 'Supervivientes: Última hora'.
Lo cierto es que Flores ha sido muy criticada, tanto en los platós de televisión como fuera de ellos. La última polémica que protagonizó tuvo que ver con su cambio de criterio a la hora de dirigirse a Rocío Carrasco. Desde el matinal en el que trabaja, se dirigió entre lágrimas a ella, pidiendo que le cogiese el teléfono. Sin embargo, una semana después, tiró de sarcasmo, aunque llegó a asegurar que se encontraba "bien jodida".
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Su contradictoria versión de la agresión
La Justicia decidió no dar la razón a Rocío Flores a consecuencia de las contradicciones que arrojó la entonces menor: mientras que, en un primer momento, comentó que la arrastró "agarrándola del pelo, llevándola a la cocina y arrastrándola por el suelo, y una vez allí la agarró del cuello y comenzó a amenazarla de muerte". Sin embargo, la siguiente ocasión en la que narró los hechos, contó una versión diferente con episodios no referidos en anteriores ocasiones y con hechos que no coincidía.