Rosa María Mateo, administradora única provisional de RTVE, ha sido acusada de tener una sociedad instrumental, también conocida como sociedad pantalla, para eludir el pago de impuestos. La información la ha publicado OKDiario y, según el medio, la periodista habría utilizado dicha empresa para evitar "el pago de al menos tres impuestos".
Mateo toma posesión del cargo de Administradora única provisional de RTVE
La empresa en cuestión es Yanbu SL., una sociedad que abrió Mateo en 1993 y que inscribió en el registro mercantil con el objeto social de "compraventa de bienes inmobiliarios por cuenta propia". No obstante, tal y como hace constar el medio, la periodista cambió la razón social el mismo mes de su fundación, y pasó a la categoría de "servicios profesionales", para facturar a través de Yanbu algunos de sus trabajos periodísticos. Así, la denominación completa de la nueva actividad pasó a ser: "Asesoramiento a empresarios y profesionales de los medios de comunicación en el diseño y ejecución de proyectos de contenido informativo y de actualidad, así como el análisis de los mercados de los medios de comunicación". A día de hoy, el único administrador de la sociedad mercantil es German Ponte Mateo, que también figura como apoderado, junto con Rosa María Mateo. Lo que no constan son empleados.
Fraude en una sociedad instrumental
Durante los últimos meses hemos escuchado de forma asidua el término de sociedad instrumental, o pantalla. Sobre todo, a raíz de que saltaran casos de personajes famosos que han sido penalizados por Hacienda por hacer un uso fraudulento de tal forma empresarial, como Màxim Huerta, que tuvo que dimitir de su puesto como ministro de Cultura a raíz de que resurgiera el escándalo. No obstante, el ministro defraudó 218.322 euros por los ejercicios 2006, 2007 y 2008 y, al no superar los 120.000 euros cada año, no se tipificó como delito fiscal, por lo que sólo tuvo que pagar una multa y la diferencia entre los tipos impositivos que había eludido.
El fraude en una sociedad instrumental consiste en que una persona monte una empresa para facturar a través de ella todos los ingresos que genera a título personal. Así logra un tipo impositivo más bajo, ya que pasa de pagar el IRPF, que puede llegar a ser casi del 50% cuando se sobrepasan ciertas cifras, al impuesto de sociedades, que es de un 25%.
Hay que matizar que las sociedades instrumentales en España no son ilegales. La inspección de Hacienda considera que existe fraude de ley cuando se dan ciertos puntos: carecen de medios personales y materiales para la prestación de servicios, no tiene empleados o tiene un único cliente. Si se dan esos supuestos, Hacienda puede pensar que el principal objetivo de esta sociedad es imputar a la sociedad los ingresos obtenidos por la prestación de servicios personales, algo que sí es ilegal.
Polémica con el pago del IRPF
A partir de 2013, Yambu dejó de tener ingresos, pero si que siguió acumulando gastos. En 2016, Rosa María Mateo cargó en la empresa 40.358,15 euros y 11.593,90 euros, en concepto de "otros gastos de explotación, cosa que le permitieron compensar la venta de uno de los inmovilizados materiales, el cual OKdiario piensa que podría ser un inmueble. Como consecuencia de este movimiento, la administradora única provisional pagó 0 euros por el Impuesto de Sociedades.
Otro de los apuntes de OKDiario viene en relación a la evasión de impuestos por segunda vivienda, que graba el pago del IRPF. Un inmueble urbano que no sea la vivienda habitual del contribuyente, que no genere rendimientos de capital inmobiliario, es decir, que no esté en alquiler, y que no se encuentre dentro de una actividad económica genera una renta presunta o imputación de renta inmobiliaria, que, como hemos señalado, tiene efectos en el pago del IRPF.
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Al parecer, la periodista compró a través de Yanbu SL. un inmueble en Madrid en 1994, pocos meses después de la fundación de la sociedad. En el Registro de la Propiedad detallan que se trata de un piso con vestíbulo, salón-comedor, dos dormitorios, dos cuartos de baño y cocina, que alcanzan los 117 metros cuadrados. Así, esa supuesta segunda vivienda no constaría como propiedad de Mateo, sino de la empresa, por lo que no tendría efectos en el IRPF.