El último plano de la primera temporada de 'La Casa del Dragón' mostraba una desafiante mirada de Rhaenyra, que acababa de enterarse de la muerte de Lucerys. Dos años después, el reencuentro con la primogénita de Viserys Targaryen en el primer capítulo de la segunda temporada no ha ido de la mano de una venganza inmediata, ya que la reina legítima ha abandonado Rocadragón para, en pleno duelo, buscar los restos mortales de su hijo. Sin embargo, cuando ha regresado a su bastión sí que ha expresado su verdadero deseo con una única frase: "Quiero a Aemond Targaryen".
El encargado de impartir esas represalias ha sido Daemon, que ha aprovechado el encarcelamiento de su examante, Mysaria, para encontrar un recoveco por el que apuñalar a los señores de Desembarco del Rey. Inmediatamente, el personaje encarnado por Matt Smith se ha infiltrado en la capital para ponerse en contacto con los dos hombres que debían acometer su encargo: un miembro de la Guardia de la Ciudad y un cazador de ratas al que habíamos visto previamente campando por el castillo real. Nunca llegamos a escuchar sus verdaderos nombres, pero sus motes, Sangre y Queso, y sus atroces actos son suficientes para no olvidarse jamás de ellos.
Mark Stobbart y Sam C. Wilson en 'La Casa del Dragón'
Daemon les explica que su objetivo es decapitar a Aemond, el responsable de la muerte de Lucerys. Al ser preguntado por un plan secundario en el caso de que el segundo hijo de Alicent no esté presente, tan solo vemos el semblante serio de Daemon, por lo que se deja en el aire tanto lo que ha dicho como lo que sucederá más adelante. Como había contemplado Queso, que conoce como nadie los vericuetos de la Fortaleza Roja y los túneles secretos encargados por Maegor el Cruel, Aemond no se encuentra en sus aposentos, por lo que el tándem desvía su atención hacia otra figura clave en la línea de sucesión: Jaehaerys, el pequeño sucesor de Aegon.
Previamente, se nos había presentado al heredero junto a su hermana melliza Jaehaera. En esta brutal secuencia, ambos están dormidos, cada uno en su cama, y Sangre y Queso amenazan a su madre, la reina Helaena, para que les revele cual de los dos es el varón. Tras desvelar esa información, Sangre procede a descuartizar a la criatura, cumpliendo el objetivo del "hijo por hijo", aunque no de la manera prevista.
Diferencias con respecto al libro
La brutal secuencia de 'La Casa del Dragón' difiere en ciertos aspectos de la crónica plasmada en 'Fuego y Sangre', el libro de George R.R. Martin centrado en los Targaryen. Sobre el papel, Queso y Sangre empezaban amordazando a Alicent, ya que sabían que cada noche sus nietos acudían junto a Helaena para despedirse de ella. Además, en esa narración, el plural de nietos abarca una estirpe más amplia, ya que los reyes ya habían tenido tres hijos: los mellizos, de seis años, y Maelor, que tan solo tenía dos años.
En primera instancia, Helaena rogó que la mataran a ella en vez de a cualquiera de sus hijos, pero los asaltantes rechazaban esa propuesta y la obligaban a elegir entre sus vástagos varones. La reina eligió a Maelor, tratando de evitar que muriera el heredero, pero Sangre le hacía caso omiso y decapitaba a Jaehaerys de un tajo. Por tanto, el resultado es similar al de la adaptación, pero el camino diverge sustancialmente en ciertos aspectos.
Acerca de esas diferencias se ha pronunciado el showrunner de la serie, Ryan Condal, que ha explicado que el principal motivo de la ausencia de algunos personajes no es otro que la estructura temporal aplicada en el salto a la pantalla. Durante la primera temporada, se condensó en veinte años lo que realmente ocurría en tres décadas, por lo que las edades de los personajes han quedado trastocadas y, por tanto, la generación más joven no ha tenido tiempo para crecer.
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"Los hijos de Rhaenyra y Daemon son mucho más jóvenes que en el libro, así como los de Helaena y Aegon. No han estado juntos durante el suficiente tiempo como para tener varias generaciones de hijos, así que Maelor todavía no existe y tan solo están los mellizos", razona Condal en una entrevista concedida a The Hollywood Reporter. "Partiendo de esa base, queríamos que la trama de Sangre y Queso fuera una visceral secuencia televisiva. Decidimos narrarlo desde su punto de vista y plantearlo como un golpe que sale mal".